(Segunda y última parte)
Muchos años después, tal vez en mi edad adulta, se mencionaba que la abuela María había sido una mujer estricta, tanto con sus propios hijos como con los que habían llegado a aumentar la familia: Mauro, Manuel, Virginia, mi madre, Benita, Emilia, Ezequiel y otros tres niños que fallecieron a muy tierna edad. Tío Mauro y Tío Manuel ayudaban en las labores del campo al abuelo Constancio y las mujeres a las labores del hogar y a ayudar a la abuela en la crianza de los propios, ya que cuando todos ellos se integraron a la Familia Rodríguez de Hoyos, tan sólo tenía a la pequeña Socorro y todos ellos fueron testigos del nacimiento de Enedino, Olga, Oliverio y el pequeño Hernán, que fallece a los pocos años de nacido.
Muy gratos recuerdos de la abuela María, de esa gran casona que tenían a un costado del gimnasio Justo Sierra, en nuestra población natal, Morelos, Coahuila, y que muchas décadas después se le cambia de nombre al de "Profesor Hermiro Jiménez". Mis recuerdos llegan a visualizar el interior de la casa, sus varias recámaras y sobre todo una gran cocina, que aun después de haber sido modernizada, no dejó de contar con su chimenea, donde la abuela cocinaba sabrosos platillos.
Varios años después, Oliverio, quien al parecer trabajó como cartero en Morelos, consigue un trabajo en una institución bancaria en Nueva Rosita, Coah., a donde se va a radicar. Por algún tiempo, no puedo precisar cuanto, Oliverio vivió en casa de mis padres, ubicada en la Colonia Hidalgo; sin embargo, poco tiempo después, se trae a vivir a su madre, a su hermana Olga y a su sobrina Nora Elia, quien es hija de Socorro y Homero, pero por no sé que motivos fue creada por Olga, encontrando una casa de renta en la Colonia Independencia.
Fue en la casa de los dueños de la misma que rentaban, donde Olga y Samuel contraen matrimonio el 27 de febrero de 1955, y después de casarse, tanto la abuela como Noris se van a vivir con ellos en una casa ubicada en la Colonia Zaragoza. Años después, el 4 de febrero, doña María fallece si mal no recuerdo en el Hospital Asarco; sus restos fueron llevados de inmediato a Morelos, donde son velados en casa de los tíos Ezequiel y Olga y posteriormente fueron inhumados en el Panteón Municipal.
He aquí su acta de defunción. En este lugar, sus restos descansaron por muchos años, hasta que años después, tanto los restos del abuelo, los de ella, los del pequeño Hernán y Oliverio, fueron trasladados a iniciativa de Enedino, Blanca y toda su familia, a la población de Monclova, Coah., donde en un cementerio local descansan todos ellos y a donde posteriormente llegaron los restos de Enedino y Blanca.
ACTA DE DEFUNCIÓN No. 4
4 de febrero de 1963, 16 horas.
Ante el Juez del Registro Civil, Armando Zertuche Reyes, compareció Raúl Hinojosa G. para notificar que el día 03-02-63 a las 13:05 horas, falleció la señora MA. DE HOYOS VIUDA DE RODRÍGUEZ. De 77 años de edad, hija de Darío de Hoyos y Josefa Orozco. Causa del fallecimiento, bronconeumonía con probable C.A. Pulmonar.
Certificado de defunción expedido por el Dr. René Jesús Arizmendi Zamudio. Testigos: Mauro Bermea y Gaspar Ayala.
En recuerdo de esta noble mujer y en su honor, reconociéndole todo lo que hizo por sus hijos y por los hijos de Enemencio y Carlota, hermanos de su esposo, a quienes crió como hijos propios, este mensaje de mi parte, a quien le profesé un gran cariño. He aquí como se han multiplicado sus descendientes a través de varias décadas del pasado siglo, del pasado milenio, hasta los primeros del presente siglo, del presente milenio y que considero es la más completa de las otras tres historias de estas familias.