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La estrategia de comunicación del Chapo

JESÚS CANTÚ

Los allegados a Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera iniciaron desde antes de su recaptura, el pasado 8 de enero, una bien orquestada estrategia de comunicación que incluye lo mismo a sus abogados que a su esposa y su hija mayor, con clara intención de incidir en la opinión pública (no sólo mexicana, sino también norteamericana y hasta mundial) y presionar a las autoridades mexicanas y norteamericanas para lograr sentencias menores y mejores condiciones de reclusión.

Antes de su captura trascendió que sus abogados habían solicitado varios amparos en contra de su extradición, sabedores que unos días antes de su fuga en julio del año pasado el gobierno norteamericano la había solicitado. En ese momento lo más importante era contener una extradición exprés y por ello había que dejar muy claro que se contaba con la protección de la justicia federal mexicana, que obligaba a seguir un procedimiento explícito y detallado, por ello Juan Pablo Badillo Soto, integrante de su equipo de defensa, declaró al día siguiente de su captura: "Están promovidos seis juicios de amparo (contra la extradición), de los cuales se concedió la suspensión de oficio y de plano por los actos reclamados; específicamente el artículo 22 constitucional donde se comprende la no extradición a los Estados Unidos ni a ningún otro país extranjero".

El Chapo evita la extradición a Estados Unidos porque sabe, como afirmó el periodista Roberto Saviano en una entrevista con Cadena Tres y Excélsior TV, el 10 de marzo del 2014, que ser extraditado implica "…capitular…entregar lo más valioso de su botín: la capacidad de mandar. Su poder. El Poder."

El último fin de semana de enero, en este mismo espacio, afirmé que El Chapo apostaba a ganar tiempo en las prisiones mexicanas, para buscar que el cambio de gobierno en 2018 cambiara también la política mexicana respecto a la extradición o para poder fugarse nuevamente. Omití una que hoy parece más clara, para negociar los términos de su entrega a los Estados Unidos. Lo cierto es que ya evitó la extradición fast track y hoy está en marcha un proceso judicial que tardará meses y, eventualmente, años.

Pero el mismo día que Badillo Soto hacía notar que no lo podrían extraditar, también denunció que El Chapo estaba incomunicado y, por ello, ya habían interpuesto un nuevo amparo. Señaló: "En este momento lo tienen incomunicado, intenté ingresar al interior del penal para hablar con él y me negaron el derecho de mi defensor, no sé absolutamente nada porque no he tenido comunicación con él." El 5 de febrero informó que había obtenido el amparo de la justicia federal, para que le permitieran tener contacto con las personas que integran su defensa jurídica. En ese momento, en la entrevista con el Grupo Imagen Multimedia, ya introdujo la idea de que se le sometía a tortura psicológica constante.

El 19 de febrero Telemundo dio a conocer los avances de una entrevista exclusiva con Emma Coronel Aispuro, esposa del Chapo, donde afirmaba: "Temo por su vida." Y explicaba: "No sabemos si está comiendo bien. En general no sabemos en qué situación se encuentra porque no lo hemos podido ver…Todo el día están ahí, están pasando lista a cada hora, no lo dejan dormir, no tiene privacidad ni para ir al baño".

Unos días después, tras visitar a su pareja el sábado 27 de febrero, su esposa señaló en una entrevista con Radio Fórmula, que estaba muy demacrado y delgado, pues no siente apetito y come a fuerza. Reveló que no le dan medicinas para la presión alta, que padece, sino sólo pastillas para dormir y que interpuso una denuncia ante la Comisión Nacional de los Derecho Humanos.

A la semana siguiente, el martes 1 de marzo, José Refugio Rodríguez, otro de los abogados integrantes de la defensa del capo, declaró en una estación de radio según publicó el periódico La Jornada en su edición del día siguiente, que el narcotraficante pidió a su defensa acelerar el proceso de extradición a Estados Unidos para evitar las condiciones en que se encuentra recluido en México. Y volvió a insistir en que desde su recaptura las autoridades tomaron medidas, como cambiarlo de celda constantemente y mantener guardias frente a su celda con cámara en un casco.

Y el 3 de marzo se dieron a conocer los avances de una entrevista que Rosa Isela Guzmán Ortiz, hija mayor del narcotraficante, concedió al diario británico The Guardian, en la que acusa que a su padre lo traicionaron políticos y narcos; reveló que durante sus campañas los políticos aceptaron los donativos de su progenitor a cambio de hacerse de la vista gorda para que pudiera escapar de prisión. Y amenazó con difundir copias de los cheques que se entregaron.

También declaró que en 2015 el narcotraficante viajó en un par de ocasiones a Estados Unidos para visitar a sus familiares y ver la casa en la que ella vive con sus cuatro hijos. Igualmente se quejó que su socio Ismael El Mayo Zambada lo entregó a las autoridades en julio del 2015, cuando estaba reunido con su esposa y sus gemelitas en Mazatlán.

La secuencia y congruencia de los mensajes, así como, la participación de abogados y familiares directos del Chapo, de varias de las familias que ha tenido durante su vida, difícilmente dejan lugar a dudas que se trata de una muy bien orquestada estrategia de comunicación, con fines bien definidos, sobre los que hoy simplemente se puede especular.

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