¿Quién recuerda la serie de televisión 'Los Intocables'?
En los setenta, eran un grupo de policías especializados en el combate contra las mafias de los años veinte, en los Estados Unidos. Su jefe, Eliott Ness, federal invencible a pesar de los intentos de los mafiosos, pero sobre todo incorruptible, a quien no pudieron comprar y tampoco hacerle desistir por temor.
Hoy no existe ese tipo de "intocables", pero hay otros quizá más perniciosos, guarnecidos en la burocracia o de "cuello blanco", que se dedican a afectar nuestras vidas con sus abusos.
Le comparto dos casos reales, uno del ambiente empresarial y otro del institucional.
Un médico cirujano, graduado hace ya algunos lustros, decidió acompañar a un condiscípulo a la boda de su hija, ceremonia a celebrarse en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
El entusiasmo creció cuando se sumaron otros buenos amigos, algunos con sus parejas; era la oportunidad de refrendar afectos, conocer a parejas de los matrimonios formados y compartir una pausa de alegría.
Preparó su viaje, desde Hermosillo, Sonora, a Monterrey, Nuevo León, para luego trasladarse por tierra al encuentro tan esperado por meses.
Por su profesión, llegó al aeropuerto retrasado para abordar el avión y a pesar de tener oportunidad de hacerlo no se lo permitieron, debiendo pagar una penalización de casi dos mil pesos a fin de tomar el vuelo siguiente. Aunque apresurado, podría llegar a la boda de la hija del amigo.
El vuelo de la más cara línea aérea de México se demoró por "causas ajenas a la empresa" y luego de una hora de espera, nuevamente fue retrasado por un tiempo mayor no especificado.
Al pedir información, la respuesta de la coordinadora del vuelo fue: -"es por su seguridad" y al pedir le regresaran su maleta y le reintegraran su dinero, -ya que no podría cumplir su objetivo de encuentro con amigos- la respuesta fue: -"haga una petición por escrito a nuestras oficinas en la ciudad de México".
La agonía del trámite burocrático continúa, ante la impunidad de la línea aérea, contra la que no ha podido hacer nada la Profeco.
La frustración y el coraje no tiene precio y ese es un ejemplo del abuso de poder y complicidad de las autoridades.
El otro caso es en un trámite en el IMSS.
El jubilado, al observar su nombre en la documentación recibida, descubrió un error en la ortografía de su apellido. Inició el "calvario".
Debió sacar constancia del error en las oficinas administrativas, por lo que tuvo que acudir a varias ventanillas y luego hacer fila con servidores lentos, displicentes y mal encarados, quienes le informaron que había de obtener una constancia en el Registro Civil.
Tuvo que acudir al primero, luego al segundo, donde lo mandaron al tercer Registro Civil y después nuevamente al primero, hasta conseguir el anhelado documento.
Ya de regreso al IMSS, luego de esperar a la responsable de la ventanilla, ésta debió acudir a otra área para recibir el documento que debía entregar al solicitante, quien firmándolo agradeció a Dios el fin del suplicio, que inició por una empleada irresponsable al momento de registrar su nombre.
Esos son otros "intocables" y dejo a su experiencia enumerar los múltiples casos que se dan a cada momento en nuestro México.
Valdría la pena conocer los costos que genera la ineficiencia en las instituciones públicas; ¿cuántos irresponsables generan un costo extraordinario a los servicios?; considere que los pagamos con nuestros impuestos.
Piense en las oportunidades se pierden por los lentos y desesperantes trámites burocráticos. Para obtener una licencia comercial deben pasar hasta semanas y meses, padeciendo agravios de los sostenidos con nuestros impuestos; en otros países, el mismo proceso se efectúa en cuestión de horas.
El abuso de la empresa privada, donde la calidad del servicio dado es muy por debajo de su costo, es ejemplo de falta de profesionalismo, ineficiencia y la "confusión" existente en nuestros procedimientos legales para inconformarnos; son tan complicados que les favorece… "intencionalmente"
Algunas empresas de análisis financieros consideran mermas por la corrupción y el burocratismo de hasta 35 % de los costos y esas cantidades, estratosféricas, también son pagadas por nosotros.
Vivimos la crisis económica mundial y México no es excepción; de hecho, tenemos graves dificultades para encontrar dinero y atender los programas de servicio público; las causas son conocidas en todos los casos, que van desde la incapacidad para servir al cliente o entregarlo conforme al costo, hasta los intereses políticos que se encuentras "amarrados" con las masas votantes, particularmente contra los menos preparados y más pobres.
Hay mucho por hacer; lo más simple: ¡No se deje! y exija en cada caso que le den el respeto que se merece y el producto con la calidad y prontitud que le han prometido a cambio de su dinero. ¿Está Usted dispuesto?
ydarwichual.mx