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La familia 'natural' contra el 'apocalipsis gay'

A favor de la pureza del concepto

Foto: Latuff

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IVÁN HERNÁNDEZ

Las marchas contra las injusticias y la corrupción palidecen frente a la ética y las convicciones de cientos de miles de personas unidas para evitar que el 10 por ciento de la población en México se apropie del término "matrimonio".

Un fantasma recorre México: es el fantasma del movimiento pro derechos de los homosexuales. De esa manera, o una muy parecida a juzgar por los hechos, debiera comenzar el manifiesto a favor de la familia que reúne a un millar de organizaciones conservadoras en torno al grito de "¡A mis hijos los educo yo!", que los lanza sobre el matrimonio igualitario.

En esta historia tienen papeles importantes conceptos como “familia natural”o “ideología de género”. Los promotores de la discusión aseguran que el relato comenzó a escribirse apenas dos semanas antes de las elecciones del pasado 5 de junio, aunque en realidad la discriminación sin tapujos y con variantes más bien escasas goza de un largo recorrido.

En mayo pasado, el alicaído -al menos desde la medición de su popularidad- presidente de México, Enrique Peña Nieto, envió al Congreso federal una iniciativa para modificar el artículo cuarto constitucional y el Código Civil federal con la intención de establecer el matrimonio igualitario entre adultos en todo el territorio mexicano.

La iniciativa tenía como objetivo ajustar la legislación vigente a la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que el 19 de julio de 2015 publicó la tesis de jurisprudencia 43/2015.

El mandato de los jueces establece que cualquier ley estatal donde se diga que la finalidad del matrimonio es la procreación y/o que lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer es inconstitucional.

Las decisiones de la SCJN que otorgan a las parejas del mismo sexo la opción de unirse bajo el esquema “exclusivo” de los heterosexuales y la posibilidad de adoptar son el combustible que hace arder la hoguera del llamado Frente Nacional por la Familia, un movimiento que, cuando sale a las calles, enarbola adjetivos como "original" o "divino".

SOMOS LEGIÓN

El Frente está constituido por más de mil asociaciones civiles unidas contra el paquete de iniciativas de matrimonio igualitario propuesto por el presidente Peña.

Las organizaciones que están a la cabeza son ConFamilia, la Unión Nacional de Padres de Familia y Red Familia.

Las propuestas de reforma del Ejecutivo mexicano, que ya fueron enviadas a la congeladora por los legisladores priistas, pretendían legalizar tres puntos básicos:

Garantizar el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio.

Permitir que las personas que gustan de personas del mismo sexo puedan adoptar.

Facilitar el divorcio al no tener que expresar causa.

Antes de que el presidente moviera ficha, ConFamilia ya había enviado una iniciativa propia sustentada con la firma de 200 mil individuos.

Se le denominó Reforma por la Familia, por los Niños y por Todos, y su objetivo también era modificar el artículo cuarto de la Constitución Política, pero con la diferencia de que solicitaban reconocer al matrimonio como una institución de interés público y fundamento de la sociedad mexicana.

La reforma de los conservadores plantea que en todas las decisiones y actuaciones del Estado se vele por el desarrollo de la familia.

Esa célula básica, a ojos de sus defensores, debe convertirse en el principio rector del diseño, ejecución y evaluación de las leyes, programas y políticas públicas de los gobiernos a nivel federal, estatal y local, así como en los tres poderes.

El reconocimiento de derechos a los gays, según los frentistas, y esto se expone en su sitio web, permitirá:

•Que los niños de México sean adoptados y vivan con homosexuales.

•Que los niños puedan cambiar de sexo sin la intervención de padres de familia.

•Que los hombres entren al baño de mujeres.

•Que los libros de texto de la Secretaría de Educación Pública serán utilizados, desde preescolar, para enseñarle a los niños la homosexualidad, transexualidad y actividades sexuales.

•Que los padres o tutores serán castigados si se oponen a la ideología de género.

Guerrear contra esas aberraciones es la madre de todas las batallas para los defensores de la familia.

