Es el juego del hombre
Para todos los que quieren y para todos los que aman el futbol… así empezaba sus narraciones y cuando escuchabas esa frase podías tener la seguridad de que, independientemente de la calidad futbolística del partido, ibas a disfrutar enormemente la narración de un señor que hacía su trabajo como si estuviera narrando un pasaje de La Ilíada.
Ángel Fernández era el rapsoda del Estadio Azteca, recordando que el rapsoda era un recitador ambulante que en la Grecia Antigua iba por las calles cantando poesías homéricas y poemas épicos. Se desentendió del discurso objetivo y convirtió la cancha en un pretexto para la metáfora.
Esas son algunas de las muchas cosas que se han dicho de Ángel Fernández, un moreliano que nació en 1925. Empezó narrando beisbol y box, y a partir de los años sesenta, se dedicó de lleno al futbol, creando un estilo narrativo espectacular e ingenioso.
Bautizó al futbol como "el juego del hombre", y cuando alguien realizaba alguna hazaña en la cancha, decía: "Me quito el sombrero o me pongo de pié", pero si un equipo era goleado, lanzaba el "se hunde la nave, las mujeres y los niños primero."Si los jugadores se "calentaban" y empezaban a darse empujones, parafraseando el Corrido del hijo desobediente, Ángel decía que estaban "echando mano a sus fierros como queriendo pelear".
Cuando Cristóbal Ortega debutó con el Club América, que era el equipo de sus amores, sorprendido por la calidad del defensa, Ángel dijo: Señoras y señores, hemos vivido en el error: Ahora vemos que Cristóbal descubrió América.
De pronto, el idioma utilitario en labios de Ángel se convirtió en un mecanismo de invención y así brotaban de su ingenio nombres y apodos para equipos y jugadores. El bautizó a las Chivas como el Rebaño Sagrado, al Cruz Azul como la Máquina Celeste, y cuando el equipo de la U de Guadalajara se reforzó con algunos jugadores de raza negra, Ángel decidió que a partir de entonces el equipo se llamaría "Los Leones Negros".
Sobre la marcha adjudicaba apodos a los jugadores como quien reparte cartas en un juego de póquer. Así nació El Alacrán Jiménez, El Niño de Oro Hugo Sánchez, El Cyrano Enrique Borja (porque era un hombre a una nariz pegado), y Supermán, el Gato Miguel Marín, porque era un portero que literalmente volaba.
Así nació también Wama Puente, el Kalimán Guzmán, la Cobra Muñante y el León de la Metro, que era Leonardo Cuéllar con su inmenso greñero, entre muchos más. Pero cuando Ángel Fernández se voló la barda fue cuando en un Campeonato Mundial vio aparecer al equipo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que llevaban las iniciales en el pecho, que en su idioma eran C.C.C.P.
¡Según Ángel, eso quería decir: Cucurrucucú Paloma!
ESCRÍBALE A DON JUAN RECAREDO. SU CORREO ES comodijo2@hotmail.com.
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Jesús Ortiz. ¿Cómo se escribe álbum en plural?
RESPUESTA:
El plural de álbum es álbumes.
Me retiro con esta reflexión. Si te he visto no me acuerdo… Si te desvisto, no me olvido ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA Por: Juan Recaredo