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La ficción como realidad

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CARLOS CASTAÑÓN CUADROS

Si la realidad no le gusta, entonces cámbiela. El principio parece sencillo y hasta elemental. En siglo XIX, uno de los pensadores alemanes de mayor influencia, escribió: "Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo". Entre nosotros, uno pensaría que la política es el medio para transformaciones. ¿Pero cómo nos va?

Es su más reciente estudio, la Comisión Económica para América Latina (Cepal), reafirmó lo que otros estudios nos dicen sobre la pobreza en México: la pobreza no cambia, y cuando lo hace, es tan poco, que resulta irrelevante. Comparando 18 países de Latinoamérica, México se ubicó en el sitio número 13. El informe 2015, titulado "Panorama Social de América Latina 2015", registró que 41.2 por ciento de la población vivía en pobreza en 2014, lo que equivale a más de 48 millones de personas. Los países latinoamericanos que presentaron mayores avances en la reducción de la pobreza entre 2010 y 2014 son Uruguay, con un avance de 14.9 por ciento; Perú con 9.8 por ciento; Chile, avanzó 9.1 por ciento, y Brasil, bajó 7.9 por ciento la pobreza. Por el contrario, Venezuela incrementó la pobreza en 4.9 por ciento, y México aumentó en 2.9 por ciento. ¿Qué dijo nuestro secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade? Como es más fácil dar la vuelta a la realidad que cambiarla, el secretario expresó que la Cepal debe revisar y cambiar su metodología. En pocas palabras, es más fácil cambiar el método de medición, que cambiar la pobreza. Números más, números menos, lo cuestionable son las métricas, pero no la pobreza. El secretario de la Sedesol, de quien se dice es presidenciable, no dudó en contradecir: "Nosotros tenemos nuestra propia medición y tres cosas son ciertas: hay menos pobreza extrema, hay más pobreza moderada y hay más acceso a derechos básicos" (El Financiero, 28 de marzo de 2016). Nada como declarar lo contrario ante la prensa, porque no importa la realidad sino lo que se "dice". Desde esa lógica, la pobreza es una cuestión de números, entonces que no venga la Cepal a decirnos nada porque nuestras estadísticas son las "buenas".

En mismo tono, el secretario también respondió al informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo social (Coneval), que demuestra un aumento de la pobreza, no obstante la publicidad del gobierno federal en la materia. Escuchemos lo que quiere el secretario: "Me parece muy importante que reflexionemos sobre la metodología, porque orienta los esfuerzos de política pública y de Gobierno. Por eso me parece importante que la entendamos, que entendamos qué está tras de ella, y si está efectivamente midiendo la realidad y orientando los esfuerzos como quisiéramos" (El Norte, 10 de noviembre de 2015). Para el caso, es más fácil cambiar la metodología, que "combatir" la pobreza. Al paso que vamos, no extrañaría la mano del gobierno federal, para que al fin los número del Inegi y el Coneval le favorezcan.

Uno de los programas estrella del gobierno de Enrique Peña Nieto, es la Cruzada Nacional contra el hambre. Se escucha bien, ¿pero cuáles son sus resultados? De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, que se cuida muy bien de no investigar al presidente, la famosa cruzada no disminuye el hambre. Más todavía, la Auditoría no pudo encontrar clara evidencia que demuestre la funcionalidad del programa (Informe de la Cuenta Pública 2014).

Bajo esa tendencia, no resulta extraño que en Piedras Negras, Coahuila, un funcionario aleccione a los beneficiarios del programa social Prospera para contestar debidamente las encuestas. Vayamos a las lecciones. "¿Se han quedado con hambre?" -No.

De esa manera, la lógica gubernamental es consistente. Es más sencillo negar el hambre, que quitarla. Por la mismas, pero en el ámbito de la seguridad, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, otro presidenciable del gabinete, declara que en Guerrero el turismo es un éxito al igual que los operativos; no obstante, a diario suman los asesinatos. Basta que el secretario se presente y declare que la delincuencia disminuye. Todo gracias al arte de declarar; así dijeron de Tamaulipas y ya ven cómo están las cosas.

Otro presidenciable más, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, avala a través del SAT, que el Inegi calcula mal el PIB del país. ¡Sí! Los expertos están equivocados. Si el desempeño económico del país está mal, no es por la política económica, sino por la forma en que se mide. El problema es la metodología según los funcionarios. Al final del día, la realidad se presenta como una ficción, y la ficción como una realidad. Sólo es cuestión de método.

Nos vemos en Twitter, @uncuadros

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