CLAUDIA BARRIENTOS
El siglo de torreón
La temporada decembrina es más que compras navideñas, caos, tráfico vehicular y consumo de bebidas embriagantes; representa un espacio propicio para la reflexión y la búsqueda del sentido de la propia vida.
Con motivo de las fiestas, el arzobispo de Durango, José Antonio Fernández Hurtado dio un mensaje a los duranguenses a quienes les advirtió que la Navidad corre el peligro de perder su significado espiritual, "para convertirse en una mera ocasión comercial de compras e intercambio de regalos".
Pese a ello, consideró que aún es posible que estas fechas se conviertan en una ocasión para propiciar la paz, la esperanza y el amor.
"Las dificultades, la incertidumbre y la crisis económica que se vive en tantas familias puede servir de estímulo para redescubrir el calor de la sencillez, la amistad y la solidaridad, valores típicos de la Navidad", indicó.
Comentó también que las celebraciones navideñas ofrecen una ocasión para la evangelización y vivencia de los valores en la familia. "Jesús enviado por el Padre vino al mundo cobijado en el afecto de la familia de Nazaret, ahí conoció la experiencia de una íntima convivencia de vida y de amor, acompañado en su crecimiento integral por el cariño de San José y de la santísima Virgen María", recordó.
La Navidad es también una oportunidad para meditar sobre el sentido y el valor de la vida, dijo.