Después de todo no resultó tan mal, el primero de tres juegos de viernes a viernes que marcaran el posible rescate de la imagen tan deteriorada en el primer semestre de la temporada de Santos Laguna. Tomando en cuenta que la ofensiva lagunera se desarmó por las lesiones y su mejor hombre en la línea media también se ausentó por las mismas razones y cuando decimos su mejor medio campista no nos referimos a su mejor contención, Jesús Molina es el mejor volante de los Guerreros punto. Así están las cosas en esta versión del equipo lagunero, donde ningún medio de características ofensivas toma las riendas de manera definitiva para convertirse en el líder, ni Calderón que de manera desesperante liga dos o tres partidos presa de la confusión, eligiendo constantemente mal, tirando cuando debe de pasar y pasando cuando debe de tirar. El otro que puede asumir la responsabilidad es Bryan Rabello, el problema es que su progreso es demasiado lento, por momentos sigue jugando igual desde que llegó, es decir, sigue sin tomarle el ritmo a nuestro futbol, inquieto, nervioso, intenso de más. Entonces, resulta que la posición más ingrata del fútbol, la más "callada", la que menos luce es ocupada en Santos Laguna por su único crack, Jesús Molina que además es un individuo recatado y lejano a la falsa sociedad futbolística.
Pero volvamos al punto, el partido del viernes significó un paso adelante para los laguneros, después de la horrenda actuación en Culiacán era necesario mandar el mensaje de que este equipo está más cerca de calificar que de caer en una racha que lo deje fuera definitivamente, parte fundamental de que los Guerreros estuvieran lejos de perder en "La Bombonera" fue la formidable actuación de Diego de Buen, fue un suplente ideal de Molina, con el plus de que Diego sabe crearse los espacios para patear al arco, Talavera le sacó un tiro que sólo Marchesín y nadie más, pudo evitar que entrara, (por cierto el viernes por la noche estuvieron en la cancha el mejor portero extranjero y el mejor mexicano)
En el momento que Molina sea dado de alta, se crearía un problema que sólo Zubeldía ve, sacar a Diego González y juntar en la contención a Molina y de Buen, para el resto no hay tal problema, simplemente mandas a la banca a "Pulpo" que sigue hundido en la incertidumbre y exhibe serias deficiencias técnicas, sobre todo cuando tiene que tocar el balón. Ojala Zubeldía lo entienda así y no regrese a la banca a un jugador que ya demostró con creces que merece ser titular.
Un caso ya más allá de lo preocupante es lo de Javier Orozco, el delantero centro ya no puede ser señalado porque vuela un disparo o falla un cabezazo claro frente al arco, simplemente si toca una o dos veces el balón son muchas, la intrascendencia abruma a "Chuleta", trota extraviado y para colmo Santos no es precisamente un equipo que centre mucho, Orozco muy a su pesar se ha convertido en el aficionado mejor ubicado de La Liga.
También ahí Zubeldía debe de hacer una evaluación y caer en la pregunta obvia: ¿Qué puede perder en ataque Santos si Cisneros juega en lugar de Orozco?
El martes en el Azteca otra vez el panorama no es halagüeño, más aun contra un rival con muchísimos más argumentos que el Toluca, Santos está obligado a anotar, al parecer Martín Bravo podría iniciar, Rentería está descartado y Djanniny volverá a ver minutos ni siquiera cercano al cien por ciento físicamente hablando. El partido al parecer tiene dos escenarios, el peor, América lo resuelve en el primer tiempo clavándole tres a los Guerreros o el mejor, Santos igualando con goles lleva al partido a los últimos minutos con toda la Región al borde del infarto, sumamente improbable que los laguneros lo resuelvan con tranquilidad, no sería la característica de los nuestros, si Santos llega a la final será "A lo Santos", es decir, todos rogando como soviéticos y gringos durante la guerra fría para que no les cayera un misil nuclear.
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