APOYOS

En su recuento de acciones, el Frente destaca que el pasado 18 de mayo inició una petición dirigida al presidente Peña a través de la plataforma digital Citizen Go.

En México, es del dominio público que el movimiento profamilia es impulsado por la organización ultraconservadora denominada El Yunque, ligada al Partido Acción Nacional a través de políticos como el expresidente blanquiazul Manuel Espino.

En medios internacionales se ha resaltado el nexo de los opositores al matrimonio igualitario con la sucursal española de los yunquistas. Señalan que las plataformas HazteOir.org y CitizenGo.org, estuvieron muy activas en los tiempos en que el expresidente ibérico José Luis Rodríguez Zapatero legalizó el matrimonio gay.

También se ha difundido que esas dos plataformas dirigen en México la estrategia de recolección de firmas en el ciberespacio, la difusión y la movilización mediática, son brazos que combaten tanto dentro como fuera de las redes al "lobby gay", otro concepto de uso común entre los críticos de las uniones entre personas del mismo sexo.

En sus inicios, jerarcas católicos apoyaron los embates organizados contra las uniones entre personas del mismo sexo. La Iglesia católica mexicana se deslindó del movimiento en agosto pasado.

Y aunque se manejan como una masa ajena a los institutos políticos, los frentistas gozan del apoyo de militantes de partidos como Acción Nacional o Encuentro Social.

Luego de su jornada del 24 de septiembre, en la que los detentadores de la verdad natural reportaron marchas en 75 ciudades de 19 estados con más de un millón de participantes (diarios locales hablaron de movilizaciones en sólo 16 ciudades, distribuidas en ocho estados y con 400 mil participantes), se anunció que el Frente Nacional es ahora un movimiento cívico permanente.

IDEARIO

Los devotos del “diseño original” afirman, frente a todo aquel que quiera escucharlos, cosas como que la homosexualidad es reversible (un homosexual no nace, se hace), que los anticonceptivos causan esterilidad y que la transexualidad es un trastorno mental.

También denuncian la existencia de un "lobby" o grupo de presión gay que promueve, a escala internacional, la creación de leyes al gusto de la comunidad LGBTI (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Intersexual).

Las declaraciones para la prensa nacional e internacional que hacen los participantes de las marchas promovidas por el Frente nos muestran a padres que si tienen un hijo homosexual, van a amarlo y a acompañarlo en el camino de vuelta a la heterosexualidad.

El matrimonio, afirman, es entre hombre y mujer porque el objetivo es la reproducción, por lo tanto, una familia que no proviene de este concepto y no busca ese fin, no es familia.

Los homosexuales, declaran, son enfermos y necesitan cura, vienen de familias disfuncionales, tienden a suicidarse.

Sobre el papel de la Iglesia en sus actos de protesta, Mario Romo, vocero del Frente, afirma que los líderes espirituales pueden motivar a los feligreses a participar cívicamente y que eso no es violentar al Estado laico.

Lo que sí va en contra de esa independencia con respecto a toda religión, según el vocero, es que el Estado intente imponer la ideología de género.

Los culpables de promover la ideología gay, apunta, son corporaciones mundiales, Naciones Unidas, el Banco Interamericano, el Banco Mundial, entes cuya finalidad es despoblar a los países del tercer mundo.

Los frentistas quieren una educación libre de ideología, enfocada en los fundamentos de la persona, sin orientación sexual para los hijos, con reconocimiento para el valor natural del modelo de unión cristiano y de la familia natural.

Sí hay una lucha, según el vocero Romo, es porque así lo quieren los promotores de los derechos homosexuales. Defiende que se está llevando a la sociedad mexicana hacia un conflicto por la vía del materialismo dialéctico.

En un debate en televisión nacional afirmó que "cuando se habla de unos contra otros es caer en el socialismo nuevo, pasó del tema del capital y el proletariado, ahora está en la lucha contra sexos, entraron a ese campo, es lo que queda de esas banderas".

La ideología de género, según Fernando Guzmán, ex candidato panista a la gubernatura de Jalisco, es un arma para destruir el dualismo sexual, de manera que en una sociedad no existan varones ni mujeres sino una variedad de orientaciones y tendencias sexuales.

