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La amenaza de la úlcera de Buruli

La bacteria 'carnívora' y sus temibles efectos

El tratamiento de esta enfermedad consta de tres componentes: antibióticos, cuidado de las heridas y de  sioterapia. Foto: Tristan Pfund/MSF

El tratamiento de esta enfermedad consta de tres componentes: antibióticos, cuidado de las heridas y de  sioterapia. Foto: Tristan Pfund/MSF

Roberto Iturriaga

La humanidad se ha visto bajo ataque por depredadores de toda clase desde que comenzó su existencia, uno a uno los ha vencido en su afán por situarse en la cima de la cadena alimenticia y de sobrevivir, sin embargo, existe una amenaza que parece no detenerse, se trata de los virus y las bacterias, y uno de los ejemplos más terribles es la llamada úlcera de Buruli.

La bacteria Mycobacterium ulcerans es uno de los más temibles microorganismos que circulan por los ecosistemas del mundo, ocasiona la llamada úlcera de Buruli, también conocida como bacteria carnívora o enfermedad 'comecarne', se trata de una prima de las mismas bacterias que ocasionan la tuberculosis y la lepra, enfermedades mortales que han cobrado millones de vidas humanas a lo largo de los siglos.

La úlcera de Buruli es una enfermedad que ocasiona afectaciones graves en la piel; debido a su naturaleza crónica afecta a los pacientes de tal forma que pueden llegar a perder extremidades enteras, o en casos más graves puede ocasionar la muerte, principalmente por complicaciones relacionadas con la atención inadecuada o con un diagnóstico tardío. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como una infección crónica y debilitante de la piel causada por el Mycobacterium ulcerans, con características básicas pero con algunas variantes de acuerdo a la zona geográfica.

Las imágenes por las lesiones de tal enfermedad son devastadoras, en la web circulan miles de fotografías de pacientes en diversos países, casi todos en etapas tan graves que aparecen visibles tendones, partes de huesos, músculos enteros dañados y áreas sin cicatrizar, estas son las consecuencias más extremas de una mala atención de una enfermedad que comienza con una pequeña úlcera.

Los síntomas del padecimiento se manifiestan generalmente como una hinchazón focalizada y sin dolor aparente, pueden ocurrir casos en los que la zona afectada comienza a registrar un endurecimiento leve, pero no se registrarán fiebres, vómitos ni dolor, situación que hará más complicado su diagnóstico y le dará una mayor ventaja de avance a la bacteria.

En un 55 por ciento de los casos las lesiones se ubicarán en las piernas, en un 35 por ciento en los brazos y en el 10 por ciento restante en otras partes del cuerpo, incluyendo el rostro, el tórax e incluso los genitales. La incidencia de las zonas afectadas ha tenido esa clasificación debido a las atenciones que se han brindado en los países dañados concentrados en informes estadísticos desde 2010.

La comunidad médica del mundo ha establecido desde hace décadas una clasificación general de la úlcera de Buruli: la 'sencilla' es generalmente una pequeña lesión ubicada en alguna extremidad, afecta un área menor a los diez centímetros y no representa mayores complicaciones para el paciente; la afectación 'media' ya forma una placa ulcerosa y tiende a generar edemas, en caso de no ser atendida puede ampliarse en la zona afectada y traer complicaciones más graves; por último se encuentra la fase 'grave', misma que se identifica por las grandes áreas de piel en descomposición, exposición de los músculos, tejido óseo y pérdidas de las articulaciones.

En la mayoría de los casos (70 por ciento) se confirma la presencia de la Mycobacterium ulcerans en la fase media de afectación, principalmente por la similitud de los síntomas con otras enfermedades, lo que la convierte en un mal especialmente peligroso.

El número de personas infectadas y que desarrollan la terrible úlcera es esencialmente parejo entre varones y mujeres, aunque se ha logrado identificar que casi siempre se trata de personas menores a los 17 años, algunos estudios han sugerido que se debe a la falta de desarrollo del sistema inmunológico, aunque aún no existen pruebas que brinden una conclusión sólida al respecto.

No obstante, sí se han logrado realizar estudios con éxito para saber las condiciones exactas que requiere la bacteria responsable para desarrollarse, se sabe, por ejemplo, que en el 95 por ciento de los casos se requieren de temperaturas templadas, de los 29 a los 34 grados centígrados, también se ha descubierto que el microorganismo es capaz de crear una toxina destructiva conocida como micolactona, misma que empeora la condición de la lesión, pues es la responsable de dañar directamente la piel y los tejidos, además de evitar la respuesta del sistema inmune, es decir, provoca un daño contundente y progresivo.

LA LUCHA DE LA COMUNIDAD MÉDICA

Respecto a la incidencia geográfica, las autoridades sanitarias reportan que la bacteria responsable de tal padecimiento ha hecho su aparición en 33 países, ubicados principalmente en el continente africano, en algunas zonas de América, Asia y el llamado Pacífico occidental, en casi todos los casos se encuentra presente un clima tropical, cálido y con humedad, aunque en los últimos años se han tenido reportes de otras naciones que cuentan con ambientes más fríos o secos, tales como Australia, Japón y China.

Según cifras de la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el año 2010 se ha registrado una baja considerable en los casos de úlcera de Buruli, al menos 15 de los 33 sistemas de salud de los países afectados han reportado que las cifras de pacientes se ubica en alrededor de los dos mil anuales, mientras que en el año 2010 esa cantidad era incluso superior a los cinco mil.

Tal baja se atribuye a diversos factores, principalmente a la capacitación y especialización de los cuerpos médicos, a la mejora en los tiempos en las atenciones e incluso a la construcción de centros hospitalarios de calidad en algunas zonas de alta incidencia. Sin embargo, aún no se conoce alguna vacuna o medida de prevención específica.

La gran incógnita que rodea a la úlcera de Buruli es sin duda su método de transmisión, aún no se ha logrado conocer con claridad la forma en la que la bacteria llega a las personas, aunque constantemente se realizan investigaciones para determinar tal situación, y en consecuencia, diseñar un método efectivo para evitar más casos.

Mientras ese día llega, los especialistas que se encuentran con tal enfermedad deben hacerle frente con antibióticos como la claritromicina, con medidas de limpieza máxima y con la esperanza de avances en las investigaciones futuras. Sin duda se trata de un terrible depredador que reta a la raza humana en el plano de la salud.

Twitter: @betotiturria

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