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Los estados donde se juega la batalla presidencial de EU

HILLARY Y TRUMP BUSCAN CONSOLIDARSE EN ESTOS DISTRITOS

(EL UNIVERSAL)

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EFE

Aunque son 50 estados, tan sólo un puñado de ellos son los encargados de marcar la diferencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y este año, a apenas unos días de los comicios, la atención está puesta especialmente en los conocidos como "bisagra".

Nevada, Iowa, Ohio, Carolina del Norte y Florida son los estados protagonistas en la recta final de la campaña electoral, territorios donde tanto el republicano Donald Trump como la demócrata Hillary Clinton están volcando sus esfuerzos.

EL COMBATE EN NEVADA

En Nevada la campaña ha sido constante e intensa en las últimas semanas, sobre todo por parte del equipo de la exsecretaria de Estado, quien no sólo ha mandado allí a la candidata, sino que también ha desplegado toda su batería de pesos pesados, con repetidas visitas del presidente Barack Obama y de su número dos, Joe Biden.

Conocido por su aridez, pero también por sus casinos, Nevada es uno de los estados más disputados de esta carrera presidencial, donde también hay en juego un asiento en el Senado que podría modificar las mayorías del Congreso entre demócratas y republicanos.

"Nevada no es un voto de confianza ni para los demócratas ni para los republicanos y (...) es también un buen indicador de la votación general", explica Eric Herzik, catedrático del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Nevada en Reno.

"Desde 1912, Nevada ha votado por el candidato ganador en cada carrera presidencial, excepto en el año 1976. Por lo tanto, hemos votado a favor de (Ronald) Reagan y George H. W. Bush; y luego por (Bill) Clinton dos veces", recuerda el experto.

IOWA EN LA MIRA

Aunque durante un tiempo Clinton lo dio por perdido, Iowa se ha vuelto en las últimas semanas un lugar disputado por los candidatos, que han dejado a un lado sus esfuerzos por Colorado -parece decantarse ya con firmeza por la demócrata- y han decidido centrarse más en este pequeño estado rural.

Sólo cuenta con 6 votos electorales dado su tamaño, pero es un bastión representativo de la democracia estadounidense, donde el presidente Obama ganó en sus dos legislaturas pese a ser considerado un estado de cariz conservador dada su demografía.

Allí Trump llegó a gozar de una ventaja de casi 7 puntos, y ahora apenas les separan 1,4, según la media de las encuestas que arroja RealClearPolitics.

INCIERTOS EN CAROLINA DEL NORTE

Carolina del Norte es otro de esos lugares paradigmáticos.

"Es básicamente un estado al 50-50 y probablemente más estrechamente dividido que cualquier otro estado ahora mismo", explicó Steven Green, experto político de la universidad de ese estado.

Green resaltó que hay una minoría significativa, especialmente afroamericana, cuya alta participación ayudó a ganar el estado al actual presidente Barack Obama en 2008, aunque en 2012 lo perdió por un estrecho margen.

"Los demócratas se centrarán mucho en conseguir que la participación de las minorías sea lo más alta posible", concluyó Greene, algo que demuestra el hecho de que el propio presidente tenga allí actos de campaña a una semana de la cita electoral.

NADIE LLEGA SIN OHIO

El mandatario, junto a Biden, será el encargado también de cortejar a los votantes de Ohio para Clinton, un estado en el que la exsecretaria de Estado parecía tenerlo todo perdido frente al multimillonario, pero en el que podría tener esperanzas, según las más recientes encuestas.

"Ohio es un estado importante en estas elecciones presidenciales, ya que es muy competitivo y otorga 18 votos electorales. Durante las últimas cuatro elecciones, la diferencia media entre los dos principales candidatos fue del 3 por ciento de los votos", explica Daniel Birdsong, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Dayton (Ohio).

Birdsong recuerda que, históricamente, ningún republicano ha ganado la Presidencia sin ganar Ohio y la última vez que un demócrata ganó la elección presidencial sin hacerse con ese estado fue en 1960. A una semana para las elecciones Trump apenas estaba 1 punto por delante de Clinton, según la media de los sondeos.

