LA COLUMNA DEL PERRO
No cabe duda que cada cabeza es un mundo, y cada quien entendemos las cosas según el momento que estamos viviendo, creo que esto nos pasa a todos en menor o mayor medida que a otros. Cuando vamos con el médico, porque tenemos algún desajuste, o hay que cambiar ciertos hábitos o seguir algún tratamiento, entonces como que no entendemos bien la explicación que el médico nos da, o no entendemos la prescripción aunque nos la den por escrito. Esto se debe al estrés o bloqueo momentáneo que nos pasa a todos, pues generalmente al llegar a la casa, repasamos mentalmente todo lo que nos dijeron, leemos la receta y así tenemos las cosas más claras.
Las personas que se dedican a algo relacionado con la medicina, es decir los médicos cirujanos, los odontólogos, las enfermeras, los químicos y nosotros los médicos veterinarios, nos topamos de manera regular con casos que a veces resultan anecdóticos y otras veces nos desconciertan.
En cierta ocasión una señora que llevó su mascota a consulta, después de todas las explicaciones de la enfermedad del paciente y de la receta, ésta se despide de manera muy amable y abriendo la puerta para salir voltea y me dice, disculpe doctor por cuánto tiempo me garantiza su consulta.
En otra ocasión llegó a la consulta, una muchacha calculo yo de edad y aspecto universitario, es decir inteligente y desenvuelta, y traía cargado un envoltorio, que resultó ser el cadáver de su mascota, que había fallecido un día antes, lo amortajó de manera muy apropiada, con una toalla y una cinta adhesiva, y lo colocó en un una bolsa. Al tener ese "paquete" en la mesa de exploración, le preguntó a la dueña, que qué servicio requería, yo pensando como en otras ocasiones, que solicitan una necropsia o bien el servicio de la incineración. La respuesta que me dio me dejó asombrado, pues inclusive pensé que yo había escuchado mal o no había entendido, ya que su respuesta fue, vengo a que lo reviva. ¿Cómo? Le volví a preguntar, sí hágale algo para que reviva, me volvió a decir, y al ver que no era broma, le empecé a explicar, que yo era un simple veterinario y que la vida y la muerte eran únicamente competencia de Dios. No muy convencida, tomó su "paquete" y me dijo bueno si no le puede hacer nada entonces me lo llevo.
Como estos casos anecdóticos hay muchos otros, y yo me quedo pensando, y a la conclusión que llego es que cualesquier cosa o caso debemos de verlo como único, y siempre desde el punto de vista positivo, no debemos de olvidar que en todo hay límites, y por nuestro bien, nos guste o no deberemos de respetarlos, usando siempre el mejor de nuestros juicios y con calma, hacerle caso a nuestro sentido común.
Y ahora para terminar una gota de filosofía:
La vida es una gran fiesta, a la que llegamos cuando ya empezó y nos vamos cuando no ha terminado.
ADÓPTANOS
Sofy & Rita
Sofy: Hembra, 8 meses, esterilizada.
Rita: Hembra, 4 meses, vacunada.
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