Experto. Miguel León-Portilla filósofo, historiador, y autoridad mundial sobre el pensamiento náhuatl.
Miguel León Portilla (1926) representa hoy por hoy un parteaguas en el estudio del mundo mesoamericano y la historia prehispánica de México, aseguró el académico e investigador de origen francés, Patrick Johansson Kéraudren (1946).
El también miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) y discípulo de quien es considerado experto en el estudio del pensamiento y la literatura náhuatl, sostuvo que gracias a sus múltiples investigaciones, "se ha revalorado el mundo indígena".
Entrevistado a propósito del homenaje que recibirá León-Portilla el próximo 22 de febrero en el en el Centro Cultural Universitario (CCU) por 90 años de vida, Johansson Kéraudren habló no solo de la amistad, sino del académico, del profesor que siempre está al tanto de sus alumnos, del personaje amable, sencillo, culto, que encanta del whisky, pero sobre todo, de su sabiduría y privilegiada memoria.
El investigaxdor francés nacionalizado mexicano, dejó en claro que los aportes de León-Portilla rescataron ese México oculto y enterrado durante varios años.
De acuerdo con Johansson, quien tiene 35 años de conocer al investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el interés de León-Portilla por el mundo náhuatl se debe en gran medida al sacerdote católico, filólogo e historiador Ángel María Garibay (1892-1967), quien fuera su maestro.
"Para mí es un padre intelectual y espero ser yo un buen discípulo, así como lo fue él del padre Ángel María Garibay, quien lo obligó a aprender náhuatl y fue así como el maestro le abrió el camino", refirió.
Sostuvo que tanto Garibay como León Portilla demostraron que el pensamiento indígena prehispánico y lo que permanece hasta hoy en las comunidades indígenas, es legítimo, grande y representa una nueva forma de pensar y ver el mundo muy particular. "León Portilla es una revelación para México", subrayó.
El gran investigador
Johansson afirmó que con su tesis en la filosofía náhuatl, escrita en 1956, León-Portilla abrió una nueva perspectiva del mundo indígena, "da paso al otro indígena, primero, hablando su idioma, estudiando su historia, cultura y literatura; busca todas las particularidades del pensamiento indígena propio", dijo.
Además, dijo, "es un gran cartógrafo, conocedor de la historia de Baja California y otros periodos de la historia de México; una persona muy cálida que sigue su curso de la carrera de sus alumnos y que siempre está dispuesto a dar consejos, a aportar conocimiento para enriquecer a todo al que se le acerca".
