(INTERNET)
Un empleado de una compañía de seguros en Australia fue despedido por mirar películas pornográficas en la computadora de su trabajo. El hombre entonces demandó a sus antiguos empleadores y ganó el caso.
El parecer esta persona tenía descargadas una vasta cantidad de películas para adultos, además de videos y fotografías propias con contenido sexual, en el teléfono y la computadora que la compañía para la que trabajaba le había proveído para su labor profesional.
Pero según él, no había hecho nada malo, pues dice las películas llegaron a los dispositivos fuera de las horas de trabajo.
Finalmente se determinó que sus jefes nunca le indicaron explícitamente que no podía hacer lo que hizo y la compañía tuvo que darle una compensación por $10,000 dólares australianos.