Nada nos resulta más difícil que aceptar nuestra propensión a ser manipulados, peor todavía, si tenemos cierto nivel de estudios o si nos autodefinimos como "personas informadas". Lo paradójico del caso es que, mientras más inmunes nos creemos, más vulnerables somos.
Las redes sociales se han convertido en el escenario idóneo para quienes desean engañar. La nula regulación de contenidos -que por supuesto, tiene su cara positiva, como todo- permite que se difunda de manera viral información con poca o nula validez.
Sitios como fuerzainformativa.com han encontrado una mina de oro generando y difundiendo noticias descaradamente falsas. Su "éxito" se basa en una fórmula sencilla: A) Cabezas de noticia que conectan emocionalmente con quienes las leen y; B) El pésimo hábito de lectura de los mexicanos que sólo leemos los titulares de las notas y que jamás verificamos en otras fuentes la información que estamos leyendo.
El 9 de mayo de 2016, por ejemplo fuerzainformativa.com difundió una nota cuya cabeza afirma: "Aprobado. 3 años de prisión a quien ofenda a los políticos en Internet". Hasta el momento la nota se ha compartido 343 mil veces en Facebook sin importar que la Ley Fayad a la que refiere, jamás se aprobó. De hecho, la absurda iniciativa fue retirada desde octubre de 2015 por su propio autor, es decir, siete meses antes de que publicaran la nota. Sin embargo, algunos usuarios la siguen difundiendo como cierta.
El mentiroso portal -y otros muchos que actúan de manera similar- sabe que los diputados son, de entre los políticos, quienes gozan de peor reputación en México, de allí que encuentren fácil camino para esa conexión emocional que requiere la manipulación que los enriquece y empodera.
Muchos de los "medios" que se difunden a través de las redes sociales y que se autopresentan como "periodismo alternativo" son también herramienta perversa de quienes anhelan el control político del país, y muy en especial de los partidos políticos. Todos operan bajo lógicas similares. Se aprovechan de nuestro descontento y nuestra ignorancia.
Algunos malos periodistas que venden su pluma al mejor postor y viven bajo la lógica del "difama que algo quedará", han encontrado también en las redes sociales y en los "medios" falsos una plataforma idónea para hacer más daño.
Lo triste no es que ellos se enriquezcan con el arte de la mentira y la manipulación. Lo triste es que nosotros les creamos y tomemos decisiones a partir de sus mentiras; que caigamos en las redes y en sus enredos.
