La señora Rita Teaotia, secretaria de Comercio de la India, estuvo en nuestro país para participar en la IV reunión del Grupo de Alto Nivel sobre Comercio, Inversiones y Cooperación Económica, creado para poner en práctica la cooperación que México e India deben darse para unir planes y esfuerzos, tanto del gobierno como del sector privado. Los dos días de conversaciones se caracterizaron por el diálogo entre funcionarios y empresarios indios y mexicanos, reunidos por COMCE.
Los acuerdos de acción fueron específicos para identificar áreas más susceptibles de crecimiento y desarrollo como los sectores automotor, el de sus partes y componentes, el farmacéutico, el de alimentos procesados y turismo. Se trataron aspectos que el desarrollo bilateral requiere como: facilitar y acelerar la expedición de visas para comerciantes, estudiantes y técnicos, el intercambio de personal calificado, aligerar trámites aduanales y ampliar apoyos financieros. Se mencionaron las reglas en materia de compras de gobierno que a juicio de los empresarios entorpecen el comercio con la India.
Se reveló que México e India compartimos la misma preocupación por el bajo precio de los productos chinos que invaden los mercados internos. A este respecto, no basta declarar desleal tal competencia, hay otras medidas que hay que enderezar para igualar las condiciones de mercado y mantener internacionalmente competitivos los productos nacionales indios y mexicano.
Al margen de la reunión, la secretaria Teaotia mencionó el avance considerable en las negociaciones para constituir la gran área de comercio llamado RECEP que abarcará India, China y los países de ASEAN reuniendo más de una tercera parte de la población mundial, 40 % de la producción industrial y de comercio mundial. La Asociación Comprehensiva Regional Económica (RCEP) es la respuesta asiática al Tratado Transpacífico (TPP) que los Estados Unidos han venido propulsando y del que nuestro país será miembro cuando sea ratificado.
Aunque mucho se diga que ambos titánicos proyectos se complementan, un somero repaso a sus respectivas características apunta a diferencias.
La primera está en que el TPP propone drásticas desgravaciones arancelaras recíprocas entre sus miembros. El proyecto además estipula reglas de origen, vigencia de patentes farmacéuticas y normas para compras de gobierno que altamente convenientes para los países exportadores más avanzados. Por el contrario, el RCEP no dependerá tanto de rebajas arancelarias sino que en las últimas sesiones negociadoras, como la de Nueva Zelanda, el acento está en mejorar las condiciones de mercado aspecto en que la India insiste.
Lo anterior refleja el hecho de que a lo largo de las últimas décadas de acuerdos bilaterales y regionales el impacto de los niveles arancelarios no es tan decisivo. Donde las tarifas se han eliminado por completo el país queda sin fichas por lo que las negociaciones que ahora se realizan se centran más en cuestiones no tarifarias.
En la saturación del comercio provocada por la multiplicidad de acuerdos económicos la utilidad de futuros esquemas convencionales, a base de desgravaciones, queda cuestionada. Hace tiempo que en Europa no hay rubros importantes pendientes. En América Latina cubren el espectro veinte años de negociaciones en ALALC y sus sucesores como ALADI o Alianza del Pacífico. Los proyectos como el TPP o RCEP están diseñados para absorber una gran parte de los esquemas bilaterales y regionales existentes.
Independientemente de las proclamas por un libre comercio mundial libre de proteccionismos, los países industrializados siguen promoviendo la producción de actividades que estiman prioritarias con apoyos de todo tipo como reglamentos administrativos y preferencias financieras. El caso se agudiza en los productos agropecuarios. No existen indicios de que cancelen esos apoyos que, desde luego, la OMC condena. Sin embargo, Estados Unidos, Europa y Japón insisten en que los países "emergentes" bajemos nuestros aranceles de importación para productos del campo.
La señora Teaotia se mostró firme en que la India no rebajará su protección arancelaria hasta que los industrializados eliminen sus exagerados apoyos agropecuarios. México debería seguir este ejemplo.
Las actuales condiciones para el comercio internacional no son fáciles para ninguno de los participantes. En los acuerdos internacionales de nueva generación debe figurar la informática, como un instrumento de diseños logísticos, para rebajar costos de producción, almacenamiento y transporte a grados hasta ahora inimaginables.
La India y está intentando adecuar sus estructuras a los nuevos tiempos. Uno de los propósitos del Grupo de Alto Nivel que acaba de sesionar en México es el de montar la cooperación necesaria para que ambos países caminen al mismo paso en sus desarrollos.
Dentro de pocas semanas sesionará un comité para monitorear y evaluar el cumplimiento de los acuerdos.
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