Hace una semana, tras el empate entre Pachuca y Santos en el juego de ida de los cuartos de final. Se sentía cierto nerviosismo en las personas que salían del Estadio Corona. Su mente les hacía creer que Santos Laguna ya estaba derrotado, cuando en realidad, aún no viajaba a Hidalgo para encarar el partido de vuelta.
En la casa de los Guerreros, Pachuca supo jugar a su manera y logró sacar ventaja con el gol de visitante; las cosas no parecían acomodarse para Santos. Yo me salí del estadio, sin ninguna intención de ver la rueda de prensa que iba a dar Luis Zubeldía, aunque para ser realistas, cuando vi el tráfico a las afueras del Corona, preferí quedarme a escuchar las declaraciones.
Zubeldía salió por esa puerta blanca donde se hacen notar los rostros de los protagonistas después de la batalla, puede ser de derrotismo o de victoria, depende del rendimiento en el campo, por supuesto.
El técnico argentino salió cabizbajo, con una incomodidad muy notoria al momento de escuchar las preguntas; sabía que su equipo la había pasado mal y de cierta manera se salvaron de un marcador más adverso, pero aún con la eliminatoria abierta.
Zubeldía dijo lo político pero no su sentir. Fue algo parecido a Javier Aguirre cuando dio una rueda de prensa previa a enfrentar a Argentina en la Copa del Mundo del 2010 en Sudáfrica. El exentrenador nacional tenía una gorra tapándole gran parte de la cara y con nula confianza en su interior; eso mismo manifestaba el joven técnico santista al salir a hablar el pasado viernes.
El sudamericano no supo responder el porqué Pachuca fue mejor, "No, no sé qué fue lo que pasó", dijo Zubeldía. Explicó correctamente su plan de tener más velocidad con Andrés Rentería y Luis Ángel Mendoza al frente, pero no supo detallar cuál fue la principal situación de la clara superioridad de los Tuzos en la primera mitad.
Como una imitación de un alumno que no estudió, sin saber qué era lo que pasaba, sin analizar el panorama que rodeaba el entorno de su equipo. La postura de Zubeldía era de derrota sin haber culminado la eliminatoria de los cuartos de final.
"Si el Tuca dijo que estábamos vivos, imagínense nosotros", lo dijo con cierto sarcasmo. Por lo menos, en el juego de vuelta fue más preciso y mantuvo el partido al filo de la butaca.
Algunos aficionados tenían esa misma actitud cuando salían del Estadio Corona, como si Zubeldía les hubiera aconsejado tener la misma postura que él tuvo en la rueda de prensa.
El equipo pudo pelear más por actitud que por talento en el juego de vuelta. La verdad es que Santos Laguna perdió desde que salió a la cancha en el Corona. No tenían ambición ni hambre de triunfo; tal cual debe tener siempre un equipo de futbol.
Luis Zubeldía tuvo la clásica actitud derrotista mexicana, esa misma que tuvo Javier Aguirre en aquel Mundial en Sudáfrica: Cabizbajo, vencido y poco convencido de la capacidad de su equipo para ganar.
Huggocarrillo94@gmail.com