Todo parece indicar que Orlegi Deportes deberá de hacer una revaloración en cuanto a su método de contrataciones. El método de jugársela con futbolistas jóvenes que fracasan en Europa no ha rendido los frutos que se esperaban. En el último título de Santos Laguna sí apareció dotando de luces a la ofensiva lagunera Djanniny Tabares, un ejemplo de alguien joven nativo de Cabo Verde que debutó como la gran mayoría de futbolistas de ese país en la liga portuguesa con la Unión Deportiva de Leiria y vivió su mejor momento al ser transferido al Benfica en el 2012, no fueron suficiente sus actuaciones como para dar el salto a las Grandes Ligas y regresó a clubes chicos de la liga portuguesa como Olhanense y Nacional. Ahí vio la oportunidad la gente de Inteligencia Deportiva aconsejados por Pedro Caixinha, la apuesta resultó sólo en el Clausura 2015, Djanniny por fin adaptado tuvo un gran cierre de torneo y una fantástica liguilla, siendo para muchos (incluyendo a este servidor) el MVP de la postemporada, el africano se cansó de burlar a las líneas enemigas, eliminó al número uno Tigres en su cancha y después se convirtió en un abastecedor de pases de gol inagotable, a que grado andaba de atinado Tabares a la hora de pasar el balón que provocó que un centro delantero que vive en una sequía crónica como Javier Orozco marcara cuatro goles en la final de ida contra Querétaro.
Después, lesiones de todo tipo han mermado al caboverdiano al grado de no contar con el prácticamente en todo este Apertura. Después se vinieron en cadena, apuestas, albures, jugársela el todo por el todo. Bryan Rabello, Ulises Dávila, Freddy Hinestrosa, Mauricio Cuero, Jonathan Rodríguez, todos con experiencia en equipos chicos de la Liga Española donde no pudieron mantenerse y mucho menos dar el salto a un equipo protagonista, todos en su momento promesas que no cristalizaron y obvio su valor bajó y es cuando Orlegi hace su movimiento, esperando que en nuestro país se revaloren ayuden a lograr otro título y luego venderlos por varios millones de dólares y todos contentos. Reality Bites dicen los gringos, en este momento la realidad es cruel, este puñado de jugadores (unos más que otros) simplemente no han pesado y están lejos de ser verdaderos refuerzos.
Algo diferente fue el traer al trio de Lanús, Marchesín, Izquierdoz y Diego González ya habían demostrado en la competitiva liga argentina su valía, Marche es el mejor portero de la Liga, Izquierdoz es un central cumplidor y Diego González tuvo que irse para percatarnos de lo que significaba su sacrificio en la cancha, a la fecha Emiliano Armenteros (obviamente en contra de su naturaleza) jugando la doble contención está a años luz de aportar el desgaste y recorridos del llamado "Pulpito". Pero estos argentinos fueron contrataciones más o menos "seguras" es decir, el margen de error es menor. Desgraciadamente en estos despiadados tiempos, con dinero, mucho dinero, reduces el riesgo de traer petardos a La Liga, el Money Ball de Atléticos de Oakland y Santos Laguna viven sus peores momentos, ambos equipos que le apuestan más a lo humano y a las estadísticas son penúltimos, Atléticos en la División Oeste de la Americana y Los Guerreros en la tabla de la Liga MX.
Cuando cuestionas a algún directivo de Santos sobre este método de traer a "un don nadie" para triunfar en nuestra Liga, te responden "¿Quién era Chucho, quién era Darwin?" pasando por alto que en el momento que estos dos magníficos delanteros llegaron a Santos Laguna, Darwin fue nombrado el mejor jugador de la liga Colombiana y Chucho Benítez ya había jugado un Mundial y una Copa América.
El apostar por la cantera por supuesto que es una buena idea sobre todo por lo visto en algunos chavos, pero los tiempos requieren a partir del Clausura de jugadores con el menor margen de error posible , por supuesto que nadie te garantiza el éxito de los que lleguen, pero, una vez más, "el cochino dinero" es tu mejor aliado. ¿Abrirá la chequera Orlegi Deportes? ¿O le seguirá apostando a su loable, pero peligrosa teoría?
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