Los jugadores jóvenes despiertan interés en países enteros cuando empiezan a dominar la bola de manera eficaz. Aunque parezca mentira, alguna vez Colombia se rendía ante los pies de Andrés Rentería por sus pasos en las selecciones inferiores; dotes goleadores y velocidad eran sus fuertes, algo inusual en un joven de su edad.
La juventud y poca vivencia en el claroscuro mundo del futbol, le dejó un mal sabor de boca en los últimos meses. Andrés Rentería sólo fue el futbolista que se quedó en como una propuesta lagunera que nunca despuntó y nada más, algo inoportuno en las planeaciones de inteligencia deportiva y la cartera.
Sus vivencias nocturnas y su peculiar forma de vestir como de rapero lucían y brillaban más que su propio talento, ese mismo que se quedó guardada en sus botines. Porque la capacidad la tenía, eso estuvo demostrado con Colombia. Un paso excepcional y reluciente marcando goles a tan poca edad.
Sus movimientos en el antro lo hacían resaltar entre la multitud mientras bailaba canciones interpretadas por las estrellas del momento, con un toque puertorriqueño y colombiano. Rentería portaba con estilo esas cadenas como de 50 cent y un color de piel que pasa poco desapercibido en las calles de Torreón.
Con gente alrededor gozando de poder estar con un jugador titular del Santos Laguna. Mundo oscuro del futbol, las tentaciones a flor de piel y la poca efectividad en la cancha.
Sólo un gol contra el América en una Liguilla fue lo mejor que se llevó Andrés Rentería de la ciudad que menospreció en unas declaraciones perturbadoras para los laguneros. Lo peor que pudo haber hecho a la ex afición que lo abucheaba y pedía su cambio cada vez que alineaba en el once titular.
Rentería siempre fue un nómada atado por un contrato. Un joven malcriado, con ganas de salir sin respetar las normas que el futbol por convicción ofrece. Embellecido por los billetes verdes y la popularidad regional; algo atroz en su carrera como jugador.
El profesionalismo carecía en el colombiano. Su displicencia era auténtica, como si hiciera un favor a toda la Comarca Lagunera en salir a la cancha a meter goles para la victoria. Sus pies le daban prioridad a la pista de baile que al área contraria, cosas inexplicables en una carrera que millones de niños y jóvenes desearían tener.
Andrés Rentería se fue por la puerta de atrás. Era algo que se veía venir, incluso demoró, su rendimiento venía para abajo y las actitudes nunca demostraron lo contrario.
Ahora enfrenta un nuevo reto en Querétaro. Será su decisión en enderezar esa carrera que desperdició varios años con Santos, o implementar la búsqueda en una nueva pista de baile para mantener los pies ocupados mientras baila al ritmo de la música que hace joven la noche.
Huggocarrillo94@gmail.com
