La sentencia de un Juez de Ciudad Lerdo, que obliga a la Administración Municipal a prestar servicios urbanos básicos a los ciudadanos que con sus familias habitan en el Fraccionamiento Quintas San Isidro III, constituye un saludable precedente que al propio tiempo, exhibe la apatía de las autoridades tanto de dicho Municipio como del Estado de Durango, en la aplicación de las disposiciones en materia de asentamientos humanos.
Como informó el lunes pasado El Siglo de Torreón, la sentencia emana de un procedimiento administrativo seguido en forma de juicio, en el que los vecinos del fraccionamiento reclaman la falta de servicios públicos básicos que les han sido negados por el Ayuntamiento que preside Luis de Villa Barrera, con la excusa de que los empresarios que construyeron ese sector habitacional, incumplieron diversas obligaciones legales y se ausentaron de la región sin haber hecho entrega formal de ese fraccionamiento y de al menos otros siete fraccionamientos más, al Municipio de Lerdo.
El deterioro urbano de Ciudad Lerdo viene desde el reparto agrario que al prohibir la comercialización las tierras ejidales, impuso una camisa de fuerza al crecimiento de la Ciudad Jardín que en su tiempo fue causa de corrupción del sistema y origen del crecimiento desordenado y anárquico, lo que aunado al desinterés y la indiferencia ancestral de las autoridades de Durango Capital, genera una decadencia creciente que hoy día parece no tener límites
Lo desconcertante es que llegada la sentencia cuyo comentario nos ocupa al seno del cabildo lerdense, algunos ediles expresen resistencia para cumplir con el mandato legal y muestren ignorancia respecto a las consecuencias de la misma, lo que hace suponer que no tienen idea del marco legal contenido en los artículos 100 al 105 de la Constitución Política del Estado de Durango y 102 fracción VII de la Ley Orgánica del Municipio Libre, que aterrizan finalmente en el Reglamento del Juzgado Administrativo del Municipio de Lerdo.
De acuerdo a las disposiciones en cita, corresponde al Juzgado Municipal conocer de las controversias que surjan entre los particulares y de éstos con la autoridad, por la aplicación de los ordenamientos jurídicos municipales, por lo que si los ciudadanos no están recibiendo los servicios municipales y la autoridad se niega a proporcionarlos, es al Juez referido a quien corresponde resolver al respecto.
El abandono en el que las autoridades de Lerdo tienen a los afectados, implica dar a quienes son víctimas el trato de criminales y generar verdaderos guetos de ignominiosa exclusión. Suponiendo que los empresarios referidos hubieran incurrido en el incumplimiento que se les atribuye en perjuicio de los adquirentes de las viviendas construidas, son las autoridades municipales las responsables del otorgamiento de las licencias y permisos para el desarrollo de los fraccionamientos desde un principio, así como de la supervisión y vigilancia del cumplimiento de las obligaciones de los constructores a lo largo del proceso.
Además la Ley obliga a las autoridades a exigir a los fraccionadores fianzas y garantías que sean suficientes para responder del cumplimiento de las obligaciones que son a su cargo, por lo que ningún pretexto es válido para que el Ayuntamiento se sustraiga del deber que implica el suministro y prestación de los servicios básicos a los que tiene derecho todo gobernado y con mayor razón, si los afectados adquirieron su vivienda en un fraccionamiento que salió de control legal y administrativo por culpa o negligencia del Gobierno del Municipio.
Otro factor de apatía es el que concierne a la Fiscalía General del Estado de Durango, encargada de perseguir y castigar los delitos y en el caso, si es verdad que los empresarios de que se trata han incurrido en el incumplimiento de grave de sus obligaciones como se les atribuye, ello implica la comisión del delito de fraude por fraccionamientos irregulares previsto en el artículo 426 fracción XXIV del Código Penal de Durango y como consecuencia, lo que corresponde es que la Fiscalía proceda penalmente en contra de los responsables.