"Ohio será sin duda un factor en esta elección asimismo. Los blancos representan una mayor parte de los votantes en Ohio que en la nación en su conjunto, y los hombres blancos de clase obrera han sido el núcleo de apoyo de Trump", explica.

LA CONTROVERTIDA FLORIDA

Por su parte, Florida, con 29 votos electorales, es uno de los estados más controvertidos de las últimas décadas, y su composición demográfica es muy compleja, con inmigración cubana y puertorriqueña, pero con zonas de jubilados blancos.

Muchos analistas creen que la decisión de los floridianos podría ser la que verdaderamente decante la balanza electoral y eso se refleja en la cantidad de actos que han programado las dos campañas en toda Florida para estos últimos días, donde a una semana de la cita electoral Clinton aventajaba a Trump por tan solo 0,7 puntos, según la media de las encuestas de RealClearPolitics.

El magnate arrasó allí en las primarias, sorprendiendo al aplastar al senador de origen cubano Marco Rubio, de Florida, y ahora las encuestas con Clinton pronostican un margen tan estrecho entre ambos que podría dar la sorpresa.

A sólo días, aún hay indecisos

Después de todo el ruido, los gritos, los hechos, las mentiras, la fanfarronería y las lisonjas de la campaña presidencial en Estados Unidos, todavía hay votantes indecisos.

Y no son sólo aquellos que han enterrado la cabeza en la arena.

Algunas personas juiciosas simplemente no saben qué hacer frente a las opciones que tienen, pero están decididas a ejercer su derecho a sufragar.

"Realmente estoy tratando de resolver esto", respondió Peter Schroeder, un estudiante y empleado de una firma de tecnología en Erie, Pennsylvania.

"Cambio de opinión todos los días sobre lo que debo hacer", dijo Lori Pérez, madre y ama de casa en Lehi, Utah.

"Déjeme tener un momento de silencio para pensar en esto, ¿vale?", dice Moshe Sherizen, un vendedor en línea de Oak Park, Michigan.

Las encuestas indican que los indecisos constituyen una pequeña porción del electorado, quizá apenas un 2 % en estos últimos días antes de los comicios presidenciales. Los equipos de campaña ya habían dejado de lado a los indecisos y puesto el énfasis en asegurarse de que el principal bloque de votantes que han identificado como partidarios acuda a las urnas.

Sin embargo, ahora que han surgido sondeos que muestran una competencia reñida, los indecisos todavía podrían inclinar la balanza al final, sobre todo porque los encuestadores dicen que son más propensos a votar si viven en los estados reñidos. (AP)

Las otras votaciones

Cuando los estadounidenses vayan a las urnas el próximo 8 de noviembre, no sólo se enfrentarán a la duda de elegir quién será su nuevo presidente, o cuál va a ser la composición del Congreso. La fecha electoral es una amalgama de papeletas, leyes y decisiones que pueden modificar la rutina diaria de los habitantes de un estado, pero que quedan opacadas de los grandes mensajes mediáticos de las elecciones presidenciales.

Para empezar, 12 estados eligen a su nuevo gobernador: Oregon, Washington, Montana, Utah, Dakota del Norte, Missouri, Indiana, Vermont, New Hampshire, Virginia Occidental, Carolina del Norte y Delaware.

Cada una de estas carreras tiene sus particularidades, aunque lo más importante será analizar hasta qué punto Hillary Clinton, aspirante demócrata a la Casa Blanca, y Donald Trump, candidato republicano, pueden modificar o influir en la decisión para los puestos de gobernador.

En Indiana se escogerá al sustituto de Mike Pence, abanderado republicano a la vicepresidencia. Él escapó de una elección complicada y nada decidida aceptando el puesto de número dos de Trump. La entidad podría pasar a manos de los demócratas, según las últimas encuestas.

Una elección a gobernador que podría ser histórica es la de Oregón. Tras unos últimos tiempos turbios, con la dimisión del anterior mandatario local por un escándalo de corrupción, la candidata demócrata e interina en el cargo, Kate Brown, podría convertirse en la primera jefa del Ejecutivo del estado abiertamente bisexual del país. Oregón es un estado mayoritariamente progresista y Brown no debería tener problema para ganar.

Sin embargo, todo indica que seguirán siendo mayoría los estados con gobernadores conservadores.

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