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La bruja

Tan encantadora como perturbadora

La bruja

La bruja

Alexis Rojas

Una cinta de terror que va más allá de saltos inesperados, experimenta con las religiosidad y la aparición de lo sobrenatural y cómo todo esto afecta a una familia.

La bruja, película escrita y dirigida por Robert Eggers y protagonizada por Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson, Kate y Dickie Harvey Scrimshaw, está basada en los cuentos y leyendas sobre brujas de la época colonial de Estados Unidos, por las que el director tiene fascinación desde la infancia.

Ambientada en la Nueva Inglaterra de 1630, La bruja cuenta la historia de una familia de puritanos que es expulsada de su colonia y que, por ende, se ve obligada a establecerse a la orilla de un tenebroso bosque que, según las creencias populares, es habitado por el mal. La inexplicable desaparición del hijo recién nacido del matrimonio, la precariedad y las señales que anuncian una mala cosecha en la víspera del invierno harán crecer poco a poco la semilla de la superstición en la religiosa mente de los miembros de la familia y dará como frutos a la desconfianza y la discordia.

Lejos de contar la historia de cómo un grupo de personas se ven afectadas por un ser sobrenatural, la historia toma como piedra angular las creencias de los personajes para mostrar cómo las propias ideologías pueden dañar a las personas.

El fanatismo religioso forma parte importante de la cinta, ya que el primer narra cómo esta familia dispuesta a recibir cualquier castigo que Dios imponga sobre ellos, por sus pecados. Poco a poco, este sentido de religiosidad se vuelve contra los protagonistas generando una psicosis alimentada por la superstición de lo sobrenatural.

Resulta evidente la investigación sobre el tema de las brujas en el siglo XVII, llevada a cabo por Robert Eggers para este, su primer largometraje, cuyo proceso de escritura, ha trascendido, tomó alrededor de cinco años. En su guion, el realizador introdujo muchos de los aspectos que atemorizaban a las personas en aquel entonces, mismos que provocaron las conocidas cacerías de brujas.

SIMBOLISMOS Y REFLEXIONES

La historia está repleta de simbolismos basados en la documentación de la época que sustenta la obra. Uno de ellos, quizá el más fuerte, es un imponente macho cabrío negro llamado Black Phillp; antiguamente el diablo era representado a través de este animal, el cual era adorado por las brujas.

En aquellos tiempos, también se consideraba que las mujeres eran más propensas a caer en la brujería, puesto que se creía que eran más crédulas, más proclives a la malignidad y embusteras por naturaleza. Las representantes del género femenino eran acusadas de brujería en tiempos en que la religión era el principal motor de la sociedad y ellas daban indicios -consciente o inconscientemente- de oposición a los estrictos preceptos puritanos.

Como cita un estudio de la UNAM, en los siglos anteriores eran consideradas brujas las mujeres con mayores conocimientos a los que una fémina común podía alcanzar, como podían ser las parteras, alquimistas, perfumistas, nodrizas o cocineras, quienes poseían conocimientos de campos como la anatomía, la botánica, la sexualidad, el amor o la reproducción, y que prestaban un importante servicio a la comunidad. Su vasto conocimiento de plantas, animales y minerales, y recetas para curar, fue interpretado por los grupos dominantes del medievo como un poder del diablo.

¿Qué es una bruja? Es quizá una de las preguntas que da pie al argumento de esta historia y una de las reflexiones que surgen en la mente de los espectadores al verla.

DETALLE AL POR MAYOR

Las escenas son bien pensadas y planeadas por el cuerpo técnico de la película, ninguna secuencia es de relleno, cada encuadre le suma calidad a la cinta. Con tomas largas y lentas se genera un ambiente de tensión aún mayor, enriquecido por una compleja y sublime banda sonora traída al mundo por el músico Mark Kroven.

La bruja presenta una manera poco convencional de mostrar el terror, comparada con las cintas que abarrotan las salas de cine de hoy en día.

A través de una estética que cuida hasta el más mínimo detalle, el director Robert Eggers logra transportar al espectador directo al ambiente que rodea la trama sin necesidad del uso excesivo de filtros para que la escena luzca tenebrosa. Las escenas oscurecidas, únicamente alumbradas con una vela, remiten a la penumbra que se genera en un bosque en medio de la nada, cuando aún no existía la luz eléctrica.

