Espero que hayamos disfrutado de un espectacular sábado futbolero como hace tiempo no lo vivíamos. Es mi mejor deseo, a pesar de que un presidente municipal en funciones sea homenajeado por su trayectoria cuando jugaba al futbol, a pesar de que para su servidor esto es otra prueba (de las miles que existen) de lo devaluada y caricaturizada que esta nuestra clase política y un ejemplo más de la falta de respeto hacia las instituciones como lo es una alcaldía, a pesar de todo esto al menos no es el impresentable "Lalín" Ramírez ahora exalcalde de San Blas en Nayarit que admitió que sí robo, "pero nomas tantito", o el alcalde de Coatepec Veracruz Roberto Pérez Moreno acusado de asesinar a su tesorero y así sobran los ejemplos de delincuentes metidos en trajes de ediles. Al menos el alcalde a homenajear por sus goles y magníficas actuaciones en las canchas de futbol es el Cuau, que termino con apuros la secundaria y no votó hasta que se "interesó" en la polaca, pero que a diferencia de la gran mayoría de nuestros vergonzosos políticos, el es un ídolo autentico y no prefabricado eso es cierto, y ganó la alcaldía de Cuernavaca por eso, por su identificación genuina con el pueblo, el asunto es que a mi Temo como que ya no le agrado tanto estar al frente de tan importante municipio y ser el estandarte del Partido Social Demócrata.
El caso del Temo es como el viejo chiste que narra a un presidente de la Republica Mexicana enojado por los constantes desplantes de sus vecinos del Norte, su ministro tratando de ser solidario le sugiere: "¿y si les declaramos la guerra señor?" "No", responde el primer mandatario "que tal que la ganamos y luego que hacemos con tanto gringo y territorio que organizar" Así le fue a Blanco, lo animaron los cuates "láncese mi Cuau, me cae que la ganas" y tómala barbón que la ganó, pero entonces vienen las chocantes responsabilidades y como que eso ya no esta chido, ya no puede andarse faroleando con la libertad que antes lo hacía y entonces se alcanzó la puntada de nombrar como secretario técnico del ayuntamiento al representante de jugadores José Manuel Sanz (entre otros representa obvio al propio Cuauhtémoc) dándole facultades para tomar decisiones en temas administrativos, de seguridad o de finanzas, es decir, el hombre detrás de la silla.
Para acabar pronto Blanco delegó sus funciones a su representante deportivo y así poder estar ausente y en la Ciudad de México donde le gusta radicar y no tanto en la capital morelense, aun así esperamos que ayer haya sido un inolvidable momento, por lo entrañable y por el amor incondicional que miles le profesan en el Azteca para el último gran ídolo del pueblo, si van a homenajear a un alcalde en televisión nacional y en el máximo escenario deportivo de nuestro país que sea el Cuau y no cualquiera de los rufianes que pululan detrás de los escritorios y con un cuadro del presidente en turno adornando su oficina.
Un detalle de madurez como ser humano y político hubiera sido rechazar el homenaje propuesto por su equipo que cumple cien años de existencia el próximo doce de octubre, pero entonces no sería mi Cuau, siempre dispuesto a la pachanga, como de que no. Deseamos que haya sido una tarde esplendorosa en el Azteca que Blanco marque de tiro libre o de penal y que no se robe nomás tantito la tarde, que se la robe completa, además, aquí en nuestra Región también fuimos víctimas del encanto del príncipe de Tepito , en el 2008, cuando llegó a jugar con Santos Laguna por medio de Pablo Cañedo White en aquel tiempo parte de la directiva santista y buen amigo del Temo, llegó con permiso del Chicago Fire de la MLS y su préstamo no costó ni un centavo, trascendió que Blanco se llevó algo así como 220 mil dólares de sueldo por su corta aventura con los Guerreros en la Liguilla del Apertura 2008, no, si gúey, Cuau nunca ha sido.
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