Siglo Nuevo

La pareja y sus tres mundos

La búsqueda del equilibrio

Foto: Archivo Siglo Nuevo

Foto: Archivo Siglo Nuevo

Marimar Centeno

Aun cuando se decida vivir la vida en pareja, es importante para el funcionamiento de la misma que cada miembro conserve su individualidad, de tal forma que pueden observarse claramente tres mundos: “el tuyo, el mío y el nuestro”.

Linda y Andrés se conocieron en el cumpleaños de un amigo en común, los presentaron y de inmediato notaron que se sentían muy cómodos estando juntos. Linda tenía veintisiete años de edad, era una joven muy sociable con un círculo de amigos amplio, profesionista, trabajaba en una empresa como encargada de marketing, le gustaba salir los fines de semana a divertirse y en su temporada vacacional planeaba irse con alguna de sus amigas a explorar una ciudad para ellas desconocida.

Andrés, por su parte, es ingeniero civil y se dedicaba a la construcción, era aficionado al futbol y no le gustaba perderse un solo partido de su equipo favorito, hacía planes con sus amigos para ir a pasear en moto en su tiempo libre o se reunían para jugar cartas, Andrés y Linda decidieron casarse después de un año de relación en donde congeniaban ambos su tiempo sin descuidar sus amistades y actividades personales.

Después de regresar de la luna de miel, la dinámica en la relación cambió, Andrés le pidió a Linda que dejara de trabajar para que estuviera pendiente de cualquier necesidad de la casa que compartían, al principio ella se mostró entusiasmada por su nueva vida, ocupaba su tiempo en decorar su casa, pero descuidaba su alma, se metió a clases de cocina y sin darse cuenta poco a poco empezó a alejarse de sus amigas porque a Andrés no le parecía bien que siendo una mujer casada, saliera tan seguido a divertirse. A pesar de que sus amigas le comentaban que eso no era sano para ella, hacía todo lo que estaba a su alcance por complacer a su esposo, el mundo de Linda se había reducido solamente a estar al pendiente de que Andrés estuviera bien siempre que llegaba a casa.

TÚ Y YO... Y NUESTRA RELACIÓN

Cuando dos personas se eligen para iniciar una relación de pareja, cada uno llega con su propio mundo conformado por su historia personal, relaciones afectivas, intereses y actividades, al constituirse como pareja se crea un tercer mundo en donde ambos construyen ese espacio que se convierte en “nuestro mundo”.

Andrés mostraba signos de agresión sutil al pretender anular por completo el mundo personal de Linda, demandaba toda su atención en la relación de pareja, sin embargo él seguía saliendo con su grupo de amigos al menos una vez por semana. El hecho de que Andrés tomara el control de la relación con el pretexto de cuidar y proteger a su esposa ocasionó que con el paso del tiempo Linda perdiera seguridad en sí misma, empezaba a perder su autonomía para depender de Andrés para tomar cualquier decisión.

Aun cuando la pareja sea muy compatible y congenien en varios aspectos, existirán algunas cosas en las cuales tengan diferencias, aunque su vínculo afectivo sea fuerte.

Juan Luis Álvarez-Gayou, educador y terapeuta sexual certificado por la Association of Sex Educators, Counsellors and Therapists de Washington, decía que el concepto de los “tres mundos” es muy importante para el buen funcionamiento de cualquier pareja, ya que en toda pareja deben ser detectables y claramente observables tres mundos: “el tuyo, el mío y el nuestro”. Esto se refiere a que es indispensable cierto grado de individualidad; habrá actividades en donde no es necesario que participe el otro y esto no debe ser motivo de discusión.

El impedimento que hacen algunas parejas para la existencia del mundo individual puede desencadenar, tarde o temprano, frustración y enojo que se manifestarán en reproches por haberse entregado por completo al otro al grado de olvidarse de sí mismo, si es que antes no hubo un distanciamiento emocional por sentir la relación asfixiante.

Linda dejó de ser ella misma para convertirse en una extensión de Andrés, pensaba que si no cubría todas las expectativas de su esposo, la relación podría terminar.

Hay aspectos que deben cuidarse para mantener una relación sana y sin tanto conflicto: el amor y la forma en que se lo demuestran; la admiración que implica reconocerse las cualidades y virtudes; la comunicación clara y directa, donde cada uno puede expresar su sentir, no hacen suposiciones, ni toman decisiones en base a los que se piensa sin tener certeza de las cosas; la intimidad, el espacio en donde cada uno puede desnudar su alma y mostrar sus miedos y dolores más profundos sin ser juzgado y siente la libertad de compartir los sueños e ilusiones que tiene sintiendo confianza plena en el otro; la sexualidad, donde se permiten conocerse y entenderse plenamente en las necesidades individuales y de pareja para satisfacerlas; el respeto a la opinión de cada uno y la empatía en donde tienen consciencia de lo que sus acciones pueden provocar en su pareja.

EL EQUILIBRIO DE LOS TRES MUNDOS

Existen parejas que se encuentran en el otro extremo, involucrados casi al cien por ciento en su mundo individual y el espacio en común de pareja es mínimo, llegan a la relación con temor de perderse al entregarse al otro, que defienden su espacio aún y cuando eso signifique un desencuentro entre ambos.

Dentro del mundo o espacio de pareja debe haber momentos de exclusividad en donde sólo participen y compartan como pareja sin descuidar sus mundos personales.

Aprender a equilibrar la interacción de los tres mundos que conforman a la pareja será clave para su consolidación, así como comprender que cada uno llega con una mochila a la espalda que contiene lo que recibió de su familia de origen y los vacíos de lo que no recibió también, carencias y demandas afectivas, frustraciones, sobreprotección, dependencia, agresión, buscando en todo momento ser leal a esas consignas inconscientes que andan cargando y repiten sin darse cuenta de generación a generación.

Buscar el bien común y respetar el mundo personal les servirá para darse un respiro, ahuyentar el aburrimiento y la rutina, construir su mundo compartido no será una tarea fácil y habrá días en donde alguno de los dos deseará no seguir adelante, pero con amor, respeto, tolerancia y reciprocidad, sentirán la libertad de seguir eligiéndose cada día para caminar juntos en su paso por la vida.

Twitter @Marimar_Centeno

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Foto: Archivo Siglo Nuevo

Clasificados

ID: 1204267

elsiglo.mx