MIS AMIGOS La liga española es, sin lugar a dudas, una de las mejores del mundo aunque considero que no es de las más competitivas. ¿Por qué?, pues simplemente porque normalmente, la "roban" dos o tres equipos y alguno que otro colado por ahí.
Barcelona y Real Madrid son, con sus presupuestos millonarios y sus muchas figuras los que se llevan la palma y generalmente se cambian la silla de campeón. Luego viene ese portento de ingeniería financiera que es el Atlético de Madrid, (mi equipo), que comprando barato y vendiendo caro se les pega como lapa a los grandotes y hasta hizo la hazaña, hará un par de años, de arrebatarles el trofeo.
Los demás parecen conformarse con un lugar en las competiciones europeas, como Sevilla, Valencia, Villarreal, por poner ejemplos y el grueso de los equipos suelen luchar, año con año, con formar plantillas que les permitan evitar la pesadilla del descenso.
En esta campaña está bueno el agarrón entre los tres grandes: Los "colchoneros" encabezan la tabla pero el Barsa tiene un juego pendiente que, en el muy probable caso de que lo gane, se ubicaría en la cima. Atrasito vienen los "merengues", con la inyección anímica que suele traer un nuevo entrenador y vaya que sacudieron al mundillo futbolero al anunciar como estratega al gran "mago" Zinedine Zidane.
Otro punto de interés para nosotros es que la mayoría de los jugadores que emigran a Europa lo hacen a la "madre patria", empezando por el más grande goleador que haya pisado suelo español como lo fue Hugo Sánchez Márquez.
Pero el tema que quiero compartir con ustedes es más bien de carácter anecdótico puesto que con los entrenadores de los cuadros madrileños, Diego Pablo Simeone y Zinedine Zidane, tuve mis "queveres" en algún momento de nuestras carreras.
Al "mago" lo tuve que expulsar en el Mundial de Francia 98. No fue sencillo ya que se trataba del debut de los "bleus" en el flamante y precioso "Stade de France", en Saint Dennis, pletórico de aficionados que esperaban se cumpliera el proyecto nacional de ver al cuadro galo campeón del mundo en su país.
A "Zizou" se le fueron las cabras, le metió un pisotón a un rival y vio una tarjeta roja que, además, le costaría dos juegos de suspensión. Luego regresaría para ganar esa Copa del mundo.
En el Mundial de Sudáfrica compartimos micrófonos y estudio con Televisa y nos saludamos con respeto aunque se trata de un tipo reservado y de pocas palabras.
Con el "cholo" tuve un incidente al finalizar el encuentro de cuartos de final en ese mismo Mundial, donde la albiceleste enfrentó a Holanda. Argentina pierde por la expulsión del "burrito" Ortega y por el mágico gol de Dennis Bergkamp. Al terminar el juego me dijo de todo y yo lo mandé a saludar a su jefa muy a la mexicana. ¡Ah, como quiero a estos dos amigos!
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