En La Laguna observamos diversas expresiones de participación ciudadana, algunas en respuesta a políticas o acciones gubernamentales cuestionables o desafortunadas que provocan malestar entre la población, otras que buscan abrir espacios a través de los cuales los ciudadanos nos involucremos en los asuntos públicos, en crear agendas ciudadanas o buscando soluciones a problemas que constituyen rezagos estructurales.
Situaciones como la inseguridad que hemos vivido en la región que restringió la convivencia de los laguneros, la opacidad en el manejo de recursos públicos de los cuales la megadeuda coahuilense (y al parecer ahora también la duranguense) son ejemplos emblemáticos de lo que no se debe hacer, el déficit de servicios públicos municipales acicateados por las recientes lluvias y la implementación de obras no prioritarias, el deterioro del ambiente, en particular de nuestros recursos hídricos, por mencionar algunas.
Lo cierto es que, más allá de las coyunturas políticas que surgen en vísperas de renovación o cambio en los poderes públicos municipales y estatales, tales expresiones aparecen como ejercicios de ciudadanía, como empoderamiento y reposicionamiento de esa diversidad de actores sociales en los temas de interés local fuera de las estructuras corporativas en que se manifiestan las llamadas fuerzas vivas del régimen político.
Una característica importante de estas expresiones de participación ciudadana es que adoptan figuras asociativas civiles con autonomía de los poderes públicos locales, que emergen en el marco de procesos más amplios y que actúan fortaleciendo la sociedad civil lagunera, las cuales si bien se centran en personas y grupos de clase media, el impacto de sus pronunciamientos y acciones empiezan a tener un efecto en algunas políticas públicas, en decisiones de funcionarios gubernamentales y en la percepción de los ciudadanos.
En este contexto una parte de esa diversidad de actores locales promueven el ciclo de conferencias y talleres Ha-Ser Ciudadanía, un ejercicio de intercambio de conceptos, información y experiencias con actores de otras partes del país donde se vienen desarrollando procesos de ciudadanización con resultados importantes, algunos exitosos, que ejemplifican avances democráticos ante el cada vez más agonizante régimen político.
La presencia del joven Pedro Kumamoto, el recién electo diputado independiente de Jalisco, mostró a los laguneros, particularmente en el segmento de jóvenes de la región, cómo es posible hacer política ciudadana, un ejercicio distinto de construcción de ciudadanía basado en prácticas distintas a las que caracterizan a nuestros tradicionales políticos mexicanos con las cuales se han distanciado de sus representados, actuando como autistas de la realidad que viven los ciudadanos comunes.
Sorprende la claridad de conceptos que expuso sobre los temas de interés público, su ejercicio vinculado a aquellos núcleos de población escasamente escuchados o atendidos por los gobernantes, su visión sobre el desarrollo moderno y sostenible de la sociedad mexicana y jalisciense, las prácticas transparentes de ejercicio de la política. Los resultados obtenidos por este joven diputado son sorprendentes.
Destaca también otros participantes como los también jóvenes Paulina Cerdán y Daniel Villar, del Centro de Colaboración Cívica que se han especializado en la mediación de conflictos sociales, las experiencias mostradas por ellos en el acompañamiento de diversos problemas que tienen que ver con la violencia, el manejo de los recursos naturales u otras áreas en las que se han involucrado y los resultados obtenidos.
En ambos casos, los discursos vertidos y las experiencias mostradas tienen como propósito ampliar el horizonte del ejercicio de ciudadanía entre los laguneros, contribuir en el desarrollo de nuestras capacidades cívicas y explorar nuevas formas de hacer política ciudadana en el ámbito de la sociedad civil que disminuya la brecha existente con la sociedad política, como parte de la democratización del país.
Restan aún dos conferencias y talleres que serán facilitados este viernes y sábado próximos por Gabriela Gómez Mont y Diego Cuezy, que abordarán el tema de Laboratorio de la Ciudad, donde la primera es directora del laboratorio de este tipo implementado por el gobierno de la CDMX, como espacio de innovación para el desarrollo que promueve el diálogo con organismos civiles y privados de la sociedad civil, generando iniciativas e incubando proyectos para pensar y hacer ciudad en conjunto.
Finalmente, el ciclo se cierra con la participación de Melissa Ortiz y Guillermo Noriega, quienes abordarán el tema de la transparencia y rendición de cuentas, los retos que enfrentan los organismos de la sociedad civil para hacer más efectiva su participación en esta área, compartirán resultados exitosos obtenidos en otros lugares.
Estos eventos que se llevan a cabo es el Tecnológico de Monterrey, son importantes porque aportan elementos novedosos en la cultura democrática y fortalecen a esa emergente sociedad civil lagunera, abren espacios de expresión y participación ciudadana distintos a los existentes, convergentes o divergentes de los establecidos por los partidos políticos y grupos de poder local tradicionales. Crean una expectativa innovadora sobre hacer política ciudadana.