Bajo esa luz, la dialéctica que detectan en el Frente es la confrontación entre los sujetos masculinos y femeninos, entre hijos y padres, con el fin de destruir a la familia natural.

LA CÉLULA HOMOPARENTAL

El 23 de septiembre pasado, en el Semanario Judicial de la Federación, la Suprema publicó que tratándose de la adopción, el interés superior del menor de edad se basa en la idoneidad de los adoptantes, de manera que es irrelevante el tipo de familia al que el niño será integrado, así como la orientación sexual o el estado civil de sus futuros padres.

En el documento Los niveles socioeconómicos y las familias en México, elaborado por el Instituto de Investigaciones Sociales (empresa de inteligencia de mercados), se expone que existen 11 tipos de familia en el país: papá, mamá y niños; papá, mamá y jóvenes; pareja, hijos y otros parientes; familia reconstituida (conformada por padres divorciados con hijos de uniones anteriores); pareja joven sin hijos; nido vacío; pareja del mismo sexo; papá sólo con hijos; mamá sola con hijos; corresidentes, y familia unipersonal.

El diseño original, el de varón-mujer-hijos, defendido por los frentistas representa el 25.8 por ciendo de las familias existentes en México.

Si bien el modelo de unión ensalzado por los conservadores no es mayoría en territorio mexicano, o quizás a causa de ello, Mario Romo y compañía señalan que debe cambiarse el enfoque del debate, dejar la homosexualidad en segundo plano y enfocarse en fortalecer a la familia.

Para oponerse al derecho gay de adopción reiteran que, en promedio, el mayor bienestar humano se logra cuando los hijos están con sus padres biológicos. Y certifican que toda realidad familiar comienza con un hombre y una mujer, o el matrimonio natural, como prefiera verse.

"No debemos perder el anhelo de que todos los niños mexicanos puedan contar con su padre y con su madre, que sean amados y criados por ellos", señala el vocero.

En su camino, en esa cruzada, el Frente no está solo.

IGLESIA EN CAMPAÑA

A la defensa a ultranza se ha sumado la Iglesia católica. En mayo pasado, el obispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla Ramos compartió con sus feligreses comentarios como: "No estoy a favor de que se denigre el matrimonio" o "Dios creó a Adán y Eva, no dos Adanes, no dos Evas, ¿verdad que no?".

El semanario Desde la fe, catapulta del arzobispo primado, Norberto Rivera, ha contribuido con agresiva prodigalidad a denostar la figura del matrimonio igualitario.

Sobre los resultados en los comicios del 5 de junio, en los que el PRI perdió siete de 12 gubernaturas, el medio publicó que la población votó en contra de los peores, de los corruptos, de los cínicos, etcétera, por el ataque contra la familia materializado en las iniciativas de Peña Nieto.

"La sociedad, inconforme con esta imposición destructiva e inmoral, ha reaccionado, y ha emitido un voto de castigo al Presidente y a su partido político", decía parte del mensaje.

El 25 de septiembre, en ese mismo medio, se expusieron diversos planteamientos contra el matrimonio igualitario y las adopciones por parejas gays, cuestiones como el aumento de enfermedades, la desestabilización emocional, así como los efectos perjudiciales para la autoestima, la identidad sexual y el rendimiento escolar que sufren los criados por dos Adanes o dos Evas.

Sin embargo, la afirmación más descarnada fue: "Un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual".

En el semanario también se negaron las palabras del papa Francisco sobre que la Iglesia católica debía disculparse con los gays por los malos tratos.

La belicosidad de la jerarquía católica no pasó desapercibida en el Vaticano. La Santa Sede nombró cardenal a Carlos Aguiar Retes, quien tiene entre sus credenciales no llevarse bien con el arzobispo primado, Norberto Rivera, señalado como el principal promotor del golpeteo contra el gobierno peñista.

La jubilación del ultraconservador Rivera está próxima, deberá solicitarla el próximo año. Retes sería el sucesor y el encargado de reconducir a la Iglesia mexicana hacia rutas menos radicales.

