La inversión en infraestructura y la provisión de los servicios públicos son elementos esenciales para promover la competitividad de las naciones. Además, constituyen una punta de lanza para generar bienestar en los ciudadanos y cubrir las necesidades de las empresas.
México, la segunda economía más importante de América Latina, requiere modernizar sus recursos, desarrollar su potencial económico y optimizar las posibilidades de atraer nuevos capitales pues, a medida que la población crece, las necesidades por infraestructura y servicios públicos también se incrementan.
Las entidades responsables de procurar la infraestructura de un país, es decir, los gobiernos, necesitan cada vez más recursos para impulsar este sector. Pero en una época marcada por la volatilidad e incertidumbre de los mercados, como la que vivimos hoy en día, se generan restricciones presupuestales que llevan a los gobiernos a buscar los mecanismos de financiamiento que les permitan continuar desarrollando las obras en beneficio de la competitividad del país. Y ahí se presenta una oportunidad de valor para hacer crecer las empresas.
Optimizar la competitividad. La demanda de la población por más infraestructura en nuestro país y por mantenerla en óptimas condiciones explica que el Programa Nacional de Infraestructura (PNI), formulado en 2014 por las autoridades, haya determinado inversiones por 7.7 billones de pesos (bdp) para financiar más de 400 proyectos de toda índole en los sectores de comunicaciones y transporte, energía, salud, desarrollo urbano, vivienda y turismo. Este es uno de los planes más ambiciosos de las últimas administraciones.
En momentos de vaivenes económicos, en los que la capacidad de recaudación de los tres niveles de gobierno se ve limitada por el lento crecimiento económico y por la caída en precios de los energéticos, el sector de infraestructura suele ser de los más afectados, lo que llega a comprometer la competitividad del país.
Sin embargo, esas restricciones presupuestales que México enfrenta no necesariamente implican un freno al sector.
Por el contrario, los recientes recortes realizados al gasto público abren una ventana a las empresas que cuentan con capacidad para asumir algunos de esos proyectos.
En estos ambientes, las empresas privadas que están en condiciones de ofrecer soluciones de gestión y financiamiento más flexibles pueden detectar oportunidades de negocio. Si las saben aprovechar, obtendrán beneficios para su organización y para el país.
Para esto, hay que conocer a profundidad que existen múltiples e innovadores instrumentos de financiamiento que permitan unir las capacidades técnicas y financieras para minimizar el efecto negativo de los factores externos y lograr las metas.
Mecanismos de financiamiento. El mercado mexicano cuenta con una amplia y diversa oferta de mecanismos de financiamiento de infraestructura al alcance de gobiernos y desarrolladores.
Debido al importante nivel de inversión que esta industria demanda, los actores involucrados necesitan contar con múltiples fuentes para la obtención de recursos económicos. En la actualidad, el mercado ofrece una diversidad de instrumentos, incluyendo los clásicos y los innovadores, como lo son los siguientes:
- Asociaciones público privadas (APP)
-Fideicomisos de infraestructura y bienes raíces (Fibras)
-Fideicomiso de inversión en energía e infraestructura (Fibra E)
-Financiamiento bancario
-Colocaciones públicas
Es importante tomar en cuenta que se debe analizar con profundidad el proyecto a realizar para determinar la modalidad óptima de financiamiento que asegure su viabilidad. Las APP son quizá uno de los mecanismos de financiamiento de infraestructura más conocido y ofrece múltiples beneficios; no obstante, presenta retos y complejidades propios del esquema que deben tomarse en cuenta también durante la evaluación del proyecto.
Construir, operar y mantener la infraestructura que un país necesita es un reto, pero también es una oportunidad para los gobiernos y las empresas privadas. Es una tarea que requiere una metodología detallada, tanto desde el punto de vista de quien la promueve como de los consorcios interesados en participar.
Medir la capacidad de generar ingresos, entre otras variables sensibles, es uno de los primeros pasos para garantizar la viabilidad y conveniencia de participar en propuestas de estas dimensiones. Las organizaciones y el gobierno deben evaluar cuáles son los instrumentos financieros que ofrece el mercado. Contar con una asesoría especializada para evaluar el entorno, definir los escenarios de oportunidad y analizar la viabilidad de la obra.
Socio Líder de Asesoría en Servicios de Infraestructura de KPMG en México
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