Un carnicero de la ciudad de Zárate, a unos 75 kilómetros de Buenos Aires, mató el martes pasado a un ladrón cuando atropelló con su auto Peugeot 306 la moto en la que éste iba con su cómplice. Los dos ladrones habían ingresado a robar a la carnicería y, a punta de pistola, se habían llevado 5 mil pesos (unos 330 dólares).
El delincuente, Brian González, quedó atrapado entre el coche y el poste de un semáforo, mientras su cómplice escapó. González murió en el hospital y el carnicero, Daniel Oyarzun, quedó detenido, acusado de homicidio simple.
El caso reaviva la discusión sobre el límite entre la legítima defensa y sus excesos, y conmueve a los argentinos, que el mismo día conocieron otro episodio en José León Suárez, en el Gran Buenos Aires, donde un chofer de Remisse se resistió a un asalto, forcejeó con el ladrón, le quitó el arma y lo mató de dos disparos. Tres semanas atrás, en San Martín —otro punto del conurbano bonaerense—, hubo otro caso de justicia por propia mano.
Ante esta serie de eventos, hasta el presidente Mauricio Macri opinó. “Más allá de toda la reflexión que tenga que hacer la justicia, si no hay riesgo de fuga, porque [el carnicero Daniel Oyarzun] es un ciudadano sano, querido, reconocido por la comunidad, él debería estar con su familia, tranquilo, tratando de reflexionar en todo lo que pasó”, dijo. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo que “lo importante es tener mucha conciencia de la importancia de la paz en nuestra sociedad, de que la violencia no es una solución”.
Para el abogado Esteban Rodríguez Alzueta, “como expresión social, estos casos son el reclamo de mano dura por parte de una ciudadanía que ha desertado de los espacios públicos para fortificarse y seguir la vida a través de la televisión. Son la consecuencia de un miedo que nos retrotrae a la década del 90, cuando se produjo la emergencia de la inseguridad como problema público, en un contexto de desempleo y bajos niveles de consumo, como pasa hoy”.
El sociólogo Gabriel Kessler señala que “siempre que hay preocupación por el delito, hay una crítica del sistema judicial y se reactiva una crítica que no es nueva”.
