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Hoy no se fía, mañana sí

SIN LUGAR A DUDAS…

PATRICIO DE LA FUENTE
“¿Qué va a hacer el gobierno frente a este enorme desafío en sus finanzas? Podría, desde luego, contratar más deuda. Pero este gobierno ha venido agotando esta opción”.

— Leo Zuckerman

LA DEUDA…

Contraída por el Gobierno Federal, de la cual venimos hablando con preocupación desde hace más de un año, ya es vox populi y motivo de comentarios a ocho columnas en la prensa nacional.

La pregunta de oro que muchos nos hacemos, al igual que ocurre con el oprobioso pasivo no aclarado que nos dejó el hoy preso Humberto Moreira es: ¿qué se hizo con ese dinero y a dónde está yendo a parar más allá de lo reportado por la autoridad financiera?

Tal como lo consignó El Siglo de Torreón en una de sus notas más leídas: “Durante la primera mitad del gobierno de Enrique Peña Nieto, la deuda como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) creció en 10.15 puntos porcentuales, alcanzando un 44.9 por ciento”, y amplía: “Ese aumento es poco más de lo que avanzó la deuda como proporción del PIB en los sexenios de Fox y Zedillo y es superior a lo que creció en todo el sexenio de Felipe Calderón”.

Lo cierto es que ello representa, sin lugar a dudas, la mejor receta para el fracaso y, si no lo creen, basta voltear y mirarnos en el ejemplo europeo. De no haber observado tal nivel de endeudamiento, los efectos de la crisis financiera de 2008 hubiesen sido de mucho menor intensidad en Europa.

Bajo el entendido de que el encarecimiento del dólar, la amortización de pasivos y pago de intereses y otros fenómenos externos, influyen en el nivel de endeudamiento; quizá valdría la pena preguntarnos si nos estamos excediendo en nuestra verdadera capacidad de pago. Sin querer ser agorero de malos augurios, se percibe un fuerte tufo a otros tiempos y sexenios que derivaron en auténticas hecatombes financieras.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria estima que de continuar endeudándonos como lo estamos haciendo, el actual sexenio cerraría en niveles de casi sesenta por ciento -diez por ciento encima de lo declarado por la autoridad hacendaria.

En tanto, el gobernador del Banco de México Agustín Carstens, ha advertido que la desaceleración económica de China impactará a las economías emergentes, por lo que sus gobiernos deben prepararse. “Los mercados emergentes deben estar listos para una crisis potencialmente severa. El ajuste podría ser violento, y las autoridades deben estar listas para ello”, dijo.

En relación a los energéticos, desde el Foro Económico Mundial que tiene verificativo en Davos, Suiza, los especialistas apuntan que los bajos precios del petróleo, la inestabilidad en los energéticos y la incapacidad de implementar el estado de derecho, son factores que influyen en la confianza de los inversionistas, y desestiman la inversión extranjera directa.

Sin ser especialista y frente a todo lo anterior, es menester preguntarnos si el actual Gobierno de la República hace bien al contratar tales montos de deuda. Aquí cabría, en la administración de Enrique Peña Nieto a todos los niveles, la implementación de una política de verdadera austeridad que implique apretarse el cinturón en serio porque las otras opciones, elevar impuestos o recortar la inversión pública, representan medidas extremas e impopulares que un gobierno al que le queda tan poco oxígeno y capital político, no se puede permitir.

POR CIERTO…

El precio del dólar rasga la barrera de los 19 pesos y se estima que en el corto plazo, el precio del crudo caiga por debajo de los 20 dólares por barril.

Con dichas cifras, tal como lo comenté en mi colaboración radiofónica de los viernes en Noticieros Grem, será muy difícil implantar las tan publicitadas reformas estructurales, especialmente la energética.

Al tiempo, la comitiva presidencial trata de venderles a los saudíes y a los árabes, paraísos inexistentes. Se aplaude el esfuerzo, pero está en chino que se animen a venir, especialmente cuando el embargo financiero iraní ha sido levantado, y dicho país le entrará de lleno a competir en el terreno petrolero.

Ya lo ha admitido el director de Pemex, Emilio Lozoya: los ingresos de la paraestatal que dirige han caído ochenta por ciento. Demasiada oferta, y poca demanda.

Vaya turbulencias las que se avecinan…

Nos leemos en Twitter y nos vemos por Periscope, sin lugar a dudas: @patoloquasto

Facebook institucional: Patricio de la Fuente GK

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Escrito en: sin lugar a dudas

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