Con los arreglos musicales, Eggers transforma la imagen de un paisaje en algo tenebroso, de modo que la simple escena de un bosque puede incitar temor.

A lo largo de la cinta, no aparecen los llamados ‘jumpscare’, esas escenas inesperadas con un sonido de altos decibeles que provocan una respuesta de salto en el espectador. Esta herramienta se utiliza constantemente en los blockbusters de terror para recordarle a los espectadores que están viendo una película de miedo.

Al igual que lo han venido haciendo otras cintas como The Babadook, It follows entre otras, La bruja intenta reescribir el género del terror e ir más allá de mostrar sólo tenebrosas imágenes que espanten y se queden en la mente del espectador, en cambio, busca generar un contexto subjetivo y abrir debates en el público presente.

Las escenas tenebrosas son cortadas drásticamente para provocar mayor terror con lo que no se ve, que con lo que el espectador deduce o imagina, una forma 'interactiva' del manejo de la tensión.

Son escasas las ocasiones en que el ente maligno o villano de la película hace una aparición, sin embargo, entre los cortes, el sonido, las actuaciones, arreglos y efectos visuales, las escenas se entienden y van más allá de un terror pasajero, inducen sentimientos de miedo profundos.

De principio a fin, la cinta mantiene una estela sombría llena de misticismo. Muestra bellos escenarios que a su vez desatan terror. La trama se va entretejiendo poco a poco, cada personaje va teniendo su papel y su momento en la cinta, lo que la podría volver lenta para algunos, comparada con otras películas del género que van directo al clímax.

Eggers busca crear empatía con cada uno de los personajes, entender sus motivaciones para que con el paso de los minutos sus siguientes apariciones tengan mayor peso. Los personajes van evolucionando de acuerdo a las necesidades de la trama, cada uno responde de diferente manera a los conflictos. El elenco encabezado por Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson, Kate Dickie y Harvey Scrimshaw, muestra una química impresionante y hasta los más pequeños se lucen en la cinta con actuaciones impecables.

A lo largo de la hora y treinta minutos que dura el filme, las cuestiones que agobian a los personajes se siembran en el espectador de la misma manera, sin dar a conocer detalles sobre quién es el ser maligno o villano real de la historia, conduce a un ambiente de confusión, que a su vez es capaz de hacer que cada uno haga sus propias conjeturas sobre lo que va a suceder después.

La película llega a su punto de mayor tensión y culmina con extrañas interrogantes que dejan abierta la historia a las conclusiones del espectador, algo que puede derivar en el no agrado de quienes disfrutan conclusiones directas y finales felices. El filme puede llenar o dejar un vacío en el espectador, todo dependerá del tipo de persona que la vea.

El filme resultó ganador del premio a Mejor Dirección en Drama en el Festival de Cine de Sundance 2015, donde fue estrenada y adquirida por la productora A24 Films.

Al inició, se tenía planeado que fuera filmada en Nueva Inglaterra, pero debido a los elevados impuestos por filmar ahí, la producción debió migrar a Canadá, siendo Kiosk, Ontario la locación perfecta.

RECEPCIÓN

Este año, fue su estreno mundial en las salas de cine. Sólo en Estados Unidos la cinta generó un total de 25.1 millones de dólares, mientras que en otros países logró captar 15 millones, es decir un total de 40.1 millones.

La historia fue aplaudida por la crítica especializada, calificándola como la mejor cinta de terror de la actualidad. En páginas como Rotten Tomatos recibió un total de 91 por ciento de puntuación con cientos de críticas positivas. El propio Stephen King, escritor de terror, aseguró haberse asustado al verla, mientras que Ann Hornaday del The Washington Post, la comparó con los grandes filmes del género, El exorcista, La maldición y La semilla del diablo.

Por parte de la audiencia, los halagos fueron menos para la producción, ya que muchos la calificaron de lenta. Algunos críticos aseguran que esta recepción se debe a la costumbre que tienen los asistentes al sistema de películas como La purga o Actividad paranormal.

Correo: arojas@elsiglo.mx

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