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LGBT: libres de culpas y fanatismos I/II

DAVID PÉREZ

Sobrevivientes de rechazo, temor, exclusión, culpa y fanatismo, la comunidad LGBT en México pasa por un momento importante en el proceso de reconocimiento de sus derechos civiles. Este año el PRIDE LGBT LAGUNA, a realizarse el próximo 18 de junio, lleva por lema: "Libres de culpas y fanatismos". El tema elegido por los miembros de este colectivo nos invita a reflexionar sobre las experiencias de discriminación a causa del género y de la orientación sexual.

Rocío Moreno, master en psicología clínica e ingeniero en sistemas computacionales, es parte del colectivo LGBT, hace dos años coordina un grupo desarrollo humano llamado "Laguna Diversa" en Gómez Palacio. Entrevistada para este espacio señaló que en su experiencia la educación tradicional religiosa judeo-cristiana, que muchas veces utiliza la culpa como medio de control, le llevó a crecer con amenazas de condenación, "así viví diez años… todo ese tiempo fue una experiencia de odiar lo que yo era".

Otra persona, refiere que su relación con la culpa inició en su familia nuclear: "mis papás me culparon de haberles fallado como hija", "los papás de mis amigos me han señalado por ser lesbiana, por la cuestión de: se te va a pegar la homosexualidad; y te sientes así, culpable". Por hechos recientes de discriminación, decidimos no dar a conocer la identidad de quien da este testimonio, consideramos que es una muestra más de la situación en la que se encuentran muchos miembros de este colectivo hasta el día de hoy.

René Girard, filosofó francés que reflexionó sobre el ámbito religioso como origen de la violencia en las sociedades, señala que la culpa se da cuando un sujeto no satisface alguna demanda impuesta por otro. Para Gianni Vattimo, filósofo italiano, la culpa está asociada al pecado, es uno de los rasgos específicos de la religión, es además consecuencia de las concepciones que se tengan del mal, la culpa y pecado provocan la necesidad de la experiencia de perdón.

Leonardo Boff, filósofo y teólogo brasileño, al reflexionar sobre el principio femenino/masculino del ser humano, decide alejarse de las ideologías de género basadas en el sexo biológico porque éstas provocan una serie de demandas sociales, ya que asignan roles, valores y antivalores, y porque generan una concepción dualista y excluyente de la vida humana y de la naturaleza en general, visión que a su vez provoca violencia y dominación.

Boff sugiere que cuando el ser humano es capaz de superar la visión excluyente de su orientación sexual y es capaz de integrar la diversidad, entonces el individuo y las comunidades no se ven obligadas a definirse por su condición sexual de casado, soltero, divorciado, heterosexual, homosexual, bisexual, etc., sino por las características de su personalidad femenina/masculina, solidaria, cooperativa, antiautoritaria y abierta a nuevas síntesis.

Así, la invitación que hace el colectivo LGBT de la Comarca Lagunera a vivir libres de culpa, tiene implicaciones que van mucho más allá de sus integrantes. La situación de violencia que se ha vivido en la región nos exige revisar muchos ámbitos de nuestra vida, el tipo de sociedad que construimos y las formas de violencias en las que hemos participado. En una revisión consecuente, el uso y sentido de la culpa es un elemento que debemos identificar, reconocer y erradicar.

Por lo que la defensa de los derechos civiles de los miembros de este colectivo no se reduce al ámbito legal, sino que puede ampliarse a un proceso social de construcción de paz. Reconocer el daño causado a la comunidad LGBT, a razón de las dinámicas de la culpa, identificar procesos que colaboran en su situación de marginación, reconocer a actores que infringen daños a miembros del colectivo, son pasos necesarios para una paz integral.

Cambiar la historia de una minoría, en la segunda década del siglo XXI, tiene un contexto social diferente al que originó los movimientos LGBT en otras partes del mundo. Nuevos factores globales y locales hacen que el movimiento actual tenga otro tipo de desafíos, y al mismo tiempo, hacen del movimiento una nueva oportunidad, que una sociedad protagonista de procesos violentos no puede darse el lujo de minimizar, ridiculizar, o negar.

@davidsecular

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Escrito en: David Pérez

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