Siglo Nuevo

Javier Marías. La realeza del tiempo

Presentando al rey de Redonda

Foto: Paneka

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MINERVA ANAÍD TURRIZA

Hay un pequeño reino junto al mar, se llama Redonda y pertenece al imperio de las palabras. Su actual monarca es Javier Marías.

Para aquellos que se pregunten sobre la existencia física de este lugar es preciso aclarar que Redonda es una diminuta isla, dependencia de Antigua y Barbuda. La leyenda de sus peculiares regentes va más o menos así: el banquero Matthew Shiell compró la isla en 1865 y le pidió a la reina Victoria el título de rey de Redonda, ella se lo concedió a condición de que no hiciera ninguna política opuesta a los intereses británicos.

El hijo de Matthew, M.P. Shiell, se convirtió en escritor y cuando agotó su reinado cedió el título y los derechos de su obra a su protegido John Gawsworth, también escritor.

Gawsworth hizo lo propio, legó título y derechos, en beneficio de otro autor, John Wynne-Tyson, quien abdicó del trono en la década de los noventa del siglo pasado y designó como sucesor a Marías, el rey Xavier I.

Sin embargo, la legitimidad del español está en entredicho porque Gawsworth vendió y comprometió varias veces el título. La polémica sobre quién es el verdadero rey tiene involucradas a otras tres personas: Max Legget, Robert Williamson y William Leonard Gates, quien reconoce a Javier Marías como el albacea literario de los primeros reyes, pero nada más.

Marías ha otorgado títulos nobiliarios a distintas personalidades como: Pedro Almodóvar, Pierre Bourdieau, Francis Ford Coppola, Umberto Eco, Milan Kundera, Juan Villoro y Arturo Pérez-Reverte, entre otros. Quien desee conocer con detalle cómo fue que el actual monarca obtuvo el título puede leer Negra espalda del tiempo; aunque por lo general a los lectores del madrileño les tienen sin cuidado los problemas causados por la pequeña isla. Están más interesados en los goces y sufrimientos que provocan sus obras.

LOS IMPRESCINDIBLES

No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados. Así comienza Corazón tan blanco, cuyo protagonista y narrador, Juan Ranz, recién casado y con presentimientos de desastre, nació gracias a esa muerte.

Si bien la novela parte de un simple drama familiar es, por fortuna, mucho más que eso, pues toca temas hermanados como lo terrible que resulta saber demasiado y la imposibilidad de dejar de saber aquello que hemos conocido; la sospecha y la instigación, y sobre todo la verdad como un elemento dañino que justifica mantener ciertos hechos en secreto.

Mañana en la batalla piensa en mí, es otra novela con un arranque igualmente impresionante: Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda. Nadie piensa nunca que vaya a morir en el momento más inadecuado a pesar de que eso sucede todo el tiempo, y creemos que nadie que no esté previsto habrá de morir junto a nosotros.

Víctor Francés, cena en casa de Marta Téllez, una mujer casada cuyo marido se encuentra de viaje. Justo cuando están por consumar el adulterio ella sufre un repentino malestar y muere. El protagonista huye, dejando en casa al hijo de Marta, un pequeño de dos años, único testigo de su presencia en el lugar. Víctor llevará esa muerte sobre su espalda aunque no haya cometido ningún crimen, y de manera un tanto obsesiva tratará de averiguar qué pasó tras su huida, cómo reaccionó el marido ausente, qué fue del niño… La culpa, la duda, la obsesión, el engaño y la traición son los puntales en esta obra.

En Los enamoramientos tenemos, por primera vez en las novelas de Marías, a una mujer como protagonista y narradora, María Dolz. Miguel Desvern o Deverne muere apuñalado por un desconocido y de forma más bien accidental. De manera fortuita Dolz conoce un dato que hace de esa muerte un hecho no tan azaroso como parece, quizá haya una intriga mucho más profunda detrás. En esta obra Marías aborda una nave en la que los pasajeros son el amor, el azar, la memoria, la impunidad y lo escurridiza que resulta la verdad.

