Ocurre que nuestra niñez suele ser sazonada por múltiples historias infantiles, las cuales han sido contadas una y otra vez a lo largo de los años y han sido deleite, divertimento, risas, llantos y uno que otro susto de generación en generación.
Historias que nos hablan de hadas, duendes, brujas, príncipes azules, dragones, doncellas, madrastras, manzanas, sirenas, enanos, demonios… y así hasta tener en su haber una gran lista de personajes. Cuentos que hoy son el deleite de pequeños que gracias a la magia de Disney, Pixar y demás productoras nos los presentan en video, en HD y 3D, haciendo de ellos lecciones a ser aprendidas sobre la solidaridad, la lealtad, la amistad, el arduo camino y la lucha incesante que ha de seguir el bien para triunfar siempre sobre el mal.
Blancanieves y los siete enanos, La Cenicienta, Pinocho, La Bella Durmiente, La Sirenita, La Bella y la Bestia, Caperucita Roja, y un catálogo vasto de historias con las que muchos de nosotros, ayer y hoy, hemos crecido, historias que se han tornado en clásicas que nos legaron escritores como Charles Parrault, Lewis Caroll, Carlolo Lorenzini, Los Hermanos Grimm, Hans Christian Andersen… al menos eso es lo que el colectivo cultural supone como un hecho.
Jamie Tehrani, de la Universidad de Durham, Inglaterra, y Sara Graça da Silva, de la Nueva Universidad de Lisboa, Portugal, publicaron un estudio en la Royal Society Open Science, en la cual plantean una teoría en la que plantean que el origen de estas historias de hadas se remontan a hace 6000 años, en la Edad de Bronce.
Tehrani y Graça da Silva analizaron 275 relatos basados en la magia en la que se incluyen alrededor de 2000 diferentes tipos de cuentos en los que se incluyen personas y objetos con poderes sobrenaturales que suelen ser los más frecuentes en las fábulas populares.
De acuerdo al reportaje de Juan Scaliter, publicado el 20 de enero de 2016 en la revista QUO, Tehrani comenta que "estas historias son mucho más antiguas que la primera evidencia literaria de ellas. Cuando los lingüistas estudiamos la evolución de una lengua, recorremos la estructura gramatical y fonética a lo largo del tiempo. Lo que nos interesaba era hacer algo similar con elementos culturales". Como resultado de la investigación realizada, les dejó con 76 relatos a los que era posible darles una fecha de nacimiento, al menos aproximada.
"Lo que este método nos permite -señala Tehrani en el citado reportaje- es rastrear el origen de dimensiones fundamentales de la cultura humana, mucho más atrás de lo que la evidencia física nos muestra".
En las conclusiones del trabajo de Tehrani y Graça da Silva, se establece que el cuento más antiguo sería El herrero y el diablo, cuyo origen se puede relacionar con las lenguas protoindoeuropeas, remontándose a unos 6000 años atrás, La Bella y la Bestia o El enano saltarín, por otra parte, tendrían entre 3000 y 4000 años de vida. En estudios anteriores realizados por Tehrani, ya había establecido que el origen de Caperucita Roja se remonta a casi mil años atrás, a una historia titulada: La abuela Tigre.
De los cuentos infantiles y el mundo maravilloso que nos ha pintado por años Disney, en los que elevan los conceptos de amor, humildad o generosidad, se ha escrito y estudiado muchos de sus derroteros, que dan como resultado el descubrimiento de algunas de las historias originales en las que sus autores estaban sumidos con elementos sobrenaturales y oscuros que no tenían ningún reparo en aplicar a sus cuentos o novelas. Así, historias como la Bella Durmiente, que con los años se fue suavizando gracias a las versiones que hicieron Perrault o los Hermanos Grimm, que aunque mantienen la misma estructura difieren un poco con relación al cuento original, el cual es de Giambattista Basile y que tiene por título "Sol, luna y Basile". En este cuento, el príncipe (que en realidad es un rey) viola a la dormida princesa (de nombre Talía), quien acaba teniendo dos hijos, (hombre y mujer) y que al paso de la historia uno de ellos, para alimentarse, quita del dedo de su madre la astilla que la mantiene hechizada. El rey, que vuelve a visitarla periódicamente, la encuentra despierta y con los niños y los lleva a vivir junto a su esposa, la reina, la cual intenta que su cocinero haga un guiso con los hijos de Talía para luego decirle con satisfacción que está devorando a su propia carne. Como venganza, el rey ordena realizar un auto de fe y quemarla viva por hereje, aunque se queda feliz con su familia… un poco diferente a lo que Walt Disney creó allá por 1958.
En fin… esos cuentos que hoy les contamos a nuestros niños de hoy, son los mismos que 6000 años atrás un primer autor contó para expresar sus miedos, angustias, esperanzas, o simplemente por el placer de contar historias… colorín, colorado, este cuento se ha acabado.