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Las palabras tienen la palabra

Las palabras mal pronunciadas

A un amigo, le decíamos "el campión batiador de Nuevo Lión", y lo curioso del asunto es que no era un jugador de beisbol. Era un cronista deportivo que ni siquiera merecía ese título que denomina a tan honroso oficio. Así hablaba en sus crónicas cambiando las e por íes y por eso se le puso el apodo que era una forma de ironizar su manera horrenda de pronunciar el español.

La verdad es que no nos queda satanizar mucho a una persona que habla así, habida cuenta de que todos caemos con demasiada frecuencia en ese tipo de errores al usar nuestro lenguaje cotidiano. Hasta en los más prestigiados medios de comunicación se dice pos, cuando sabemos y es tan fácil decir "pues". Hasta hacemos aquel viejo chiste del que pregunta: ¿Cómo se dice, pos o pues?, y el otro contesta con tono de máxima obviedad: Pos pues.

Hay un descuido generalizado en nuestra pronunciación y con frecuencia decimos cirgüela en lugar de ciruela, y barajiamos las cartas en lugar de barajarlas. Aclaro que barajar es lo correcto y así debemos decirlo. También, no es raro que llamemos güerfano a un chamaco que ha perdido a sus padres y humadera a la humareda, igual que llamamos polvadera a la polvareda.

Hágame el favor de grabarse muy bien en su memoria que ojalá, interjección derivada del árabe, es una palabra aguda, es decir, que se acentúa en la última sílaba, y que no es esdrújula, como se les llama a las que se acentúan en la antepenúltima sílaba en que la convertimos cuando la pronunciamos equivocadamente ójala.

La palabra maniquí viene del vocablo francés mannequin, que se refiere a un hombrecito, porque eso es originalmente, la reproducción a escala de un ser humano. Bueno, pues a pesar de que viene de mannequin, ya incorporada al español, la forma correcta no es manequí, sino maniquí.

Es muy común que digamos desié y pasié en lugar de de deseé y paseé, aereopuerto en lugar de aeropuerto. Gaseoducto ya no se considera un vocablo correcto, que es gasoducto, y lo mismo sucede con radioactividad, que ahora es radiactividad.

La homeopatía no debemos convertirla en homiopatía ni la pederastia en pederastía. La inaguración no existe más que en nuestro uso equivocado del idioma. Lo correcto es inauguración. Lo radioactivo ahora es radiactivo y el gaseoducto ahora se llama gasoducto. Los bancos financian, no financían, y dos cosas entre sí se diferencian y no se diferencían.

Y para leer, nos ponemos erróneamente los antiojos en lugar de los anteojos, que es lo correcto.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO. SU CORREO ES comodijo2@hotmail.com.

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Raúl Lara ¿En qué casos se puede contraer DE EL y A EL? ¿Cómo es correcto, las bancas DE EL parque o las bancas DEL parque, vamos A EL parque o vamos AL parque?

RESPUESTA:

Las contracciones AL y DEL son obligatorias. Lo correcto es las bancas DEL parque y vamos AL parque.

Me retiro con esta frase: El vicio es un error de cálculo en la búsqueda de la felicidad. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

 LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA Por: Juan Recaredo

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