Aventura. La puesta en escena que se presentará en el Teatro Nazas ha recibido varios premios.
YOHAN URIBE
El Siglo de Torreón
Con la participación de los actores Adrián Vázquez, Austin Morgan, y Hamlet Ramírez; como actores principales y bajo la dirección de Alejandro Ricaño, hoy a las 8:00 de la noche en el Teatro Nazas, se presentará la puesta en escena Más pequeños que el Guggenheim.
Como parte del Festival Internacional de las Artes de Coahuila Julio Torri 2016, llega una propuesta escénica de carácter gratuito que invita a los asistentes a reflexionar de manera divertida sobre valores como la amistad y el amor.
Dialogada y narrada, y situada en España y México, el montaje Más pequeños que el Guggenheim, cuenta la historia de amigos desempleados que buscan en el teatro una manera de aliviar su soledad. Al concluir sus estudios de teatro, Sunday y Gorka deciden probar suerte en Europa.
Tres meses les bastan para regresar, no volver a hacer teatro y dejar de verse durante diez años. Ahora se han reunido y planean hacer una obra que les devuelva el sentido a sus vidas.
A esta aventura se unirán Al, un albino bizco y huérfano; y Jam, el cajero de un minisuper que sueña con ser actor, para dar pie a una serie de anécdotas que llevan al espectador a estimular la imaginación.
El montaje además es una visión simple del teatro. Una reflexión sobre el fracaso. Sus personajes simplemente están ahí, asumiendo de la mejor manera una vida que no es ni remotamente lo que esperaban.
La obra es dirigida al público en general y no se requieren boletos para el ingreso, el cupo será limitado a la capacidad del Teatro Nazas. La cartelera completa del festival se puede descargar a través de la página www.Coahuilacultura.com al igual que de la página de Facebook /Secretaría de Cultura de Coahuila, y en @CulturaCoahuila.
Cortesía
Una apuesta al valor
El director y escritor de la puesta en escena, Alejandro Ricaño, afirma que el propósito de la obra no es hacer reír. "Hay obras que hacen reír mucho y se quedan en eso, acá hacemos reír para desarmar al público, para contarles una historia dolorosa, sensible, cuyo objetivo es conmover. La obra no es cursi ni pretenciosa, no busca hacer llorar, es inevitable lo que le pasa a los personajes y es inevitable lo que sienta el espectador, es difícil que éste no salga conmovido de la obra. Si uno va al teatro y no se conmueve, no tuvo ningún sentido asistir".
Más pequeños que el Guggenheim, es una comedia sobre la amistad, una visión simple de la vida y una reflexión sobre el fracaso.
