Melancólica. La cantante no soportó ver fotos de su hijo.
Madonna ofreció un espectáculo especial y exclusivo en la ciudad de Melbourne (Australia), y no sólo por su singular vestimenta de payaso, sino porque lució aparentemente ebria y las lágrimas le ganaron a la hora de cantar.
Según el portal ABC.es, la cantante se presentó en un show que tituló Tears of a Clown, en el que se fusionaron la música, el arte, el performance y la comedia.
Todo iba bien, hasta que los asistentes al show reportaron en redes sociales que la intérprete no lucía nada bien, pues más allá del paseo en triciclo y las cabriolas de Madonna, caracterizada de payaso con una peluca rosa, sombrero de copa y medias de rayas de color rosa, la cantante estaba borracha.
Aunque ella dijo que no se encontraba en estado etílico, pidió un cóctel de vodka y rompió en llanto mientras sonaban los acordes acústicos de una guitarra y se proyectaban en la pantalla del recinto fotos de su hijo Rocco, por quien mantiene una pelea legal con su ex marido Guy Ritchie.
Rocco compareció el jueves ante un Tribunal Superior de Londres para explicar su postura sobre su custodia, mientras que la cantante estuvo representada por sus abogados.