EL ESTILO Y LOS PREMIOS

Con cierta frecuencia los protagonistas de sus novelas son editores, intérpretes, traductores, algún escritor fantasma… "personas que han renunciado a sus propias voces", según el autor. También se da el caso de que alguno de los protagonistas sea identificado con el propio Javier Marías, como sucedió con el profesor de Todas las almas.

El estilo del madrileño es peculiar y reconocible, se apoya en la repetición constante de palabras, frases e ideas, narración más bien densa, ritmo pausado y pocos diálogos.

Escribe oraciones increíblemente complejas que abarcan tranquilamente diez o más renglones y párrafos igualmente largos que llegan a ocupar páginas enteras. Por ejemplo, el párrafo inicial de Corazón tan blanco va de la página 19 a la 24 en la edición de bolsillo.

Además sus protagonistas no se limitan a narrar los hechos, tienden a mantener enormes monólogos internos, caminos sinuosos no tan sencillos de seguir, reflexiones filosóficas y no tanto con múltiples interconexiones donde una cosa lleva a la otra y a la otra y a la otra… pero, ¿no funciona así el pensamiento, la mente de todos? Otro sello del español es que las referencias cinematográficas son recurrentes y a veces incluso fundamentales en sus novelas.

En 1972 se publicó su traducción de La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Laurence Sterne -uno de los autores en lengua inglesa más complejos- por la que ganó al año siguiente el Premio de Traducción Fray Luis de León.

Mañana en la batalla piensa en mí (1994), obtuvo el Premio Fastenrath, de la Real Academia de la Lengua, y el Rómulo Gallegos, que nunca antes había sido otorgado a un español.

En 2012, fue galardonado con el Premio Nacional de Narrativa concedido por el Ministerio de Cultura de España. Marías rechazó el premio. No le gusta recibir distinciones de instituciones gubernamentales porque se rehúsa a llenarse los bolsillos con dinero del erario.

SHAKESPEARE Y NO CERVANTES

A Javier Marías se le ha acusado varias veces de ser un escritor “poco español” o de “tener de español sólo la lengua” quizás en parte porque durante en la década de 1970 formó parte de los 'novísimos', grupo caracterizado por rechazar la tradición literaria española del realismo y el amor a la patria.

Otro factor puede ser que su gran referente literario es William Shakespeare. En muchas de las obras de Xavier I aparecen varias citas de obras del dramaturgo inglés, las referencias no son gratuitas pues los fragmentos elegidos tienen gran relevancia y relación directa con la trama.

Incluso varias de sus novelas llevan por título alguna frase shakesperiana. Corazón tan blanco toma su nombre de una línea de Macbeth: Mis manos son de tu color, pero me avergüenzo de llevar un corazón tan blanco.

Mañana en la batalla piensa en mí pertenece a las pesadillas de Ricardo III, Mañana en la batalla piensa de mí, caiga tu espada sin filo: desespera y muere.

El siguiente extracto de La tempestad: What seest thou else in the dark backward and abysm of time?, en la versión personalísima del español, da título a Negra espalda del tiempo; la frase resulta difícil de traducir, pues sería algo como “¿Qué más ves en el oscuro revés y el abismo del tiempo?”.

La trilogía Tu rostro mañana se tomó de Enrique IV: ¡Qué deshonra es para mí recordar tu nombre! ¡O conocer tu rostro mañana!

Su libro más reciente, Así empieza lo malo, es un eco del tercer acto de Hamlet: Así empieza lo malo y lo peor queda atrás.

Dice un refrán que “En tierra de ciegos el tuerto es rey”, no deja de ser curioso que en tierra de cervantinos, el único monarca entre la pléyade de escritores sea un partidario del Bardo.

Más allá de las afinidades o las influencias, la prosa de Xavier I parece pertenecer a la tercera categoría de los escritores según Schopenhauer: la de aquellos que primero han pensado y luego se ponen a escribir. Las obras de Marías dan la impresión de ser, más que palabras acumuladas en párrafos, auténticas ideas, pensamientos, o el espíritu humano entregado a sus cuitas y gozos en esa batalla entre el ayer y el mañana, entre la nostalgia que empaña el corazón y un futuro que pierde la memoria.

Correo-e: dianaavrenim@hotmail.com

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