Además, a finales de septiembre el Vaticano envió al nuncio papal, el arzobispo italiano Franco Coppola, quien tendría la misión de imponer la agenda del sumo pontífice y hacer que la cúpula religiosa haga eco de las palabras de su líder: alejarse del poder e involucrarse en las causas sociales.

PALABRAS DE DIRIGENTE

En entrevista con El Universal, Juan Dabdoub Giacoman, presidente de ConFamilia advirtió que las elecciones de 2018 serán de la familia y los partidos deberán cuidarse de no candidatear a personas contrarias a la célula básica tradicional.

No obstante, el promotor de la familia natural asegura que la intención de su movimiento no es imponer nada a nadie. Asegura que buscan un debate abierto, productivo, enriquecedor.

El vocero del Frente, Mario Romo, explica que muchos de los problemas de México tienen su raíz en el proceso de descomposición avanzada que sufre la familia, esto porque el matrimonio se ha convertido en un producto desechable.

La fórmula es simple: mientras más desestructurada esté esa figura de unión, más daño se causa a los hijos y estos terminan siendo conflictivos, obtienen malas calificaciones, desertan de las aulas, recurren a la violencia y acaban en la cárcel.

La meta de los conservadores es que la Constitución diga: la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida y apoyada por la sociedad y el Estado.

Y que se establezca de manera libre de interpretaciones el derecho del varón y de la mujer a contraer matrimonio y a tener descendencia.

Porque "el matrimonio es una institución de interés público y el fundamento natural de la familia: (...) un compromiso público que toman libremente un varón y una mujer, para amarse, fundar una familia y educar a sus hijos".

Exigen también la creación del Instituto Nacional de la Familia y que se eleve a rango constitucional el respeto, protección, defensa y promoción de la célula básica de la sociedad con base en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En el tema de "A mis hijos los educo yo" y contra la adopción gay piden reconocer el derecho de los menores a crecer en su familia, bajo el cuidado y protección de su padre y madre.

Las autoridades, según la iniciativa ciudadana, estarán obligadas a asegurar su cuidado y protección por un padre y una madre adoptivos. El Estado no puede por ninguna causa privar deliberadamente a un niño de este derecho.

Los boletines del grupo del millar de asociaciones remarcan los mensajes de respeto hacia quienes son diferentes a ellos y el pacifismo del movimiento.

En la letra apelan a la necesidad de establecer en México contenidos de educación sexual basados en criterios científicos y en la idea de formar personas integrales. Critican que lo opuesto sea promovido por grupos que "desconocen la realidad genética, biológica y psicológica de la sexualidad humana".

Los frentistas se definen como un conjunto propositivo que no odia ni teme a los homosexuales.

Su búsqueda de un diálogo, sin embargo, no les impide atacar de frente a instituciones como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, oficina a la que acusan en el principal órgano de exclusión en México.

"Creemos en un Estado laico, pero no en un Estado laicista que desprotege, margina y ridiculiza las convicciones religiosas", sentencian.

En el Frente defienden su ética y sus convicciones religiosas seguros de ganar.

TEMPORAL

La decisión de permitir el matrimonio igualitario, por ejemplo, no es sino un contratiempo.

Los conservadores se han mostrado agradecidos con el ministro José Ramón Cossío por darle a las decisiones judiciales la característica de temporales.

Cossío declaró a la prensa nacional que el criterio de la Suprema es lo único que sostiene el derecho de los matrimonios del mismo sexo en México. También comentó que sería ingenuo pensar que porque alguna vez la corte dijo alguna cosa esta quedó escrita en piedra.

Para los defensores de la "familia natural" se trata de una cuestión simple: no es la sociedad, sino la naturaleza la que impone la "ley natural", el "diseño original" y el "designio divino".

En su defensa de estos preceptos el Frente exhibe con frecuencia la buena recepción de sus ideas en la comunidad homosexual.

El vocero Romo destaca siempre que puede el caso de los gays que participan de sus marchas y actividades.

Una clave del ideario profamilia es que las personas no nacen homosexuales.

