LA EXTRAÑA PERSONALIDAD DE LA DOÑA
Es una pregunta que muchas veces me hice. María Félix, la Doña, la Diva, la bellísima mujer que supuestamente lo tenía todo, ¿era feliz? Yo creo que no. Creo que el exceso de satisfactores produce insatisfacción porque nunca llegas a tenerlo realmente todo.
María Félix era única, tenía una singular personalidad y eso produce una tremenda soledad porque nadie está a tu altura. Es el caso de todos esos seres que teniéndolo todo les falta siempre algo, compañía, amor, alivio a una crónica terrible soledad.
Paradójicamente Félix en latín significa feliz. Con toda certeza se ha dicho que María era una leyenda. ¿Y qué es una leyenda? Pues una relación de sucesos que tienen más de tradicionales y maravillosos que de históricos y verdaderos. Así era la vida de ella.
Ella era la Doña y doña significa dueña. Era la dueña (o al menos se sentía) la propietaria de la vida de los seres que la rodeaban. Tenían que someterse hasta a sus más ridículos deseos, porque ¡pobre del que no lo hiciera! Pero sus amantes ¿la amaban realmente? ¿No amarían más su belleza, su fama, sus riquezas?
No le gustaba hablar de su vida real, porque eso sería como descender al nivel de los mortales y ella era una diva, y diva quiere decir divina, o sea que era una diosa, alguien que está más allá de lo natural. Sin embargo amaba a su hijo, aunque el de su hijo parece que era un amor frío y luego sucedió que siendo aún bastante joven y exitoso, Enrique decidió morirse, haciendo que su madre sufriera como sufre cualquier madre, pobre o rica, que pierde a un hijo, más aún si es su único hijo.
Lo que pocos entienden es que los lujos sólo hacen patente esa inmensa soledad en que viven los privilegiados, los consentidos por la vida que les ha dado todo ¿todo? Tienes muchas joyas, tienes valiosas obras de arte, una mansión monumental, una legión de gente a tu servicio, pero difícilmente puedes salir a la calle y si lo haces sabes que la gente te va a asediar, aunque sólo sea para hacerte reverencias.
María Félix era actriz ¿era realmente eso? Era más actriz en su vida real que en las películas porque le faltaba esa transformación que se requiere para ser un grande de la actuación. Detrás de Juana Gallo, de Toña Machetes, de La Cucaracha se adivinaba siempre la presencia de María y es precisamente la antiactuación.
De todas maneras nos quedamos con la leyenda de la Doña. La Gran Diva del Cine Mexicano: María Félix.
ESCRÍBALE A DON JUAN RECAREDO. SU CORREO ES comodijo2@hotmail.com
PREGUNTA DEL PÚBLICO.
Adriana Gaun pregunta ¿Es "haber que pasa" o "a ver qué pasa?
Me retiro con este consejo: Estemos siempre a punto para contradecir sin obstinación y dejarnos contradecir sin irritación. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA Por: Juan Recaredo