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La sobreviviente

Retrato hereje

ROBERTO ROCK L.

Las revistas del corazón la consentían con frecuencia, gracias al glamour que rodea a su familia. Una de ellas publicó que la apreciada dama, formada en escuelas confesionales, como el Regina, la Anáhuac o la Panamericana -para gente bonita-, empezaba a decir a sus amigos que estaba lista para retirarse de la política y dedicar la vida a cuidar a sus nietos.

Hace 18 meses, cuando dejó su escaño en el Senado para hacerse cargo de la Procuraduría General de la República, se le pronosticó un trayecto amargo, breve y sumiso ante los tiburones que dominan la oscura justicia mexicana, y en particular frente a los halcones de la Secretaría de Gobernación y Los Pinos.

Pero a principios de este mes Arely Gómez entró con gesto decidido a una reunión con el presidente Peña Nieto para anunciarle que separaría de su puesto al director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón, amigo presidencial, el hombre que controlaba la tercera parte de la PGR y miembro conspicuo del grupo que encabeza Humberto Castillejos Cervantes, consejero jurídico de la Presidencia y, hasta ahora, uno de los cinco personajes más poderosos del régimen.

La procuradora apostaba su capital político a extirpar lo que entendía como un foco de discrepancias alimentadas desde el despacho de Castillejos Cervantes. Pero no era la única a la que Zerón le había provocado insomnios.

Desde abril de 2013, Peña Nieto instruyó al entonces procurador de la República, Jesús Murillo Karam, para abrir un espacio en la dependencia a Zerón de Lucio, quien había tenido un paso accidentado por la Policía Federal Preventiva y luego se desempeñó en áreas sensibles de inteligencia en la Procuraduría de Justicia del Estado de México. Murillo eludió el tema por meses.

En septiembre de ese año propuso la creación de la AIC, y en la bolsa llevaba la propuesta de designar en el cargo a Mayolo Medina Linares. Pero la instrucción presidencial fue tajante: "Va Tomás Zerón…", y él tomaría posesión el 23 de ese mes, para estrenar una corporación que agrupa todas las tareas policiales, periciales, de planeación e inteligencia de la institución. Desconfiado, Murillo buscó bloquear a Zerón, desplazarlo, pero nunca encontró en su jefe más que elogios e instrucciones de apoyarlo y promoverlo.

La tragedia de Ayotzinapa -la principal pesadilla de la administración Peña Nieto-, que provocó la caída de Murillo en febrero de 2015, atrajo singularmente también el pasado día 14, la salida de Zerón, responsable de las investigaciones y defensor, como aquél, de la única verdad presentada hasta ahora con datos sólidos: el secuestro, la pira, las cenizas al río…

"Recanalizar" el tema de Ayotzinapa y retomar la relación con las familias de los jóvenes estudiantes desaparecidos fue el argumento ofrecido por la procuradora Gómez para sacudirse a Zerón. Y dio otro, contundente: El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, "está de acuerdo", lo que supondría un pacto entre ambos tras una etapa de confrontación, y profundizaría la zanja entre Osorio y el citado consejero Castillejos Cervantes.

Fuentes cercanas a este episodio confiaron que el presidente Peña Nieto estuvo de acuerdo en la salida de Zerón de la PGR, pero ordenó presentarla como una promoción y buscar una posición digna para su excolaborador en el Estado de México.

Desde Gobernación se analizaron algunas alternativas. Ello incluyó al Cisen, cuyo director general, Eugenio Ímaz, acumula una ausencia discontinua de casi 12 meses por una afección oncológica. Según las fuentes disponibles, Zerón fue consultado si aceptaría aparecer como segundo de Ímaz, aunque en funciones de titular. Él declinó.

El proceso empezó a retrasarse, por lo que el equipo de la procuradora Gómez habría determinando precipitar las cosas: difundir un comunicado donde se daba cuenta de que la renuncia de Zerón había sido aceptada. Ese mismo equipo argumentó haber recibido instrucciones en tal sentido desde Los Pinos, lo que no pudo ser corroborado.

Minutos después de ese boletín de prensa de PGR, Gobernación se apresuró a difundir otro en el que se anunciaba que el influyente jefe policiaco era designado secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, y consignaba frases elogiosas sobre su desempeño. Fin de la historia.

El triunfo político de Arely Gómez sobre Zerón y Castillejos, y moral ante sus numerosos críticos, marca no sólo un episodio de estilos rudos. Manda también una señal de la dificultad que supondría designar a un nuevo titular de la PGR, puesto que debe ser aprobado por el Senado, que luce más dividido que nunca y donde la procuradora genera consensos, como se demostró en su reciente comparecencia.

En ese contexto, no apueste usted a un relevo de procurador. Pero tampoco es previsible que surja el esperado fiscal de la nación, que tendrá nombramiento de nueve años. Salvo sorpresas de fin de sexenio, ese será un problema que le será confiado al próximo gobierno.

Correo: rockroberto@gmail.com

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