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Los que sí sabían gobernar

JULIO FAESLER

El ya famoso "gasolinazo" ordenado esta semana que alzó el precio de las gasolinas llega poco después de que se anunció el alza en la energía eléctrica para la industria y algunos servicios domésticos. Estas decisiones van en diametral contradicción con los muy atractivos resultados prometidos con la Reforma Energética, uno de los programas centrales de la administración del presidente Peña Nieto. La reacción ha sido funesta.

Sobran explicaciones. La caída de los precios internacionales del petróleo mexicano ha repercutido, más de lo que se creía, desestabilizando las cuentas públicas. Es entendible la urgencia de hallar repuestos a los ingresos petroleros perdidos. Ello llevó al "gasolinazo" de estos días. El golpe repercute en todo el país. El efecto inflacionario es inevitable y comienza a sentirse más con la pérdida de valor de nuestra moneda que encarece las importaciones.

El que el sistema económico nacional se haya inclinado marcadamente hacia lo importado lo que provoca un déficit ya habitual en nuestra balanza comercial que ahora se acentúa. La debilidad de la producción nacional revela su incapacidad de cubrir la amplia gama de la demanda interna. La importación inmoderada de artículos de consumo, perfectamente producibles en México, frena nuestra capacidad de emplear a nuestro recurso laboral.

La suma de las empresas mexicanas de maquila y armado de artículos para exportación no alcanza para emplear el total del contingente de mano de obra de más de 42 millones que espera empleo. La pérdida de musculatura económica hace que se rebajen las calificaciones financieras internacionales.

El panorama socioeconómico del país luce gris especialmente desde la perspectiva de las complicaciones en que ha caído la Reforma Educativa, el otro gran proyecto del sexenio y que ha resultado rehén de los caprichos de la CNTE.

Desde la óptica integral del desarrollo nacional, el confuso y timorato manejo de la vital reforma del sistema de educación es profundamente perjudicial.

Se ha producido una indignada sorpresa general por la falta de valentía para implementar una acción decidida frente a los chantajes de la CNTE que organiza bloqueos a vías de comunicación, provocando desastrosos desabastos de productos básicos, además de bárbaros destrozos a propiedades públicas y privadas, expresiones para hacer valer su irracional rechazo a la Reforma. La debilidad oficial ha dejado a miles de ciudadanos al garete, centenares de miles de escolares sin gozar de una escuela metódica y segura, y pérdidas económicas de miles de millones de pesos.

No falta conciencia en los altos funcionarios del gobierno de la íntima vinculación que existe entre la educación, la capacitación y la creación de unidades de producción empleadora que requerimos. Lo trágico de esto está en que no se ha atinado en implementar las estructuras que hacen falta.

La comunidad nacional se ha sentido hondamente agraviada por estos hechos que le confirman el desapego de nuestras autoridades con el ciudadano común, además de que observan una constante ineptitud oficial para encauzar el desarrollo nacional con respuestas rápidas y acertadas.

El entramado que abarca el tema de la educación con la capacidad productiva nacional, es el que hace que la actual crisis de la Reforma Educativa repercuta profundamente en el desarrollo nacional. La reacción de los empresarios de recurrir a los tribunales para obligar al gobierno a usar todas las herramientas legales a su disposición para poner un alto definitivo los nuevos bloqueos y vandalismos de la CNTE. El Consejo Coordinador Empresarial respalda las exigencias al gobierno de la Coparmex y la Concanaco.

No se trata, como lo afirman ciertos defensores acríticos del gobierno, de que los empresarios chantajeen al gobierno con su anuncio de que podían suspender su pago de impuestos si no se responde a su reclamo de terminar con los bloqueos y la inseguridad prevaleciente. Ayunos de otro medio para hacer que el gobierno entienda la gravedad y los perjuicios de su inacción, se alerta al gobierno la situación que se provocaría si continúan los abusos de la CNTE hasta el grado de forzar la interrupción de críticas ramas productivas.

El partido en el gobierno se ufanó de que "sí sabía gobernar", en contraste con el saldo únicamente mortuorio con que describía a la administración anterior.

Los hechos han dejado en claro que el saber gobernar no es cosa fácil. Lejos de cosechar éxitos ufanándose de un diálogo cauteloso, el gobierno actual ha hundido al país en su incompetencia. Ha perdido respeto. Esto es más grave que el desplome en popularidad.

Juliofelipefaesler@yahoo.com

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