Crueldad. Los sacerdotes fueron hallados ejecutados por elementos de la Fuerza Civil en Poza Rica.
Ayer lunes por la mañana un grupo armado ingresó a la iglesia de Nuestra Señora de Fátima y se llevó a dos sacerdotes, quienes posteriormente fueron torturados y asesinados, lo que generó conmoción entre la sociedad veracruzana.
El crimen contra los curas ocurrió en el municipio petrolero de Poza Rica, región golpeada por la presencia de cárteles que se disputan el derecho de piso y las rutas para transportar drogas. El grupo armado privó de la libertad a tres personas (dos sacerdotes y el chofer de uno de ellos) y, de acuerdo con testigos, los presuntos responsables se habrían llevado una caja fuerte, por lo que presumen que se trató de un robo.
A las pocas horas, el chofer fue localizado por elementos de Protección Civil y llevado a un hospital para ser valorado y después a declarar ante autoridades ministeriales. Por la tarde, elementos de la Fuerza Civil ubicaron a los dos curas en un paraje sobre la carretera Papantla-Poza Rica, en el municipio de Papantla, zona conurbada de Poza Rica.
La Fiscalía General del Estado (FGE), a través de la Fiscalía Regional zona norte Tuxpan, detalló que han realizado 25 diligencias y cuentan con la identidad de uno de los probables responsables. Agregó que, además de las evidencias halladas en el lugar, en el expediente se incluirán entrevistas y otros elementos de prueba, "hasta que estos ilícitos sean esclarecidos y él o los responsables sean llevados ante los jueces de control para que respondan por estos hechos".
INDIGNA VIOLENCIA
La Conferencia del Episcopado Mexicano lamentó el asesinato de los dos sacerdotes católicos. El presidente de la conferencia, Francisco Robles Ortega, expresó sus condolencias, cercanía y oración a la diócesis de Papantla, a su obispo y a los familiares de los dos curas:
"A los familiares de los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz, que fueron privados de la vida, externamos nuestro dolor e indignación ante la violencia ejercida contra ellos".
En Twitter el cardenal Norberto Rivera Carrera lamentó profundamente el asesinato de los sacerdotes y expresó sus condolencias al obispo de Papantla, José Trinidad Zapata.
A través del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México, el obispo de Papantla dijo desconocer el motivo de la ejecución.
'Tendremos que cuidarnos más'
Para José Alberto Guerrero Hernández, vicario general de la Diócesis de Papantla, Veracruz, el asesinato de los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez y José Alfredo Suárez, es señal de que todos los curas tienen que "cuidarse más que nunca". "El mensaje es obvio y nosotros tendremos que cuidarnos más que nunca", remarcó.
Guerrero advirtió que en la zona norte de Veracruz se vive un clima de violencia por la presencia del crimen organizado, extorsiones, peleas de territorios y ejecuciones, ante lo cual la diócesis le toca ser regularmente solidaria con las víctimas.
Guerrero reveló que a la mayoría de los curas de la diócesis le ha tocado ser extorsionado vía telefónica, pero han hecho caso omiso a partir de la asesoría de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. "Recibimos más que todo extorsiones virtuales, por teléfono, y hemos sido varios los que hemos recibido llamadas de extorsión, pero las instrucciones de las autoridades es que inmediatamente colguemos el teléfono.
"En lo general, un 60 por ciento hemos coincidido, cuando nos ponemos a platicar que hemos recibido llamadas de este tipo, desde unos dos o tres años hacia acá" afirmó. El vicario recordó que los sacerdotes asesinados tenían poco tiempo de haber llegado a la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en Poza Rica, y cree que no habían padecido ninguna amenaza o llamada de extorsión.