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Hillary Clinton en la paradoja de la normalidad

El poder inteligente en el torbellino

Foto: AP/Elise Amendola

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IVÁN HERNÁNDEZ

La candidata demócrata es la preferida de los latinos. Sin embargo, la brecha que la separaba de Donald Trump se ha cerrado y la historia ya no tiene un final feliz tan claro. Falta ver si las virturdes de la Clinton pueden más que los defectos de su rival.

Donald Trump, el candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, se acerca a su contendiente demócrata de la mano de una sensación multitudinaria, la de aquellos que se sienten traicionados por la clase política.

Un punto a su favor, coinciden diversos analistas, es que el chico de Queens refleja las pasiones del hombre común.

Para Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, el presidenciable incómodo provoca reacciones intensas en sus audiencias porque "no son las de la esperanza en un futuro mejor o de las que anhelan una vida más feliz. Son las de la venganza, disfrazada de justicia".

Enfrente del millonario, el último enemigo a vencer tiene la forma de una aspirante a la que se critica, entre otras cosas, porque no destila normalidad.

Hillary Rodham Clinton es una mujer que, desde joven, se ha especializado en apartarse del promedio y aunque desde hace más de dos décadas es un referente de un grupo político, un clan, que acapara las miradas del mundo, eso no significa que haya estado libre de situaciones que ocurren en todos lados y en todos los estratos de vida social.

Su ininterrumpida presencia bajo los reflectores jugó a su favor en la contienda por la nominación del Partido Demócrata, pero esa misma trayectoria, en lugar de allanar su camino hasta la Casa Blanca, ha contribuido a restarle apoyos hasta configurar un escenario donde lo importante no es que gane Hillary sino que Trump sea derrotado.

EN BUSCA DEL VOTO

El periodista Pascual Beltrán del Río explica el respaldo hacia el millonario de estilo boquiflojo, en detrimento de la exprimera dama, del modo siguiente: "Lo que parecen estar diciendo los votantes que apoyan a Trump es que prefieren a un hombre transparente que dice cosas horribles y no se avergüenza ni un ápice de ellas, que a una mujer que es la encarnación del tradicionalismo político y que vuelve acartonado todo lo que toca".

En esa línea se han ubicado apoyos atípicos como el que brindan a la Clinton medios conservadores como el Cincinnati Enquirer (es la primera vez en casi un siglo que este rotativo apoya a un candidato demócrata) o el Dallas Morning News (este periódico no ha recomendado a un demócrata para el puesto más alto del país desde antes de la Segunda Guerra Mundial, más de 75 años y 20 elecciones).

El caso más destacado ha sido, hasta el momento, The New York Times.

Este emblema de la ciudad natal de Trump respalda a la candidata demócrata. En un artículo firmado por la junta editorial la describen como una persona comprometida con la resolución de problemas en el mundo real y consideran que “el país debería ponerla a trabajar en ello”.

Su intención es persuadir a quienes sienten reticencia a votarla por razones como: ser demócrata, ser una Clinton o ser una aspirante que no ofrece cambio alguno dentro de un sistema político roto.

Para mostrar que se trata de una decisión meditada en el medio neoyorquino subrayaron que no van a comparar a los dos principales contendientes porque Hillary, “nuestra opción”, tiene un historial de servicio y un conjunto de ideas pragmáticas mientras que el otro, Donald Trump, "no revela nada concreto sobre sí mismo o sobre sus planes, mientras promete la luna y las estrellas".

No obstante, el diario no concluye su mensaje sin antes señalar razones para vilipendiar a la exprimera dama empezando por el secretismo con el que se conduce.

DEVENIR CANDIDATA

Nacida en 1947, Hillary creció en Park Ridge, Illinois. Su padre, Hugh Rodham, era un republicano ex combatiente de guerra, formó parte de la Marina durante la Segunda Guerra Mundial.

La joven Rodham asistió a escuelas públicas y recibió la educación superior en el elitista y exclusivamente femenino Wellesley College. En esta institución que forja mujeres independientes y librepensadoras, a fines de la década de los sesenta (1969), la Clinton se hizo activista y su bandera era promover la justicia social.

