Recurso. Tribunal Supremo de Brasil celebra una sesión extraordinaria por caso Rousseff.
El Gobierno brasileño lanzó ayer su última jugada para frenar el juicio político a Dilma Rousseff, y no le resultó la movida.
Por la mañana, el abogado del Estado, José Eduardo Cardozo; legisladores del oficialista Partido de los Trabajadores y líderes de los afiliados Partido Comunista y Democrático Laborista, introdujeron cinco recursos ante el Supremo Tribunal de la Federación (STF) para aplazar o cancelar la votación de este domingo en la Cámara de Diputados.
En ésta se determinará si avanza un proceso de destitución de Rousseff. Son necesarios los votos de 342 diputados y, hasta ayer, justamente ese número ya se había decantado por el "sí" al juicio político, según el medio Estado de Sao Paulo.
La respuesta inicial a los recursos oficialistas contra la votación fue una sesión de emergencia del STF, pero varios de los argumentos para cancelar el proceso no rindieron fruto.
Y es que la mayoría ni siquiera trataba sobre la razón por la que Rousseff es enjuiciada -la acusan de disfrazar las cuentas de programas sociales con dinero "prestado" de bancos públicos-, sino sobre el protocolo para votar.
Por ejemplo, los partidarios de la mandataria acusaban que se tenía que establecer que los diputados del norte de Brasil sufraguen antes que los del sur, que son más amenos a la destitución de Rousseff.
El orden de la votación es importante porque es más probable que los diputados indecisos se sumen al lado que acumule mayor fuerza desde el inicio.
Pero los magistrados tuvieron dificultad en argumentar que el orden de la votación sea razón suficiente para suspender la sesión en la Cámara baja.
"No veo aquí relevancia alguna del Derecho, y la inexistencia de esto es razón suficiente para desechar (el recurso)", espetó el juez Teori Zevecki.
Al final, el STF también votó en contra del único pedido para anular por completo el proceso.
Tal recurso fue impuesto por el abogado estatal Cardozo, quien argumentaba que el juicio debía ser anulado, pues el texto de la comisión que votará el pleno hacía más mención de críticas a Rousseff por una pesquisa de corrupción en Petrobras o la recesión más fuerte en décadas que por las cuentas públicas supuestamente disfrazadas.
Así, a Rousseff y sus partidarios no les queda más que esperar al domingo para saber si el juicio, que ha dividido a la nación sudamericana, sigue.
MEJORA EN LA CONFIANZA
Una eventual destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, mejoraría a corto plazo la confianza económica en el país, pero por sí solo el cambio político sería insuficiente para salir de profunda recesión, opinaron expertos.
En vísperas de que el "impeachment" (juicio político) contra Rousseff sea votado por la Cámara Baja el domingo, con notables posibilidades de recibir el apoyo necesario de dos tercios de los diputados para prosperar y pasar al Senado, la bolsa de Sao Paulo registró notables ganancias en los últimos días.
El principal índice de la Bolsa de Sao Paulo, el Bovespa, subió en torno al 6.0 por ciento, y ayer jueves superaba los 52 mil 500 puntos, mientras el real -la moneda brasileña- se apreció un diez por ciento respecto al dólar, desde que la crisis política se intensificó las últimas semanas.
"Creo que la economía mejorará con un nuevo gobierno, pero con cautela", explicó el director de la consultora LCA, Celso Toledo, en Sao Paulo, en entrevista.
VOTOS
De diputados se necesitan para que avance juicio.