Las armas de Lugo y de Urquieta
El director de la película, José Luis Urquieta, me dijo véngase para acá, y me colocó en una butaca cerca de la pantalla. Para que quede dentro de la acción -me animó-, que la pantalla lo abarque. Se iba a proyectar la película Las armas, del propio Urquieta. Conmigo iba el profesor Eusebio Vázquez Navarro. Habíamos acudido a la conmemoración de los cincuenta años del ataque guerrillero al cuartel de Ciudad Madera, en la Sierra de Chihuahua.
José Luis Urquieta, dice Wikipedia, debutó como director con Al filo de los machetes, película sobre la lucha agraria en el estado de Tamaulipas contra caciques locales arropados por autoridades corruptas. Esta cinta le valió la nominación al Ariel y la obtención de la Diosa de Plata como Opera Prima en 1981. Durante la década de los 80 realizó varias cintas que abordan el tema de la migración entre México y Estados Unidos: El puente, Tres veces mojado, La camioneta gris y Los tres gallos. En 1987 estrenó Muelle rojo, “película social” sobre el sindicato de alijadores de Tampico.
Era, pues, el 23 de septiembre de 2015. Se proyectaría la película Las armas con un guion preparado por Urquieta y Carlos Montemayor, sobre su grande y hermosa novela Las armas del alba. La conmemoración era muy importante y aparte de la película se programó una ceremonia en la tumba de los héroes guerrilleros en el panteón de Madera, presentaciones de libros sobre el ataque guerrillero al cuartel y un homenaje en “el lugar de los hechos”.
El día anterior el profesor Vázquez Navarro y yo acudimos a los lugares de la acción reivindicatoria del pueblo, sitios que son parte de la historia nacional que admiramos. Con curiosidad reverente caminamos por el lado norte de la carretera donde se apostó una parte del comando; por el punto sureste, desde donde atacaron el comandante de los guerrilleros, profesor Arturo Gámiz, y el doctor Pablo Gómez, y por el lado suroeste, donde se ubicó un tercer atacante.
Ya en el local del Ejido El Largo, en Madera, en el cual se proyectó la película aquel 23 de septiembre de 2015, nos acomodamos donde dijo el director. Al terminar y salir del salón ejidal nos tomamos fotos con Raúl Florencio Lugo Hernández, guerrillero sobreviviente del ataque y con familiares del doctor Pablo Gómez.
Y aquí, tras nombrar a Lugo -Raúl Florencio Lugo Hernández-, evoco su libro cuya portada de la tercera edición por la Universidad Autónoma Chapingo se presenta con tres títulos: 23 de septiembre de 1965 / El asalto al cuartel de Ciudad Madera / Testimonio de un sobreviviente. Lo evoco porque la película de Urquieta y la novela de mi admirado Carlos Montemayor parecen surtidas en su épica por esa obra de Lugo. Aprovecho eso ahora para recordar la existencia del libro.
Raúl Florencio Lugo, ya lo dije antes, salió vivo, aunque herido, de aquella gesta revolucionaria. Su trinchera había quedado en el lado norte de la carretera. Lugo es también autor de otro par de libros: Del cuartel a Lecumberri y El reencuentro. En fin, Lugo es un héroe popular vivo, un héroe del proletariado, un héroe de la lucha por la justicia social, por el socialismo.
Escribo esto el 13 de septiembre, días antes del 23, fecha en que debió andar Lugo en La Laguna presentando un nuevo libro. Ya rebasó los setenta años de edad pero sigue divulgando el pensamiento revolucionario, la memoria de sus experiencias revolucionarias, ideas de justicia, sentimientos y anécdotas de su lucha por un mundo mejor. Estas son sus armas ahora.
Los libros de Raúl Florencio Lugo son y serán fuentes para quien se quiera acercar al origen de la indignidad de los gobernantes y a la dignidad del pueblo mexicano. Son el contraste para las versiones oficiales que deforman muy importantes hechos populares de nuestra proletaria historia.
Correo-e: rocas_1419@hotmail.com