Luego se matriculó en la escuela de leyes de Yale. Allí conoció a Bill.

El 11 de octubre de 1975 se casó con Bill en Fayetteville, Arkansas. Cuando su marido se convirtió en gobernador de esa entidad, Hillary tuvo su primera experiencia como primera dama. Al casarse no había cambiado su apellido por el del varón, consintió en adoptarlo ante las presiones de la ciudadanía. No se veía con buenos ojos que mantuviera el nombre de soltera.

En 1980 nació la única hija del matrimonio, Chelsea. En 1992, Bill fue elegido presidente de Estados Unidos. Ganó la reelección en 1996. Hillary acompañó a su cónyuge tanto en los éxitos como en los escándalos.

Ya desalojados de la Casa Blanca, en el 2000, una Hillary por encima de los cincuenta se convirtió en la primera mujer en ser senadora de Estados Unidos por el estado de Nueva York. En 2006 fue reelegida en el cargo.

En 2008 se postuló para ser candidata presidencial. Barack Obama la venció y ella y dijo a sus seguidores: "aunque esta vez no pudimos romper esa barrera tan alta y difícil, gracias a ustedes esa barrera ahora tiene casi 18 millones de fracturas".

El presidente Obama pidió a Hillary ser la Secretaria de Estado y ella aceptó. Se retiró del cargo por problemas de salud. En ese momento le preguntaron si había llegado la hora del retiro y ella respondió “no es esa la palabra exacta”. El 12 de abril de 2015, Hillary anunció su campaña para la presidencia.

LA SECRETARIA CLINTON

Sus días en el gobierno de Obama son el principal activo de la aspirante. Hillary Rodham asegura que fue "determinante para comenzar a restaurar la posición de Estados Unidos en el mundo".

Al servicio de su exrival en la interna demócrata, la ex primera dama visitó 112 países y desarrolló lo que ella llama el "poder inteligente", una combinación de diplomacia y uso de la fuerza.

También sostiene que construyó una alianza para imponer sanciones duras sobre Irán, tan duras que este país se vio forzado a sentarse y negociar. Otro de sus logros, señala, es haber gestionado un cese al fuego entre Israel y Hamas que evitó una guerra y protegió la seguridad de los israelíes.

Sin embargo, los logros de Hillary en el terreno internacional son, siguiendo a Diana Johnstone, comentarista de la política europea y estadounidense y colaboradora de Counterpunch, una forma amable de contar lo que pasó.

Johnstone llama a Clinton “la Reina del Caos”. El primer alfiler para colgarle el distintivo es Libia. La comentarista asegura que la Secretaria de Estado fue bastante responsable de la guerra que hundió a ese país de Oriente Próximo en el caos, uno que se extendió por África y desembarcó en Europa.

Sobre el apoyo total a Israel contra los palestinos prometido por Hillary sostiene que la demócrata está comprometida con la alianza de facto entre los israelíes y Arabia Saudita que tiene como objetivo derrocar a Bashar al Assad, fragmentar a Siria y destruir la alianza entre Irán, el Assad y Hezbolá.

A Clinton, según Johnstone, no parece importarle aumentar el riesgo de una confrontación militar con Rusia y Oriente Medio.

También considera que Hillary no es candidata debido a que su maravillosa experiencia haya inspirado a la gente a escogerla como aspirante. Según la periodista es más correcto decir que ha acumulado currículo (senadora, secretaria de Estado) justamente para cualificarse como presidente.

Johnstone destaca que la Reina del Caos se ha empecinado en demostrar que tiene potencial para ser presidenta mostrando mano dura.

Recuerda que en el Senado votó a favor de la de guerra de Irak y luego, comenta que en el caso de Libia persuadió al presidente Obama para derrocar el régimen de Gaddafi utilizando la doctrina de "responsabilidad para proteger".

En ambos casos, señala, las decisiones se tomaron con base en falsas informaciones.

LA IMPOPULAR

The New York TImes, a través de la pluma de David Brooks, hizo un intento por explicar la impopularidad de Hillary Clinton.

El punto de partida es que la aspirante demócrata tiene índices de desaprobación similares a los de su oponente. Pero, ¿cuáles son las razones?