Aunque reconocen que se trata de un debate en el que no está dicha la última palabra, su planteamiento es que cuando nace un bebé, nace niño o niña. Es en el camino, y por razones culturales, psicológicas, la experiencia de vida y en algo contribuyen las hormonas, que una persona se identifica como homosexual o como lesbiana.

No se puede decir, sentencian, que no se nace siendo hombre o mujer.

La ideología de género, enemiga jurada de la familia natural, quiere enseñar a los mexicanos, desde edades tempranas, como la de preescolar, cuestiones para las que no están preparados, como hacerles ver que puede ser niño o niña cuando apenas están afirmando su identidad sexual.

Permitirlo, señalan los detractores del matrimonio y la adopción gay, es un crimen contra los infantes y un daño a los derechos de los padres.

UNIVERSIDADES

En el debate también han participado las principales universidades mexicanas. En ese sentido destaca el pronunciamiento conjunto que realizaron la UNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Autónoma de Nuevo León y la de Guadalajara.

Los rectores de estas casas de estudio firmaron y publicaron una carta en favor del Estado laico, de los derechos humanos y en contra de la discriminación.

Sustentaron su postura a favor del matrimonio igualitario en que es necesario promover la creación de ciudadanía a partir de valores como la tolerancia y el respeto a la diversidad.

También resaltaron el compromiso de las universidades con contribuir a la "libre discusión de ideas, propiciando herramientas para el diálogo informado y sustentado en evidencias científicas".

En ese sentido hay muestras como la Opinión sobre la reforma al Código Civil del Distrito Federal (artículos 146 y 391) para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, y la acción de inconstitucionalidad que interpuso la Procuraduría General de la República ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, elaborada por el Seminario de Investigación de Ética y Bioética de la UNAM.

En ese documento, especialistas de la casa de estudios comentaron que la reforma no sólo era positiva sino necesaria ya que constituyó un acto de justicia para un grupo minoritario de la sociedad que ha sido tradicionalmente discriminado así como excluido de derechos básicos que los demás ciudadanos disfrutan sin ninguna restricción.

Indicaron que el matrimonio igualitario no afecta a ningún tercero, ni reduce el ámbito de las libertades y las capacidades de los ciudadanos para buscar su propia felicidad y contribuir al bienestar colectivo.

Dos ideas contenidas en el documento que chocan con el ideario del Frente son:

El matrimonio, así como la familia, son instituciones sociales que han evolucionado a lo largo de la historia. La ley debe reconocer y regular la diversidad existente de formas de familias, así como las distintas funciones del matrimonio.

Es inaceptable en términos éticos una definición rígida y sustancialista de la familia o del matrimonio. Es necesario proteger otras formas de relación social, superar criterios moralistas de evidente obsolescencia. Superar la injerencia de poderes eclesiásticos en la legislación de un Estado constitucionalmente laico como el nuestro.

Luego, los especialistas puntualizan que no existen razones objetivas ni científicamente fundadas para conjeturar riesgos para los menores criados y/o adoptados por parejas homosexuales.

Enseguida, consideran que tanto las familias heteroparentales como las homoparentales pueden ofrecer las condiciones adecuadas para criar, cuidar y educar a niños huérfanos o abandonados.

LA OTRA FE, LA MISMA FE

Estos argumentos, sin embargo, no encuentran eco en el movimiento cívico que se adjudica las derrotas del PRI de junio pasado. Si plantean la necesidad de proteger a la célula básica de la sociedad en México es porque la importancia del concepto se ha ido perdiendo y con él los valores dentro de la sociedad.

Esa descomposición ha ocasionado que el país tenga, plantea el vocero Romo, los índices más altos de violencia, embarazos adolescentes, acoso escolar y sexual, entre los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Sin embargo, así como el Frente tiene partidarios homosexuales, también hay quienes se oponen a su ideario desde la religión.

Es el caso de una organización denominada Comunidad Cristiana de Esperanza, que cuenta entre sus miembros a teólogos y expertos en el catolicismo.

Este colectivo pretende enseñar a los devotos el respeto hacia la homosexualidad por medio de pasajes bíblicos.

