Nunca creí que llegaría a escribir esto, pero lamentablemente es verdad, Santos Laguna se ha convertido en un equipo aburrido, sí, los laguneros tienen al menos cinco partidos seguidos protagonizando juegos de muy bajo nivel y tediosos como discurso presidencial. Santos aburre al público en las tribunas, al que lo sigue por la tele y hasta al rival que cae en un especie de adormecimiento para que aquello se convierte en una especie de clásico entre zombis. Contra Cruz Azul, Tigres, Monarcas, Chivas y Pachuca el desempeño en el campo ha sido de malo a pésimo, ahora si que literal: nadie da pie con bola, las jugadas espectaculares se han extinguido, los cierres dramáticos, las remontadas, la emoción se ha convertido en un monótono ir y venir del balón sin trascender. En estos momentos todo se reduce en la esperanza de que un solo hombre despierte de la languidez que lo domina y que por lo visto no le incomoda, Néstor Calderón. El número once que deslumbró en el cierre del torneo de Clausura 2015 y que tuvo una espectacular Liguilla ya no está.
La imaginación de Néstor Calderón se agotó, se ha convertido en un jugador de lenta reacción y esto para un creativo es la muerte, para recibir propiamente un balón y luego pasarlo se tarda una eternidad y no sorprende a nadie, cae presa de la doble y hasta triple marca, además otra vez Néstor ingresó a esa zona de confort donde todo es alinear y que pasen los minutos. La media cancha lagunera sin Calderón fino sufre una lobotomía. Rabello es otro tipo de medio campista juega "corto" y al pie y en este Santos no encuentra socios, no lo acompaña nadie.
Estas altas y bajas de Calderón son típicas en futbolistas de su tipo, Elías Hernández, Isaac Brizuela, Édgar Andrade, entre otros, son un ejemplo, Calderón es el típico volante creativo mexicano que de manera voluntaria o no, dosifica su desempeño, dos o tres partidos nos hacen ilusionarnos de que por fin tendremos una estrella nacional en esa posición y no, se desinflan poco a poco hasta prácticamente vegetar por el resto del torneo.
Actualmente Elías el del León pasa por un buen momento, no es ningún chavo, pero tiene 28 años y al igual que Oribe Peralta puede a esa edad alcanzar el estatus de estrella indiscutible de nuestra Liga, el asunto es la regularidad, no volver a caer en abismos de limbo futbolístico tan desesperantes como improductivos. Talento hay, eso es lo que incomoda y enoja al respetable que tiene que ilusionarse y frustrarse continuamente con este tipo de futbolistas.
Hoy las posibilidades de ver por última vez en el Clausura 2016 a los Guerreros son muy altas, en Pachuca sin Marchesín, sin Izquierdoz y sin la alternativa de Dávila, el panorama para este burocrático Santos es ominoso en la acepción de aciago, desventurado, funesto y desdichado. ¿Qué esperanza existe de que los Guerreros pasen? Tendría que suceder algo digno de novela de Harry Potter, es decir, que actúen como dementores futbolísticos, Santos está jugando a veces de manera francamente indolente y abúlica, esto lejos de motivar al rival que busque atacar con todo al indiferente se contagia, Santos con su futbol rutinario e invariable, puede sacarle el alma al Pachuca al grado de que cuando despierte de su letargo el Tuzo este eliminado, el partido podría terminar con un hipotético 0-1 y Santos en semifinales. Esa es la idea, el asunto será ver si la suerte (en esta versión de Zubeldía es factor fundamental) los acompaña. Julio González y Kristian Álvarez tienen la gran oportunidad de demostrarle a la gente y a ellos mismos que merecen ser titulares en primera división, los delanteros que no han metido un gol desde la jornada trece, tendrán que asumir con gran concentración su rol como una línea más de defensas.
Claro existe la muy escasa posibilidad de que las hadas que bendijeron a los Guerreros hace exactamente un año, tengan la bonhomía de proporcionar del encanto y el carisma futbolístico que ha caracterizado a nuestro equipo en casi toda su historia, así, entreteniendo y divirtiendo el resultado final será una anécdota mas.
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