En el electorado estadounidense existe la sensación de que la ex primera dama no comparte los valores del común de la gente tanto como la percepción de que no es honesta ni confiable.

La cuestión no es sencilla de explicar dado que como secretaria de Estado tuvo un índice de aprobación del 66 por ciento. En marzo de 2015 su índice de aprobación era de 50 por ciento y el de desaprobación del 39 por ciento.

Como funcionaria era bien vista, pero como candidata le pesa que la gente la perciba como una persona que únicamente se dedica a su carrera.

La impopularidad de Clinton, escribe David Brooks, recuerda a la impopularidad de una adicta al trabajo.

Su imagen pública está restringida a una cara, la profesional, que la hace víctima de adjetivos no necesariamente positivos como tenaz, diligente, calculadora y desconfiada.

Eso era válido, destacan en el medio, en el pasado, antes de que las redes sociales instalaran como características deseables la apertura a mostrar aspectos de la vida privada, exponer cuestiones personales o generar confianza al revelar una cierta vulnerabilidad.

"A muchos les parece que Clinton es maquiavélica, astuta, orientada al poder y poco fiable", señalaron en el rotativo.

Otros analistas simplemente refieren que a pesar de los esfuerzos por suavizar la imagen de la demócrata, esta no se ha librado de su fama de mujer fría, calculadora, dura y siempre interesada en mantenerse en la primera fila de los mandos.

También se le achaca la desventaja de la edad. Hillary tomaría protesta con 69 años cumplidos y sería la segunda persona de mayor edad en ocupar la presidencia, sólo unos meses más joven que cuando el ex actor republicano Ronald Reagan se convirtió en el director de la gran nación a principios de los ochenta.

PROPUESTAS

La infidelidad de Bill Clinton con la becaria Monica Lewinsky mostró al mundo que Hillary Rodham no es una mujer común. Más allá de las razones que tuvo para perdonar a su esposo, el lance demostró que la hoy candidata combina sus facetas política y personal con soltura, sin embargo, también dejó la impresión de que la ambición es aliciente suficiente para mantenerla al lado de un infiel.

Ese tipo de lecturas arrastra a la exsenadora que intenta desviar el foco de su no tan atractiva imagen pública haciendo de su rival en la contienda el principal elemento de su campaña.

"No podemos arriesgar a tener una presidencia de Donald Trump", tal es el primer mensaje que recibe al visitante en la página oficial de Hillary.

Luego ya pueden abordarse las propuestas de la exsecretaria. En el desglose se incluye, al interior, rescatar a los que menos tienen y, al exterior, mantener las alianzas (en Medio Oriente, Asia, Europa y América).

También ofrece continuar con el llamado "poder inteligente", actuar con diplomacia para resolver problemas pero sin limpiar el armario de estrategias para enfrentar el mal comportamiento de un país.

Rusia y China son las únicas harinas de otro costal. Frente a esos actores la Clinton asegura dos cosas: ser firme con Putin y apurar la rendición de cuentas por parte de los chinos en tópicos como: reglas del ciberespacio, moneda nacional, derechos humanos, comercio, disputas territoriales y cambio climático.

"Llegaremos a acuerdos cuando podamos", pone HRC y no duda en sentenciar que rusos y chinos frecuentemente "trabajan en contra de nosotros".

Contra los terroristas plantea poner en marcha un plan diseñado para derrotar al Estado Islámico y acabar con su fortaleza en Irak y Siria.

En cuanto al control de armas, la demócrata es partidaria de instituir controles más severos para impedir que rifles y pistolas lleguen a manos equivocadas.

MIGRACIÓN

Hillary representa, para el caso mexicano, una esperanza renovada en la reforma migratoria o, en palabras de la candidata, un camino hacia la ciudadanía plena e igualitaria.

La favorita del público latino califica al sistema migratorio de su país como disfuncional y ofrece arreglarlo, además de tratar "a quienes llegan a nuestra nación con dignidad y respeto".

Una de sus promesas es presentar una propuesta, dentro de los primeros 100 días de su mandato, dirigida a remediar el atraso de las visas para familias y sumar a millones de personas en la economía formal.

