ENTRADA.- Desde siempre la humanidad ha preferido escuchar o leer casi con un espíritu masoquista más las malas noticias que las buenas. Es por ello que estas líneas ahora serán encaminadas a destacar las buenas noticias relegando por el momento las malas.
Actualmente existe en el país un innegable estado de desánimo, frustración y mal humor que se también se repite en nuestra Comarca Lagunera. Por los cuatro puntos cardinales de nuestra región se siente un sentimiento generalizado de mal humor, malestar y hartazgo por las cosas negativas que nos han venido sucediendo, por las que padecimos en el pasado o por el generalizado temor al futuro.
SOPA.- Pero dentro de todo ese caos y espíritu de desgracia que diariamente respiramos, es de justicia reconocer que La Comarca tiene muchas y buenas noticias, logros e importantes triunfos.
Como en aquellos buenos tiempos de la riqueza algodonera, se han podido alcanzar éxitos significativos gracias al trabajo y el esfuerzo de todos los laguneros.
PLATO FUERTE.- Por ejemplo: el valor de la producción agrícola y ganadera de la región representó 38,672 millones de pesos en 2015. Esto es, cada uno de los 1.2 millones de habitantes de la Comarca produce, técnicamente, una riqueza agropecuaria de $32,226.00 pesos cifra muy alta en el contexto nacional.
Somos los productores número uno en el país de melón y sandía, de sorgo forrajero y sorgo escobero, de leche de bovino y de carne de aves. Ocupamos el segundo lugar nacional en producción de maíz forrajero. Somos el primer lugar nacional en producción de algodón y huevo. El cuarto lugar en nogal y alfalfa y el quinto lugar en la producción de carne de caprino. Mucha de esas riquezas ya se exporta al extranjero.
De cada diez litros de leche que se producen en el país, dos son de la Comarca, lo que nos convierte en la cuenca lechera más grande de México. Aquí está (Peñoles) la planta metalúrgica refinadora de metales preciosos más grande del mundo y la primera refinadora de plata en el planeta, todo esto siendo casi el 1% por ciento del total de la población de México. Contamos con más de 25 universidades y tecnológicos, producimos tractores, maquinaria agrícola y autopartes para la industria automotriz y tenemos en Tlahualilo el rastro más grande del país y uno de los más grandes del mundo.
Podríamos así seguir enumerando cifras, pero no habría razón, pues necesitaríamos muchas páginas para enlistar otras muchas buenas noticias que hablan de nuestros éxitos. Cuantas regiones festinarían lo que aquí hemos creado y que nadie nos dio graciosamente.
Todos estos éxitos nos deberían tener prudentemente satisfechos. Aun reconociendo que falta mucho por hacer como incrementar nuestra infraestructura, producir más y mejor y lograr una mayor competitividad, algo se ha hecho; por ello no es justificable que caigamos en la autodenigración personal o la de nuestra comarca, menos de las instituciones que hemos creado y que como en cualquier parte del mundo, tienen personas eficaces que dan resultados y también muchos inútiles que tratan únicamente de dañar o desacreditar lo que se hace en lo político, en lo social o económico.
POSTRE.- Pienso que estamos en tiempo para dejarnos de seguir regordeándonos con las puras malas noticias, que, sí las hay, pero que tampoco son las únicas. Desgraciadamente las malas son repetitivas. Se refieren a las mismas pandillas de inútiles e improductivos que tienen al país secuestrado y al borde de una psicosis colectiva de saturación noticiosa.
Ellos son los mismo (ese insignificante grupo de inútiles improductivos) que las 24 horas del día aparecen en los medios gritando, quemando edificios, robándose camiones o realizando actos vandálicos en la TV.
DIGESTIVO.- Veamos pues con más optimismo nuestra realidad y leamos también con gusto las buenas noticias, que por cierto también las hay y muchas.