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La desestabilización. Ricos y jodidos en las calles.

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

El gobierno federal está perdiendo la gobernabilidad de la nación. Las instancias y dependencias de la administración pública federal les son arrebatadas diariamente los espacios que todo gobierno necesita controlar para poder manejar la administrar, la implementación de la justicia, el cumplimiento de la ley y el lograr una más justa y equitativa redistribución de la riqueza.

Cada día toman más fuerza los comentarios de que sí existe un muy bien orquestado proyecto para desestabilizar al gobierno de Enrique Peña Nieto. Proyecto de desestabilización al que la torpe política del presidente y sus asesores ayudan para que sea realidad un día de éstos.

El proyecto de desestabilización sin duda es manejado por grupos políticos perfectamente organizados y que disponen de millones de pesos para lograr sus fines. Se trata de dirigentes sumamente inteligentes y versados en los resortes políticos que mueven a las sociedades y a las personas, con un alto grado logístico sobre los tiempos y espacios de cuándo, cómo y en dónde actuar. Sólo así se podría entender el caos que reina en el país.

SOPA.- Ellos han sabido manipular una serie de banderas que en principio, son generalmente aceptadas por cualquier sociedad como son: los derechos humanos, la investigación de los crímenes de estado o la represión policiaca. La igualdad de género, libertad a los presos políticos o los derechos de los migrantes; la no criminalización de las protestas, el traído y llevado "diálogo", o los derechos del campesinado despojado de sus tierras, y así podríamos seguir hasta el infinito.

Estas banderas han sido manipuladas por los desestabilizadores con toda mala fe y sin la voluntad de que se resuelvan realmente los conflictos. Estos grupos tampoco quieren que sus demandas sean resueltas por el gobierno, por el contrario, su verdadera intención es que nunca lleguen a solucionarse. De esta manera logran mantenerlas permanentemente vivas para que se desgaste el gobierno.

PLATO FUERTE.- El gobierno federal parece no haberse dado cuenta que la globalización de las protestas se alimenta del enojo social que prevalece en México. Tan despistado está, que frente a la protesta de los grupos empresariales por sus pérdidas millonarias, salió con la burrada de que: "prepara un plan de préstamos a los mexicanos afectados en su patrimonio con motivo de los bloqueos nacionales etcétera, etcétera", Como si fuera posible cuantificar los costos económicos de 90 días del cierre de negocios y empresas, la destrucción material y el robo de vehículos y mercancías, el asalto a los comercios, los meses sin clases o las pérdidas por desocupación hotelera. Este descabellado pensamiento para afrontar la problemática social, nos da una clarísima idea del estado de impotencia en que se encuentra el gobierno federal. Por lo pronto a la economía de Oaxaca ya lograron colapsar. Para la de Chiapas falta muy poco.

Tratando e reafirmar el dicho de que si existe un plan para desestabilizar el gobierno de Peña Nieto y que los desestabilizadores tienen mucho dinero para lograrlo, bástanos resaltar algunos números con relación a la llamada "marcha campesina" del lunes pasado en el Zócalo capitalino.

La movilización de 60 mil personas necesitaría cuando menos 1,200 camiones, que a 100 mil pesos de renta diaria nos dan 120 millones de pesos. Al costo del transporte habría que sumar viáticos, tortas, refrescos, mantas, banderines, animación, pagos a los contingentes traídos de todas partes del país etcétera, etcétera. En un día se dieron el lujo de gastar más de 120 millones de pesos. ¿Quién paga todo esto?

POSTRE.- A los gastos ya relacionados habría que agregar los millones de pesos que han gastado las secciones de la CNTE por más de un año, movilizando camiones por todo el país y miles de manifestantes con viáticos y sueldos pagados. Los preocupados por los 43 desaparecidos y otros muchos grupos de protesta, ya viajaron varias veces a Washington, New York, a la ONU, a tribunales internacionales o recorrido todo el país. ¿Quién está pagando esto? Se trata de la industria de la protesta. Creemos imposible que Peña Nieto no sepa quiénes son esos financieros, aunque parecería que existe una razón muy poderosa y desconocida para la sociedad, que obliga al gobierno a no exhibirlos.

DIGESTIVO.- Se ha llegado a un mundo kafkiano en que los empresarios, clero y dueños del dinero marchan por una acera y los jodidos por la de enfrente.

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