También planea promover el fin de las prohibiciones de tres y diez años que obligan a las familias con ilegales a enfrentar un dilema horrible: quedarse en las sombras o intentar conseguir una tarjeta verde (green card) y salir del país.

Rodham Clinton pretende enfocar los recursos en la detención y la deportación de individuos que representen una amenaza violenta a la seguridad pública de su país.

Cerrar los centros de detención privados, terminar con la detención familiar para padres e hijos que llegan a las fronteras estadounidenses en situaciones desesperadas y expandir el acceso a la cobertura médica a los indocumentados son otras de sus promesas a favor de los migrantes.

El catálogo de ofrecimientos se cierra con promover la naturalización (agilizar trámites y adelgazar pagos); apoyar la integración de los inmigrantes (incrementar los recursos federales destinados a la educación del idioma inglés para adultos), y crear una Oficina de Asuntos del Inmigrante.

DEBATE

En el debate realizado el 26 de septiembre pasado los contendientes esperaban un nuevo espectáculo del republicano, sin embargo, la candidata Hillary resistió, marcó distancia y lanzó metralla con un tono que algunos analistas calificaron como "condescendiente", otros señalaron que era parecido al utilizado por una madre con su hijo caprichoso.

Clinton atacó el racismo de Trump, acusó al empresario de negarse a publicar sus declaraciones de impuestos (práctica que han mantenido los aspirantes presidenciales durante los últimos 40 años) porque "quizás tiene algo que ocultar", por ejemplo, "que no es tan rico como afirma".

Cuestionó al promotor del muro fronterizo acerca de sus deudas y le espetó que ella no sólo se preparó para el debate, también para ser presidenta.

Donald Trump recriminó a la demócrata a propósito de sus 30 años en la política (¿qué la hace pensar que sus ideas funcionarán ahora?). Rodham Clinton replicó que ella era senadora y secretaria de Estado, no presidenta.

"Donald, sé que vives en tu propia realidad", le soltó en ese debate la aspirante a convertirse en la primera mujer al frente de Estados Unidos.

El medio mexicano Proceso resumió el encuentro en la frase "Cátedra de política", una que Clinton le propinó a Trump. El showman no tuvo su mejor día, aunque sí fue el contendiente que más revuelo causó en redes sociales, esas que es tan dado a incendiar.

Al segundo frente a frente de los candidatos, realizado el primero de octubre, Trump llegó herido por la difusión de un video en el que hablaba de forma despectiva de las mujeres.

El hombre de las frases ofensivas se vio en su punto más vulnerable en lo que va de la campaña: integrantes del Partido Republicano censuraron sus comentarios, renegaron de él, se negaron a acompañarlo en sus actos de campaña y hubo incluso quien propuso cambiar al candidato.

Con el vociferante oponente en la lona, se esperaba que Hillary acabara de tundir al chico de Queens pero esto no ocurrió. Según diversos analistas de prensa estadounidense e internacional, la Clinton se conformó con el empate, resultado que la beneficia dado que está arriba en las encuestas.

El debate fue ríspido aún antes de su inicio, con Trump dando una conferencia de prensa acompañado de tres mujeres que acusan a Bill Clinton de acoso sexual y una cuarta que fue violada por una persona a la que Hillary defendió como abogada.

El magnate neoyorquino afirmó que si bien él ha pronunciado palabras desagradables, el marido de la aspirante demócrata ha perpetrado delitos.

Trump también dijo que si llega a la Casa Blanca promoverá la creación de una fiscalía especial que examine el caso de los correos electrónicos de la ex secretaria de Estado. El objetivo sería meter a su oponente en la cárcel.

La exsenadora comentó que por fortuna, Trump no hace la ley. Donald la interrumpió para decirle "porque estarías encarcelada".

En este segundo round, a la ex primera dama le valió otra vez su preparación, y ese punto fue lo que marcó distancia con respecto al empresario. Sin embargo, luego de los intercambios de ataques e insultos, cerrado con un elogio que cada candidato dedicó al otro, quedó la sensación de que Clinton fue puesta a la defensiva y no consiguió sacar ventaja del momento difícil que atraviesa el político novato de estilo boquiflojo.

