México ha carecido por décadas de una izquierda política sólida, inteligente y eficaz.
Por una u otra razón los partidos y fuerzas de izquierda nacen con entusiasmo, crecen en medio de disputas y terminan escindidos a la vuelta de los años.
Así sucedió con los partidos que recibieron el reconocimiento oficial en los años 70 luego de varias décadas de permanecer en el clandestinaje ante la represión del gobierno.
La revolución mexicana del siglo XX nació con la inspiración de las ideologías socialistas europeas para concluir en una dictadura de partido similar al bloque comunista soviético.
En el camino tuvo variantes interesantes como el gobierno nacionalista de Lázaro Cárdenas, quien además de expropiar el petróleo a compañías extranjeras, despojó de enormes posesiones de tierras --conocidas como latifundios-a particulares y empresas foráneas.
El PRI-gobierno también tuvo regímenes de centro-derecha como ocurrió en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz (1964-70), quien mantuvo a raya a la economía al fortalecer al sector privado al tiempo que cerraba los canales de la libre expresión a los sectores progresistas.
Los últimos gobiernos de izquierda socialista en México fueron encabezados por Luis Echeverría (1970-76) y José López Portillo (1976-82).
Echeverría quiso reivindicar la matanza de Tlatelolco de 1968 que había enfrentado como secretario de Gobernación a través de programas sociales y medidas populistas que llevaron a México a una tremenda crisis política y económica al terminar su gobierno.
López Portillo asumió el poder con un plan económico y social conservador, lo que permitió al país salir de la crisis y recuperar la confianza de los inversionistas.
Pero la bonanza petrolera y algunos delirios del primer mandatario complicaron el camino y llevaron a México a uno de sus peores momentos. Para intentar salvar su imagen, López Portillo recurrió al extremo de nacionalizar la banca e implantar un control de cambios que puso al país al borde de la quiebra.
De entonces a la fecha los gobiernos dieron un giro sustancial en el manejo político, social y económico.
Miguel de la Madrid abandonó paulatinamente las políticas de izquierda para reinstalar al sector privado en varios sectores vitales del país.
Carlos Salinas de Gortari fue más lejos al regresar la banca a los inversionistas particulares, desmantelar el ejido con un nuevo régimen legal y privatizar decenas de empresas oficiales. Negoció con Estados Unidos y Canadá el tratado de libre comercio que fomentó el intercambio entre los tres países. Pero errores políticos y el surgimiento de la violencia ocasionaron una nueva y terrible crisis.
Ernesto Zedillo mantiene y profundiza la llamada línea neoliberal en su esfuerzo por superar el "error de diciembre de 1994", acción que consigue al paso de los años para entregar a la oposición en el año 2000 un país más estable.
Los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón fortalecen al sector privado y la inversión extranjera, la economía crece, pero no al ritmo esperado y tampoco logran demoler del todo el sistema político y económico implantado por el PRI.
En el 2012 regresa el tricolor al poder con un enfoque modernizador, promueve varias reformas estructurales que los propios priistas se habían negado a aprobar. Con todo y ello el país no consigue las tasas de crecimiento idóneas ni tampoco recuperar la paz y estabilidad social.
Ahora que un partido liberal apunta para llegar al poder, como es el caso de Morena con Andrés Manuel López Obrador, fuerzas de la izquierda intentan reunificarse a través de la creación de un frente al interior del PRD que llevará el nombre de Militantes de Izquierda.
El primer objetivo es impedir las alianzas electorales del PRD con el PAN que sorpresivamente se han concretado en años recientes, por cierto con resultados favorables en algunos comicios.
Esta fracción del PRD pretende estar abierto a las alianzas con partidos de izquierda como Movimiento Ciudadano y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), situación que años atrás resultaba imposible por el cisma registrado entre López Obrador y los perredistas.
Sería deseable contar en México con al menos un partido progresista serio y responsable que compita de tú a tú con el PAN y el PRI. Sin embargo, han sido tantos los tumbos, las pifias y divagaciones de los políticos de izquierda que será muy difícil que esto ocurra. Y menos cuando faltan menos de dos años para la elección presidencial.
APUNTE FINAL
'A la senadora Ana Gabriel Guevara, las autoridades no han logrado identificar y menos arrestar a los cuatro presuntos culpables. ¿Si así sucede a pesar de la contundente y ampliamente divulgada denuncia de la exatleta sonorense, ¿qué pasará con las agresiones que día tras día sufren miles de mexicanos por parte de delincuentes, policías y funcionarios prepotentes?
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