Sus publicaciones en redes sociales llaman a dejar de juzgar a los homosexuales y a ser buenos católicos, empezando por amar al prójimo como a uno mismo; recomiendan poner más atención en el trato que se brinda a los demás y menos en a cuántas misas se asiste.

Resaltan que en la Biblia la definición de familia que defiende el Frente no existe y que tampoco está clara la prohibición de la homosexualidad.

Los integrantes de la comunidad lamentan que no haya manifestaciones multitudinarias contra las injusticias que día a día se viven en el país y sí contra la idea de que el 10 por ciento de la población pueda contraer matrimonio como el resto de las personas.

Hay que aceptar, señalan, que la familia ha cambiado y que la estructura tradicional ya no es la única.

ODIO

Frentistas, Iglesia y políticos repiten los mismos señalamientos: "La iniciativa de EPN quiere confrontar a la sociedad, Peña Nieto divide al país", o "la comunidad gay quiere apropiarse de la palabra 'matrimonio'", o "no queremos que los gays impongan su forma de pensar al resto de la sociedad".

En un artículo publicado en Proceso, la escritora Sabina Berman se preguntaba Qué hacer con el odio del arzobispo.

En el texto expone que Norberto Rivera maneja un discurso del odio, uno que apunta contra un grupo de personas específico, que expresa prejuicios con el resultado de denigrar y humillar. Además, el discurso del odio del cardenal invita a terceros a participar en actividades para restar derechos a un sector vulnerable de la población.

Para la periodista es necesario que se aplique la ley, porque un discurso de ese tipo es un delito.

Sin embargo, son ya cientos de miles las personas que han abrazado las ideas del cardenal y que defienden su derecho a restar derechos básicos a los individuos con su ética y sus convicciones religiosas por delante.

El problema es que, como se muestra en las cifras sobre los 11 tipos de familia en México, la célula básica ya cambió desde hace tiempo y ya no son mayoría los que, desde su experiencia vital, solamente conocen una forma, el "diseño original", de estar juntos y, en los casos en que se decida tener descendencia, criar a los hijos.

La experiencia vital, repartida en innumerables testimonios difundidos en redes sociales, medios de comunicación y demás, es que el depositario del amor filial no es una persona con la que se comparten apellidos o sangre, sino recuerdos, sentimientos, afinidades y la prueba de amor, pero no entendida como esa práctica de pisa y corre que produce familias uniparentales, sino como esa constante presencia que estuvo allí para cuidar de quien necesitaba vestido, sustento, salud y la paz verdadera del afecto a toda prueba.

Uno de los aspectos que más llamó la atención el pasado mes de septiembre, es que a la llamada marcha por la defensa de la familia tradicional, una gran cantidad de familias tradicionales respondieron, miles en diferentes estados; pero al margen, no marcharon por la línea derecha, lo hicieron por la izquierda, para apoyar a los integrantes del Frente Orgullo Nacional (FON), conformado por colectivos unidos en la defensa de los derechos para la comunidad LGBTI.

Pancartas y playeras con leyendas como “somos una familia tradicional y apoyamos la diversidad”, o “No todas las familias tradicionales discriminamos”, eran portadas por miembros de familias tradicionales, papá, mamá e hijos; quines marcharon de la mano de la comunidad LGBTI.

La proclamas iban desde quienes buscaban marcar distancia con los conservadores radicales, hasta quienes condenaban que los del Frente Nacional secuestraran el concepto de familia e hicieran pensar a la comunidad que todas las personas heterosexuales o que integran una familia tradicional los apoyaban, ya que muchos sostuvieron que este movimiento es integrado por una minoría.

Sin embargo, como si se tratara de una imagen que da fe de una movimiento bélico, la fotografía que se robó la nota internacional fue la que tomó Manuel Rodríguez, donde se aprecia a un pequeño de 12 años quien con los brazo abiertos intenta parar la marcha que circula por una transitada avenida de Celaya. La razón, su tío es homosexual y no quería que le hicieran daño o marcharan en su contra.

Correo-e: bernantez@hotmail.com

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