TRATO DESIGUAL

El nobel de Economía, Paul Krugman, en un artículo difundido por la prensa de Estados Unidos, expuso que Hillary enfrenta una competencia desigual en los medios. En el debate, comentó, quedaron claras virtudes de la ex primera dama como su elegancia o su humor incluso bajo presión, mientras que Donald se mostró ignorante y grosero.

Sin embargo, los medios difunden un torbellino de información negativa que lleva a extremos como exigir poco a un escasamente preparado Trump y demasiado a una excesivamente preparada Clinton.

Para Krugman se trata de un escenario similar al que enfrentó Al Gore en el 2000 y que lo llevó a perder la presidencia frente a George W. Bush.

Diversos análisis coinciden en que el primero de los tres debates entre la ex primera dama y el polémico empresario no será determinante en la carrera.

Se considera que un ataque terrorista o una masacre en los días previos a la elección, podría soplar los vientos en contra de Hillary. La página shootingtracker.com tiene registrados, entre el seis de enero y el 26 de septiembre del año en curso, una veintena de tiroteos en territorio estadounidense con al menos cuatro víctimas mortales.

METIDAS DE PATA

Si bien Hillary no acaba de caerle bien al electorado estadounidense por esa imagen suya, ejecutiva y eficaz, que es remarcada por los medios de comunicación, eso no significa que sea invulnerable como lo demostró su negativa a informar sobre la pulmonía que sufría y que la obligó a tomar un receso en sus actividades proselitistas.

De hecho, la candidata ha sufrido en la campaña por sus palabras, obras y omisiones.

En el primer caso tuvo que disculparse luego de llamar "deplorables" a buena parte de los electores de su rival.

En una recaudación de fondos para su campaña y frente a representantes de la comunidad LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual) en Nueva York la demócrata los pintó como: "Racistas, sexistas, homófobos, xenófobos, islamófobos".

Según Clinton, "desafortunadamente, hay gente como esa y él (Trump) los ha envalentonado".

Rodham pidió disculpas por haber hecho una generalización demasiado grande.

El escándalo de su correo privado es otro entuerto que no acaba de pasar de largo. Cuando era secretaria de Estado usó una dirección privada, en vez de la oficial, para sus comunicaciones.

Este capítulo en la lista negra de la egresada del Wellesley College comenzó a principios de 2009. Hillary, en ese momento secretaria de Estado, desechó utilizar la cuenta terminada en @state.gov y abrió en su lugar el buzón hdr22@clintonemail.com.

La dirección estaba conectada a un servidor instalado en una casa de los Clinton en Nueva York.

La secretaria de Estado Clinton usó este e mail para enviar correos personales y de trabajo.

El servidor llegó a contener 62 mil 320 correos electrónicos. A finales de 2014, el Departamento de Estado requirió a los exsecretarios sus correos laborales (en Estados Unidos las comunicaciones de los funcionarios no pertenecen a sus ocupantes, son documentos históricos, es decir, un bien público).

La exfuncionaria entregó 30 mil 490 'e mails', el resto, decenas de miles de mensajes supuestamente personales, los borró o, como interpretaron los detractores de la ex primera dama, se perdieron y existe la posibilidad de que información confidencial quedara comprometida. El FBI recomendó no presentar cargos criminales en contra de la ex secretaria. La oficina de investigación se limitó a decir que había actuado de forma descuidada.

Otra de las sombras sobre el actuar de la candidata lleva el apellido de su familia: Fundación Clinton. Por esa organización ha sido acusada de corrupción y tráfico de influencias.

La Fundación Clinton abrió sus puertas en 1997 para combatir el SIDA en países en desarrollo. En 2001 fue rebautizada como Fundación William J. Clinton; con la entrada de Hillary y Chelsea, su única hija, a los puestos directivos, en 2013 volvió a cambiar de nombre: Fundación Bill, Hillary & Chelsea Clinton.

La agencia Associated Press investigó los tejes y manejes de la organización caritativa y descubrió que más de la mitad de los particulares que se reunieron con Hillary durante su paso por la Secretaría de Estado eran donantes de la fundación. También hubo un reporte de que un tercio de los donantes acogió eventos de recaudación de fondos para la campaña demócrata.

