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LGBT: Libres de culpas y fanatismos II/II

DAVID PÉREZ

El fanatismo religioso en su versión menos peligrosa es intolerante y cerrado al diálogo, dicho fanatismo se convierte en un grave peligro para la sociedad cuando se torna violento y provoca crímenes de odio. Es necesario señalar que el fundamentalismo religioso y la violencia que puede engendrar, no es propio de musulmanes, el fanatismo también se puede gestar en el catolicismo.

Raymundo Valadez, activista, comentó para este espacio, que visitó una casa hogar de inspiración católica dedicada a atender niñas de escasos recursos, con la finalidad de ofrecer un donativo de víveres, que se recolectará en la marcha LGTB del próximo 18 de junio. Al inicio, la persona que lo atendió le dijo que recibiría el donativo. En una segunda visita a Raymundo le comunicaron que después de haber consultado al patronato, se decidió que no recibirían el donativo por provenir de personas homosexuales.

Los miembros de la comunidad LGBT trabajan de distintas formas para liberarse de la culpa y el fanatismo. El resto de la sociedad podemos revisar en qué medida participamos y promovemos el fanatismo religioso que puede evolucionar en odio y violencia. En concreto, los católicos, como religión mayoritaria en la población de México, tenemos una gran responsabilidad.

Como sacerdote católico, me preocupan las diversas muestras públicas de intolerancia, fobia, fundamentalismo, obsesión, fideísmo y rechazo que provienen de sectores que se identifican como católicos. Esas manifestaciones conllevan el peligro de materializarse en actos de violencia verbal, física y armada. Rocío Torres, integrante del grupo Orgullo Less, sobre la culpa y el fanatismo, comenta: "esas posturas hacen que algunas personas no pueda lidiar con la presión y terminen por suicidarse".

El fanatismo se da cuando los integrantes de una religión a actuar en contra de los principios básicos de las creencias que dicen profesar. Cuando el fanatismo religioso escala en violencia, ésta se puede justificar con interpretaciones literales de preceptos religiosos. Los católicos debemos liberarnos del fanatismo religioso, hay caminos concretos para hacerlo, aquí mencionamos algunos.

Liberarnos del fanatismo siendo autocríticos. Es necesario que los católicos iniciemos por nuestra propia casa, que erradiquemos la pederastia clerical que tanto lastima a la sociedad en general y a vidas concretas. No podemos dejar espacio en nuestras organizaciones a la falta de transparencia fiscal, ya que eso nos hace participar de los males generales de las instituciones en México. Por mencionar dos aspectos.

Liberarnos del fanatismo abandonando el fideísmo. Algunos en especial, participamos de la responsabilidad de que grandes sectores de católicos no hayan tenido acceso a una formación que permita un proceso de madurez en términos de fe, en diálogo con distintos saberes, abierta a los cuestionamientos y a la inculturación. No hemos promovido una comprensión dinámica de la fe que se enriquezca y dialogue con los procesos históricos.

Liberarnos del fanatismo dejando de condenar lo diferente. Urge que superamos nuestros primarios niveles de incomprensión, claudiquemos condenar lo otro, y nos dispongamos a escuchar lo que tienen que decir sectores hasta hoy discriminados; necesitamos dialogar antes de juzgar, abrir nuestra mente y nuestro corazón a las preocupaciones y angustias de la humanidad, a las alegrías y esperanzas de la sociedad, en especial con los que más sufren.

Liberarnos del fanatismo valorando la experiencia evangélica fundante. Si nos asumimos católicos, debemos hacer presente que hay una experiencia personal, un estilo de vida, una forma de estar en el mundo que es condición indispensable para nosotros. La experiencia fundante del cristianismo que optó por los marginados de la comunidad, que dialogó con quienes no compartían su misma fe, que no lapidó a nadie aunque la ley se lo permitiera, en una expresión: que rechazó odiar y optó por amar.

No podemos abonar a la construcción de un escenario de odio que pueda traducirse en más violencia a una sociedad que está por cumplir una década de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, uso desmedido de la fuerza pública, etc. En esta hora tenemos la oportunidad de gestionar nuestras diferencias abandonando posturas de fanáticas, y propiciar con creatividad espacios de encuentro sin exclusión, para el diálogo y la construcción de paz.

@davidsecular

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