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Julie Bradford, es una mujer británica de 45 años que le prestó su vientre a su hija Jessica Jenkins, ya que ella quedó infertil a los 18 años al recibir un tratamiento por cáncer cervical.
Jessica de 21 años, congeló 21 óvulos antes de ser sometida a las quimioterapias, sólo 10 de ellos sobrevivieron. Estos fueron fertilizados y se transformaron en embriones, los dejaron crecer por semanas y después los congelaron.
"En mayo del año actual descongelaron un embrión y lo implantaron en el útero de mi madre para que ella sea el pequeño horno en el pudiese crecer nuestra semillita para formar una familia", comentó Jessica.
La joven afirma que siempre quiso ser madre a una edad muy temprano, y su sueño se había hecho realidad gracias a la ayuda de su madre.
Para Julie, llevar en su vientre al hijo de Jessica fue un honor, ya que sintió que podría ayudar a cumplir los sueños de su hija que le habían sido arrancados cuando la diagnosticaron de cáncer.
Jack nació el viernes con un peso de cerca de 3 kilos y en perfecto estado de salud.