EPN

La aspirante de los latinos se rehúso a reunirse con el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

La invitación a ser recibida como jefa de Estado le fue enviada el mismo día (26 de agosto) que a Donald Trump. El magnate aceptó y la reunión se concretó el 31 de agosto pasado en la Ciudad de México con resultados desastrosos para el Ejecutivo de extracción priista, entre ellos, una ola de repudio por parte de la sociedad mexicana y la renuncia de Luis Videgaray, el hombre fuerte de la Secretaría de Hacienda.

HRC rechazó el llamado de Peña Nieto, pero no por escrito, sino en una entrevista televisada, el motivo expuesto fue dar prioridad a la campaña en suelo patrio.

Además, la Clinton comentó que los asesores de la competencia estaban luchando por presentar a un nuevo y diferente Donald Trump, pero sin éxito.

Reprochó al republicano porque no se arrepiente de lo que dijo en contra de los mexicanos y porque originó un "incidente diplomático" con el tema del muro en la frontera sur de su país, esto luego de que Trump y EPN salieron de la reunión diciendo cosas distintas sobre el tema.

Diversas encuestas ponen a la ex secretaria de Estado con el apoyo de la mayoría de los hispanos, más de 60 por ciento; Trump no alcanza ni el 20 por ciento de las preferencias de esa minoría.

Para reforzar sus lazos con los latinos, la demócrata abrió una cuenta de Twitter en español.

En la reelección de Obama en 2012 votaron 11.3 millones de latinos y se espera que a la jornada electoral de noviembre próximo acudan al menos dos millones más.

Hillary avanza por un sendero opuesto al de Trump. Mientras el magnate denigra a los del sur, la demócrata lanza un discurso que llama a los dos países a aprovechar la vecindad para instalar una sociedad próspera.

"Como he dicho a lo largo de esta contienda, no podemos cerrarnos al resto del mundo, como propone Donald Trump", dice a propósito del muro fronterizo.

En entrevista con Forbes México, Rodham Clinton afirmó que "Los estadounidenses deberían recordar lo mucho que se benefician del éxito de México".

No obstante, señaló que la nación gobernada por Peña Nieto atraviesa por graves problemas, sobre todo en materia de inseguridad.

La candidata afirmó que le preocupan especialmente los reportes de torturas, muertes y desapariciones forzadas en territorio mexicano.

AMOR VERDADERO

La de Hillary Rodham Clinton y la Casa Blanca es una relación que no acaba de consumarse.

Para convertirse en la primera mujer presidenta del país más importante del mundo y suceder al primer presidente afroamericano, además de contender con Trump, también debe superar los escollos, esto por los votos que pueden restarle, de Gary Johnson, candidato libertario con un ocho por ciento de las preferencias, y de la abanderada del Partido Verde, Jill Stein, cuatro por ciento en los sondeos.

En contra de la Clinton también juega el desgaste sufrido por su partido a lo largo de las dos administraciones de Obama.

Otro aspecto a considerar es que la relación con México del futuro presidente estadounidense no será tersa si se atiende a comentarios como los de Isidro Morales, investigador del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México, quien recuerda que Hillary coincide con Trump en la necesidad de renegociar el Tratado de Libre Comercio.

Como senadora, HRC votó en contra del TLC con Centroamérica con el argumento de que la apertura comercial quita empleo a los menos calificados en Estados Unidos.

Otro factor que juega en contra de la nación azteca es el deshielo entre el vecino del norte y Cuba, nueva fraternidad que desplazaría más al país gobernado por Peña Nieto dentro de la relación de prioridades de los estadounidenses.

La agenda México-Estados Unidos podría limitarse a la coordinación ya existente en materia de combate a la producción y consumo de drogas, a revisar de nueva cuenta el tema migratorio y a relanzar el tratado comercial.

Hillary Clinton, la ex primera dama, la mujer traicionada, la exsenadora, la fría y calculadora representante del modelo político tradicional, la ex secretaria de estado, a sus casi 70 años de vida tiene enfrente la oportunidad de convertirse en el futuro de una potencia mundial.

Las urnas dirán si, a la inversa de Donald, sus virtudes pueden más que sus defectos.

Correo-e: bernantez@hotmail.com

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