Independencia financiera

Existe en la actualidad mucha necesidad de respuestas fáciles o guías para salir pronto de problemas. Algo así como las sopas instantáneas, queremos con dos o tres sencillos pasos reconstruir un historial crediticio o nuestra propia economía personal y en realidad no es así. Siempre hay que tener claro que las soluciones mágicas no existen, al contrario, se necesita un profundo análisis de nuestra forma de vivir, ganar y gastar nuestro patrimonio para poder tomar las decisiones más adecuadas para cada caso individual.

Desde que el hombre comenzó a vivir en comunidad ha evolucionado la manera de organizar socialmente a sus integrantes. En la edad primitiva era la fuerza bruta la que definía al miembro de la horda que fungía como jefe. Más tarde, por ejemplo en la época feudal, un personaje llamado rey ejercía su poder sobre cierto territorio por designio divino, manteniendo control gracias a la participación de terratenientes que administraban sus dominios. No es sino hasta el siglo XVII cuando los partidarios de la Ilustración comienzan a hablar abiertamente de “Liberté, égalité, fraternité” (libertad, igualdad y fraternidad) como principios que todo ser humano debería de poseer por la simple razón de existir.

Lo anterior viene a colación porque últimamente algunos estudiosos y conferencistas financieros han acuñado un término llamado 'libertad financiera', el cual se define como la capacidad de cubrir nuestros egresos corrientes con ingresos pasivos, que son aquellos que para generarse no necesitan de nuestro trabajo o presencia. En otras palabras: que los ingresos por inversiones puedan pagar nuestros gastos sin que disminuya la calidad de vida o por el contrario esta mejore con el paso del tiempo.

UNA REFLEXIÓN PARA COMENZAR

Pero antes de ponernos optimistas en cuanto a la posibilidad de ser económicamente independientes reflexionemos un poco.

Vivimos en un mundo convulso donde la mayoría de las personas están inmersas en un implacable bombardeo de publicidad que sólo tiene como fin vender cualquier tipo de productos o servicios. Dentro del esquema consumista se incita constantemente al público a realizar compras compulsivas mediante mensajes convencen a los individuos de que la adquisición de ciertos productos y servicios le garantiza la aceptación y un alto estatus social.

Esta presión social provoca que la gente viva obsesionada y estresada por obtener dichos 'satisfactores' que cambian constantemente, conformando así una especie de círculo vicioso en el que siempre hay algo más que alcanzar. Un ejemplo de cómo se logra mantener siempre despierto el deseo de adquirir cosas es la rapidez con la que se actualizan los modelos de smarphones (ya viene el nuevo iPhone, otra vez...) tabletas y otros dispositivos electrónicos, o las temporadas de moda; en pocas palabras, se ha recortado en gran medida la vida útil de casi todos los productos.

Hace unos meses, el expresidente uruguayo Pepe Mujica difundió una reflexión sobre el verdadero valor de las cosas haciendo la conversión de la cantidad de dinero al número de horas que necesita trabajar una persona para poder adquirir los productos de moda.

¿Es esta una nueva forma de esclavizar al individuo? Cada persona tendrá una respuesta diferente según sea su situación económica y su contexto.

TOMAR LAS RIENDAS

Las finanzas no se arreglan con buena vibra. En la web podemos encontrar un sinfín de páginas con información y cursos de motivación para ser grandes emprendedores y lograr la 'idependencia económica', son algo así como sectas de autoayuda que divulgan algunos principios de buena administración, finanzas y mucha 'buena onda'. Dejando de lado los estereotipos y clichés, la pregunta es: ¿verdaderamente se puede en este mundo hipotecado ser cero deudas o sólo es un sueño? Nuevamente no hay una respuesta única, pues esta depende de cada individuo y factores como sus aspiraciones, sus complejos y crianza, etcétera.

Mientras descubrimos si es o no posible la anhelada 'independencia económica' enlistamos a continuación una serie de consejos que nos pueden poner en el camino de llevar unas finanzas más sanas y construir un patrimonio más sólido en el futuro.

Cabe aclarar que estos son sólo ejemplos de estrategias que se pueden adoptar para mejorar la situación económica de las personas, mas en ningún momento es nuestra intención que sean vistos como remedios absolutos o extraordinarios.

Crear un plan financiero: registrar todas las transacciones para después poder hacer un análisis y detectar los gastos de los que se puede prescindir. Adicionalmente, hacer un recuento de todos los valores para poder determinar con certeza nuestra posición actual.

Pagar las deudas con el plan bola de nieve: existen dos versiones; la primera es ordenar las deudas según el monto de menor a mayor y pagar primero la más pequeña, lo que en teoría nos dará la satisfacción suficiente para seguir adelante; la segunda opción es ordenar las deudas según la tasa de interés y comenzar a pagar la más alta.

Crear un fondo de emergencia: la idea de crear un fondo de emergencia es contar con el dinero suficiente para enfrentar gastos inesperados por accidentes, enfermedades o problemas laborales que requieran el desembolso de una cantidad importante de efectivo en una sola exhibición. Lo recomendable es que este fondo sea por lo menos de tres a seis meses de salario.

Ahorrar para el retiro: en la actualidad la mayor parte de la población económicamente activa en nuestro país no tiene una cuenta de ahorro para el retiro, y los que la tienen, al hacer una proyección de cual sería la pensión a la que accederán en su vejez, se dan cuenta de que los recursos serán insuficientes. Por lo que se recomienda ahorrar como mínimo el 15 por ciento de los ingresos nominales durante toda la vida laboral, con el firme objetivo de tener una pensión que pueda mantener un nivel de vida adecuado al llegar a la tercera edad.

Ahorrar para la universidad de los hijos: existen seguros de educación universitaria con amplia cobertura, pero si ninguna de las opciones disponibles parece adecuada, está la alternativa de abrir una cuenta de ahorros desde una edad temprana. Para que cuando llegue el tiempo de que los hijos realicen sus estudios superiores los recursos no sean escasos. Cabe recordar que en México el porcentaje de jóvenes que cursan la universidad es muy bajo, por lo que asegurar esta parte de la formación es muy importante.

Crear un presupuesto: una de las principales características de las finanzas es la capacidad de predecir los fenómenos económicos, así es también en la vida cotidiana. Para poder salir adelante con un plan de libertad financiera deberemos plantearnos un presupuesto lo más específico posible, ya que la manera en que nos apeguemos a él marcará una muy importante diferencia en nuestra vida, pues minimizará los episodios de incertidumbre, que la mayoría de las veces son provocados por gastar más de lo que se tiene o por una mala percepción de los aumentos salariales.

Proponerse metas financieras: lo ideal es establecer algunas metas financieras para uno mismo. Se debe contar con un plan bien definido para el futuro si se deses ser más independiente en las finanzas.

Pagar las tarjetas de crédito totalmente cada fin de mes: hay que asegurarse de no exagerar al utilizar la tarjeta de crédito, ya que esto podría generar una gran deuda. Las tarjetas de crédito generan intereses con el tiempo y tener una deuda a largo plazo puede dañar nuestra calificación crediticia e impedirnos resolver situaciones de emergencia el futuro o bien llevar a cabo algunos proyectos importantes. Lo más aconsejable es pagar el recibo de la tarjeta de crédito por completo cada mes, marcar en el calendario las fechas en las que se vencen los recibos de lastarjetas de crédito.

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