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Historia del ángel del amor

Dr. Leonel Rodríguez R.

(Última parte)

Aun cuando el amor por su esposa fue muy grande, don Francisco Gámez contrajo nuevamente matrimonio en el que procreó varios hijos que radicaron en San Pedro. Por su parte, FRANCISCO GÁMEZ CRABTREE, único descendiente de la señora Enriqueta Carlota, creció al lado de la nueva familia que formó su padre en San Pedro de las Colonias, así como con los familiares de su madre que vivían en Lerdo; con el tiempo, se fue a radicar a la Ciudad de México, donde contrae matrimonio con la señorita AURORA REYES-RETANA MANERO, del que nace su primogénito: JAVIER GÁMEZ REYES RETANA, y ella morir después del parto. Don Francisco, al quedar viudo, contrae nuevas nupcias con la señorita MARTHA KLEIN VELASCO, el 12 de febrero de 1955, de cuyo matrimonio nacieron cuatro hijos: CARLOS, JULIO y MARCELA (gemelos) y JOSÉ. Finalmente, el señor Gámez Crabtree fallece en aquella ciudad en septiembre del 2004.

Por muchas décadas, la impresionante escultura del Ángel del Amor fue admirada y respetada por los visitantes al cementerio de la ciudad; así lo pudimos observar en fotografías periodísticas publicadas en febrero de 1998; sin embargo, para fines de noviembre de ese mismo año, ya se aprecian las primeras señales del "graffiti" y qué decir para inicios del 2002, fecha en que prácticamente toda la escultura había sido mancillada con crayolas, lápiz labial, marcadores indelebles y hasta broches para el pelo e instrumentos punzocortantes fueron utilizados para grabar en la alada figura los nombres de un sin fin de parejas; además, quedaron marcadas las manchas de decenas de labios que de pies a cabeza, pasando por el rostro, las alas, los brazos, dieron a la escultura buen número de jovencitas y tal vez una que otra madura mujer.

No conforme con todo esto, se colocaban veladoras que al derretirse la cera y mezclarse con el polvo y la tierra dejaron manchas que se impregnaron en la blancura del mármol. El motivo, la causa, el mito, la creencia de adjudicarle a la pieza escultórica poderes sobrenaturales, divinos, milagrosos, sobre todo los relacionados con el amor y el desamor, por lo que en su afán de lograr "un milagro" fueron dañando lastimosamente esta pieza escultórica.

Por muchos años, existió la inquietud por parte de las autoridades municipales, por parte de laguneros interesados en el arte, de rescatar esta bella obra escultórica, y fue en los inicios del 2004 cuando varias familias, descendientes de la señora Enriqueta Carlota Carbtree de Gámez, llegaron a un acuerdo: retirar de su tumba la ya famosa y "milagrosa" escultura y donarla a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, donde sería recibida por su párroco, el Sacerdote Rubén González Romero.

Fue en abril del 2004 cuando El Ángel del Amor fue retirado del lugar donde por más de ocho décadas había permanecido; de allí, fue trasladado con extremadas medidas de seguridad para no dañarlo hasta el costado norte de la iglesia, donde pacientemente trabajó el Maestro Escultor Carlos Estrada Sifuentes por más de tres meses hasta devolverle la blancura de su color original.

Posteriormente, fue colocada sobre una base de concreto y desde ese lugar, protegida por la verja que se localiza en el costado norte de la iglesia, capta las miradas de admiración y asombro ante la belleza y blancura de esta escultura que desde su ubicación se agrega a un atractivo más a la más que centenaria Ciudad Lerdo, optimistamente pensando que algún día pase a ser: CIUDAD LERDO DE SARABIA, DURANGO, como lo hemos sugerido desde hace varios años, desde la administración de la señora Rosario Castro.

Leonelrodriguez42

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