EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

La desmesura y la necia realidad

FEDERICO REYES HEROLES

Hace ocho años hubo un voto por la mesura, la sensatez, el equilibrio. Desde su lenguaje corporal, hasta el extremo cuidado de sus palabras, Obama está troquelado por la responsabilidad. La conciencia del enorme poder que encarna guía sus pasos. Ahora el mundo enfrenta exactamente lo contrario. La desmesura es la principal oferta de Trump y, lo más grave, vendió muy bien. Los costos ya están a la vista.

El mundo en vilo, deteniendo la respiración, las cabezas de los grandes diarios de ese inolvidable martes nueve de noviembre quedarán allí para la historia. ¿Cómo es posible que las elecciones en una de las democracias más antiguas y fundacionales, generarán tanta tensión, dónde están las instituciones que frenen al neo-populista de marras, dónde están los pesos y contrapesos que son la estructura ósea de toda nación democrática? En dos semanas de tumbos emocionales hemos descubierto lo mucho que sí puede hacer el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Por lo pronto la desmesura de sus palabras, el odio como veneno ya circula en el torrente sanguíneo de esa nación. Niños gritando a otros niños de apariencia latina, "¡construyan el muro!", en actitud de reivindicación nacionalista y racial. Mujeres embarazadas agredidas en la calle por su aspecto latino o la fina dama que declaró que Michel Obama era un simio con tacones. Ese daño ya está hecho y llevará tiempo regresar al autocontrol.

Esa es la palabra que usó Norbert Elías como uno de los elementos esenciales de la civilización. La desmesura es exactamente la antípoda del autocontrol, de esa construcción valorativa y axiológica que conduce a la superación de las formas de convivencia humana. Pero si esas expresiones racistas y xenófobas parecieran menores, o anecdóticas, la caída de las bolsas y la sacudida de las monedas desnudan un mundo en el cual el arrastre imperial es muestra de barbarie. Renegociar el TLCAN o abandonarlo, botar el TPP que nació como un elemento de equilibrio frente al despertar del dragón chino, patear la Organización Mundial del Comercio, imponer aranceles e impuestos para salvaguardar los intereses de esa América que quiere regresar a la grandeza perdida que hoy es inviable. La desmesura tiene mucho terreno de conquista, por ejemplo dar marcha atrás en la apertura hacia Cuba.

Los príncipes gobiernan a los pueblos, pero los intereses gobiernan a los príncipes, escribió Maquiavelo que penetró en la psique de los gobernantes. El mundo empieza a reaccionar. Representantes de los países convocados al TPP dan la cara a la posibilidad de que Estados Unidos abandone el proyecto. Pero aun así entre Japón, Vietnam, Malasia, Perú, Australia, Nueva Zelanda y México se conformaría una zona comercial de gran poderío. El sonriente presidente chino, consciente de haber sido excluido del TPP, recuerda dos iniciativas comerciales con una órbita diferente. La primera es la conformación del Área de Libre Comercio del Asía Pacífico con los 21 miembros de la APEC (México incluido) que representarían el 40 % de la población mundial y el 60 % de la economía global. El TLCAN se mira pequeño. Pero hay otra posibilidad, la Asociación Integral Regional con 16 integrantes, incluida India, pero no los Estados Unidos. De inmediato el nuevo imperio levantó la mano para ocupar un liderazgo comercial que Mr. Trump desprecia.

Por supuesto la canciller Ángela Merkel ya es vista por el mundo, como un líder alterno de los intereses comerciales de Occidente. Si Estados Unidos se encierra la marcha del mundo irá por otros rumbos. Los príncipes gobiernan... ¿Y México? Dos buenas noticias, la primera es que el sector empresarial convoca a las empresas globalizadas a un tour de force de 100 días a partir de la toma de posesión de Trump recorriendo los principales centros de producción globalizada en Estados Unidos para dar a conocer la otra versión del comercio y sus beneficios. La segunda es que por fin el presidente Peña dio un paso adelante y lanzó la posibilidad de modernizar el TLCAN. En 22 años, casi 23, de vigencia del acuerdo comercial, México ha cambiado sensiblemente. Lo que hace dos décadas generaba temor, miedo, la apertura comercial, hoy es apoyado por más del 60 % de la población. El apoyo popular impensable en 1993, hoy estaría en la calle. Pero hay más.

Algunas áreas intocables en aquellos tiempos, como energía, hoy podrían incluirse. Ya que tanto les preocupa la migración ilegal, por qué no incluir un apartado laboral que permitiera la entrada legal de los trabajadores que hoy demanda la economía de Estados Unidos. Sentarnos a la mesa con los que también son nuestros socios, los canadienses, a revisar la agenda trilateral de la región de América del Norte.

Estirar el cuello y ver lejos, México puede exportar hacia los cuatro puntos cardinales. El mundo cambia a diario, ser parte de ese cambio es el reto. La desmesura topará con la necia realidad.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Federico Reyes Heroles

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1285119

elsiglo.mx