El mexicano Julio Urías, es uno de los peloteros latinos que sufren con el idioma durante las entrevistas. (AP)
Julio Urías acababa de completar su rutina diaria en la pretemporada cuando un reportero de un diario estadounidense se le acercó para pedirle una entrevista. Confundido, el zurdo mexicano de 19 años miró a su alrededor en busca de ayuda.
Después de varias vueltas en el camerino, los Dodgers encontraron a Jaime Jarrín, miembro del Salón de la Fama que transmite los juegos del equipo, para que se encargara de las tareas de traductor.
"La verdad que sí, es un poco incómodo", dijo Urías sobre interactuar con la prensa anglosajona. "No te puedes expresar igual como lo haces con un latino".
Estas situaciones son habituales en los camerinos de las Grandes Ligas, y más durante los entrenamientos primaverales, donde jóvenes peloteros procedentes de Latinoamérica apenas están adaptándose a un entorno distinto en Estados Unidos. Y sufren con su incipiente inglés.
Con eso en mente, y por primera vez, el béisbol de Grandes Ligas conminó a sus 30 equipos a contratar a traductores que estarán dedicados a tiempo completo a sus jugadores latinoamericanos.
Hace mucho tiempo que los equipos empezaron a emplear a traductores particulares para sus importados de Japón y Corea del Sur. Pero muy rara vez tenían a alguien dentro de su personal para que sirviera con ese propósito para las docenas de jugadores procedentes principalmente de República Dominicana, Venezuela, Cuba, México y Puerto Rico. La solución fue improvisar con jugadores veteranos, coaches o alguien como Jarrín a la hora de lidiar con los pedidos de entrevistas.
Ya no será así.
Con los jefes de prensa o gerentes de los equipos como jefes, el empleador bilingüe deberá estar disponible durante todo el año para las entrevistas antes y después de los juegos, incluyendo las giras, de acuerdo con el memorándum que MLB y el sindicato de peloteros envió a todos los equipos antes de la pretemporada. La iniciativa será subsidiada con el dinero que se grava a los equipos cuando se exceden del límite de los bonos que se ofrecen en las contrataciones fuera de Estados Unidos. El monto disponible para cada club para cubrir los nuevos puestos en 2016 será de 65.000 dólares.
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Dólares costará la nueva iniciativa de tener un traductor en todos los equipos.
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